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La piedra pesa casi 20 kilos y su color, de tonos verdes, la hace inconfundible. Las canteras de Ailsa Craig atesoran ese singular granito. :: R. C.Imagen de Ailsa Craig. :: R. C.
La piedra de toque

La piedra de toque

Ailsa Craig, un islote escocés deshabitado, abastece desde hace décadas a los jugadores de curling. Es, aseguran, el mejor granito verde del mundo

IRMA CUESTA

Sábado, 12 de mayo 2018, 10:57

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Vista desde lejos, Ailsa Craig no tiene nada de particular. Situada en el fiordo de Clyde, a 16 kilómetros al oeste de la parte continental de Escocia, sería uno más de esos islotes deshabitados que pueblan algunos de los mares del planeta si no fuera porque en sus entrañas esconde un tesoro muy particular. Utilizada durante siglos por piratas y contrabandistas, habría sido complicado explicarles que con el tiempo aquel peñasco se convertiría en la mejor cantera del mundo de piedra de curling, esa suerte de petanca sobre hielo que forma parte del programa olímpico desde 1998.

Los expertos aseguran que la particularidad de la piedra de Ailsa Craig está en ser una intrusión granítica formada cuando una burbuja de magma surgió desde las profundidades de la corteza terrestre y emergió hacia la superficie enfriándose muy lentamente. Dicen también que la composición del magma, y su lento enfriamiento, son los responsables de que el granito verde de Ailsa posea unas propiedades únicas, entre ellas un agarre especial en el hielo y una resistencia tan extraordinaria que resulta casi imposible lograr que se agriete por muchos golpes que reciba.

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Quizá porque saben que tienen un tesoro, las extracciones no se realizan de cualquier manera. Absolutamente controladas, perfectamente programadas, cada vez que se concede permiso para darle un mordisco a la piedra los responsables de la cantera tienen prohibido arrebatarle más de 2.000 toneladas. Con ese material, el personal de Kays Curling en Mauchline, a 64 kilómetros de Ailsa Craig, en tierra firme, trabaja hasta conseguir las que, desde hace poco más de un siglo, se consideran las mejores piedras de curling del mundo. Poco importa que en el Reino Unido, en donde en la Baja Edad Media ya se entretenían lanzando piedras por los lagos helados de Escocia y cruzando los dedos para que la de uno llegara más lejos, esté flaqueando la afición y sea en Canadá donde ahora anden locos con el juego.

450 euros como mínimo

En Kays Curling trabajan a destajo para mandar el extranjero sus rocas pulidas y suministrar a buena parte de los equipos de élite del planeta con el mismo mimo con el que manipularían un diamante. De alguna manera también ellas son piedras preciosas. Una nueva cuesta, como mínimo, 450 euros, aunque se pueden encontrar mucho más baratas en el mercado de segunda mano. Si tenemos en cuenta que lo normal para un equipo es disponer de un set de 16, la broma sale por no menos de 6.000 euros.

En cualquier caso, Ailsa Craig es un lugar místico, no solo para quienes practican el curling. Representada en los billetes de banco escoceses e inmortalizado en un soneto de Keats, la isla es protagonista indiscutible de muchas de las leyendas escocesas porque a lo largo de los siglos ha sido refugio de águilas y ballenas, ha servido como fortín desde el que combatir a los invasores españoles en la época de Felipe II, como santuario para los piratas y, durante los últimos 25 años, como reserva de aves marinas. Hogar de la colonia de alcatraces más grande de Europa y de miles de frailecillos, los ecologistas están encantados desde que el peñón ha quedado en manos de un fideicomiso de conservación. Propiedad durante 500 años del marqués de Ailsa, jefe del clan Kennedy, hace unos años lo puso a la venta sin demasiado éxito. Finalmente es un colectivo conservacionista el que vela por el futuro de la roca de la isla de Elisabeth (ese es el significado del nombre gaélico de la isla), de sus dos canteras, su capilla, su manantial de agua dulce, su faro y su castillo.

millones de personas practican el curling en todo el mundo.

En 1998, el año en que se incorporó el curling al medallero olímpico, 36 países jugaron a este deporte; hoy la lista se ha ampliado hasta 54, que compiten en los cinco continentes.

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