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Thylane Blodeau, una niña que viste y posa como una adulta.
La lolita más 'top' de la moda

La lolita más 'top' de la moda

El escándalo crece con Thylane Blondeau. A sus 13 años desfila con ropa para mujeres adultas y en posturas seductoras y provocativas

PPLL

Domingo, 6 de abril 2014, 15:56

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Las fotografías que acompañan este reportaje pueden evocar el álbum familiar de cualquier cría tras rebuscar en el tocador y armario de su madre. Muestran a una niña que viste como una mujer adulta y luce posturas de lo más seductoras y provocativas, impropias de su edad. Thylane Blondeau se siente feliz pintarrajeándose los labios como una 'femme fatale' y probándose un traje de alta costura. Transmite enfrente del espejo la misma seguridad y seriedad que las modelos profesionales de vuelta de todo. Con una particularidad: exhibe las curvas que no tiene a costa de borrar su silueta infantil.

En otras imágenes se la ve recostada sobre una cama plagada de cojines de leopardo, enjoyada hasta las cejas, cargada con toneladas de maquillaje, luciendo estratosféricos tacones y con las piernas en alto. Nada de esto llamaría la atención de no ser porque estas fotografías saltaron a las páginas de las revistas de moda más importantes del mundo. En todas aparece Thylane, la niña modelo más codiciada. La top más joven de la historia arrastra un largo y controvertido historial. A los cuatro años desfiló para Jean Paul Gaultier, el modisto francés más irreverente. En lugar de jugar con muñecas, ha pasado su nada tierna infancia entre objetivos y platós poniendo morritos y jugando a parecer lo que no es. ¿Juego o trabajo? Esta adolescente de 13 años, cumplidos ayer, ha puesto patas arriba el mundo de la moda por su facilidad para crear atmósferas en las que mezcla ingenuidad y transgresión.

Hija de una ambiciosa y desprejuiciada presentadora de televisión y de un exfutbolista galo, provocó hace tres años la dimisión de la directora de 'Vogue Francia', Carine Roitfeld, al protagonizar un reportaje que, a juicio de muchos editores, incitaba a la pedofilia. Junto a otras dos precoces modelos que, según 'The New York Times', no superaban los siete años, cubrieron sus cuerpos con prendas de Versace e Yves Saint Laurent, joyas de Bulgari y Boucheron y zapatos de Louboutin y Balmain. Las maneras de estas tres lolitas encendieron al dueño del grupo líder del lujo mundial, Bernard Arnault. Cuentan que el magnate de Louis Vuitton lamentó tanto aquel reportaje que se cargó a Carine Roitfeld. De algo debía servirle ser el mayor anunciante de las revistas de moda. La polémica traspasó fronteras. De repente, la pequeña Thylane, que ha realizado campañas para Hugo Boss y Lacoste, se convirtió en la protagonista inesperada de una sesión del parlamento británico, que mostró su total rechazo a la «transformación en objeto de deseo sexual de los niños» en el mundo de la publicidad y la moda. El ilustrador Alessandro Palombo tildó la publicación de 'Vogue' de «regalo ideal para los pedófilos».

«Salida de tono innecesaria»

En su país también le cayeron críticas por todos los costados. Especialmente a su madre, Veronika Loubry, a la que acusaron de explotarla comercialmente. Arantza Francés, directora de KTS, una de las agencias más prestigiosas de modelos infantiles de España, tildó de «salida de tono innecesaria» la «actitud sensual» y los pronunciados escotes de Thylane. «Debe prevalecer el respeto, el sentido común y el cariño hacia los niños modelo», pidió. Fueron muchas las voces que desenfundaron toda su artillería contra fotógrafos y estilistas que producen anuncios que «sexualizan a las preadolescentes» y las hacen pensar que mostrar tanto cuerpo es «apropiado, 'fashion' y, sobre todo, 'cool'».

Thylane, sin embargo, parece hecha de una pasta especial. Ha reforzado su protagonismo al ser portada de 'Jalouse', una revista para 'hipsters' franceses y los pijos de la generación 2.0. La muchacha de los ojos gatunos, labios carnosos y larga melena posa con descaro y vuelve a aparentar más edad de la que tiene. Tanto que la han comparado con la nueva Brigitte Bardot. Otras publicaciones la presentan como 'la otra Kate Moss'.

Esta vez, al menos, se muestra recatada. Su imagen se asemeja a la de cualquier adolescente a la salida del instituto. No posa con posturas de diva ni con las piernas al descubierto. La maniquí más prometedora también ha prescindido de los dorados que lleva luciendo desde que su madre la introdujo en la senda de los casting. Apuesta por un sencillo jersey drapeado. Parece como si de repente quisiera enterrar la imagen de niña mimada y transformarse en una sencilla chica real.

Thylane, nacida en Costa de Marfil, promete sensaciones fuertes. Para empezar, ha anunciado a bombo y platillo su regreso a la primera escena del negocio. Antes de que 'Jalouse' llegara a los quioscos anunció a través de su cuenta de Twitter que sería portada. Colgó bastantes fotos en la Red y, de paso, recordó su participación en un reportaje para 'Teen Vogue'. Durante todo este tiempo ha disparado su presencia en las páginas de numerosas revistas infantiles. Es imprescindible.

Con miles de seguidores en su club de fans, Facebook retiró momentáneamente su cuenta cuando comenzaron a arreciar las campañas contra el modelaje infantil. Poco parece importarle a esta pequeña, pero quizás habría que preguntarse por qué a la moda le gustan tanto las lolitas. Todas las marcas las usan y llevan al extremo la costumbre de utilizar los cuerpos de niñas como objeto de consumo. Algunos modistos consideran que tampoco hay que rasgarse las vestiduras.

La moda siempre ha subrayado su culto a la juventud. Milla Jovovich arrancó su carrera a los 11 años, Kate Moss fue descubierta a los 14 y Versace fichó hace dos a la hija de Cindy Crawford, la 'top' favorita del difunto Gianni. Con solo 10 años, Kaia Gerber desfiló para una de las firmas más salvajes del mercado sin que nadie pusiera el grito en el cielo. Pero Thylane es puro escándalo.

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