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Ovidi y Álvaro Tormo, los líderes de Los Zigarros. :: manuel molines
Nicotina para los Stones

Nicotina para los Stones

Dos hermanos valencianos telonean esta noche en Barcelona a Jagger y su banda. Los Zigarros deben su nombre a un amigo que les definió como «altos, rubios y delgados como un cigarrillo». Su madre les regaló una guitarra cuando aún eran unos niños

FERNANDO MIÑANA

Miércoles, 27 de septiembre 2017, 08:41

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Esta noche vestirán de rockeros guapos. María, 'Mery', la chica de Ovidi, el cantante de Los Zigarros, tiene una firma de ropa -Elephant-y les ha preparado un vestuario especial para lucir en el aperitivo del único concierto de los Rolling Stones en España. En Barcelona, vaya. Les ha diseñado desde las botas de estrellas hasta los chalecos con el logo de la banda. Un trabajo especial, que no todos los días un grupo es telonero de una de las mayores leyendas de la historia de la música.

Ovidi y Álvaro, los hermanos Tormo, ya saben más o menos de qué va la película. Hace unos años, cuando aún punteaban sus guitarras en los Perros del Boggie, hicieron de teloneros de otra banda mítica, AC/DC, en Sevilla (La Cartuja) y Bilbao (San Mamés). Esta vez el proceso ha sido parecido. El promotor ofrece al grupo que va a dar el concierto varios vídeos de diferentes músicos. A Mick Jagger le gustó el sonido de Los Zigarros, rock n' roll directo, sin artificios.

El nombre lo inspiró la definición que hizo un amigo de los Tormo: «Sois como los cigarrillos: altos, rubios y delgados». Desde entonces, en solo cuatro años y medio, han crecido rápido, ayudados por referentes como Leiva, M Clan o Fito y Fitipaldis, los vascos que eligieron a los artistas valencianos para abrir sus conciertos. Ahora llegan hasta la cima de Montjuïc, donde tendrán 45 minutos para exhibirse antes de despejar el escenario a la carrera para que entren 'Sus Satánicas Majestades'.

«Ovidi es un melómano: tiene una colección de vinilos inmensa»

A sus espaldas, solo dos discos -'Los Zigarros' (2013) y 'A todo que sí' (2016)- y, eso sí, cientos de conciertos por toda España. Al fin músicos, rockeros a tiempo completo. Antes de que Mery convenciera a Ovidi de que se centrara en lo que más le gustaba, estos dos valencianos hicieron de todo. Trabajaron en la obra, en un almacén o en restaurantes hasta el viernes, el día que cogían las guitarras y se subían a la furgoneta en busca del garito donde expresar su pasión por el rock n' roll.

Las ganas les vienen de niños. Cuando Ovidi tenía 12 años y Álvaro 10, su madre les regaló una guitarra. Mala elección. En 1995 entró en casa 'Stripped', precisamente de los Stones, y avivó su pasión por el rock y por grupos como Nirvana, AC/DC, Tequila, Los Rodríguez, Burning... Los hermanos vivían en Valencia y estudiaban en colegios pijos como el Julio Verne y el Caxton College, pero decidieron que su vida no estaba entre las cuatro paredes de un aula: ellos querían ser Andrés Calamaro y Ariel Rot. No les importaba nada más.

Se asomaron a los escenarios desde diferentes grupos menores. Luego llegaron los Perros del Boogie, pero un día no les gustó el enfoque de la banda y prefirieron dejarlo. Solo les valía ese sonido rockabilly que recuerda a Tequila con el timbre de voz de Carlos Segarra (Los Rebeldes). Ovidi (37 años), voz y guitarra, y Álvaro (34), guitarra solista, tocan junto a Adrián Ribes, batería, y Nacho Tamarit, el bajo.

Josan es el organizador del Motgo Rock, el festival de música donde conocen muy bien a Los Zigarros. Se celebra en Xàbia (Alicante), en la Costa Blanca, muy cerca de Dénia, donde se fueron a vivir los Tormo -como explican en 'Voy hacia el mar'-. Ovidi es su profesor de guitarra y se ven con frecuencia. «No tienen el nombre de una banda de las grandes, pero son igual de profesionales, supercuidadosos con el sonido, muy meticulosos», explica Josan, que vive deslumbrado por la pasión melómana de Ovidi. «Tiene una colección de vinilos inmensa. Y de todo tipo: blues, soul, rock...».

Eternos adolescentes

Se saben de memoria la 'enciclopedia' del R&R y por eso exploran otro tipo de música. Son unos puristas del rock en el escenario, visten con botas y chupas de cuero, se dejan crecer el pelo y presumen de fumar y beber como cosacos en la furgoneta, pero no tienen inconveniente en decir que también escuchan rap o que Beyoncé les parece una artista soberbia.

Aunque luego siempre vuelven al origen. Unos chuletas tocando la guitarra. «Eso no se puede fingir. Somos rockeros, personas libres, abiertas y pasionales». Y encima viven de eso. «No me puedo creer que viva esta vida», se repite Álvaro cada mañana. No quedan tan lejanos los tiempos en la obra, así que se niegan a lloriquear por las penurias que les pueda proporcionar el rock.

La música les llena el buche y les permite estirar lo inimaginable la adolescencia. Porque para ellos un rockero es un joven eterno, un Peter Pan con patillas y una púa entre los dedos. «Si Chuck Berry estuvo tocando temas para quinceañeras hasta los 90...».

Esta noche se vestirán de rockero guapo, se beberán un chupito de whisky de trago y saldrán al escenario para tocar durante 45 minutos el rock n' roll que ya escasea en España. Luego se retirarán y disfrutarán por primera vez en su vida de un concierto en directo de los Rolling Stones. En una mano, una cerveza bien fría; en la otra, un cigarrillo. Tabaco para Los Zigarros en la noche de su vida.

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