Secciones
Servicios
Destacamos
ARANTZA FURUNDARENA
Domingo, 15 de julio 2018, 10:46
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Casi 40 años haciendo 'de reír', 32 de la famosa empanadilla... «Y no hay un solo día en que no me la recuerden». Pero el mundo ya no es el de Martes y Trece, y a sus 63 años a Millán Salcedo a veces le entran ganas de apearse. Luego se viene otra vez arriba y se sube a lo más alto: un escenario. Estos días representa en el Cofidis Alcázar de Madrid 'En mis trece 2.0'.
-Yo soy así, muy de sube y baja. Parece que me he tragado un ascensor en marcha. Es verdad que, viendo como está todo, he llegado a pensar en retirarme...
-En este espectáculo he sido abducido por la tecnología. Salgo a escena en plan emoticono. He redecorado un chaqué que me compré hace años. Ya sabe que soy sastre y todavía tengo los dedos para darle a la aguja. Ahora todo para mí es terapia ocupacional.
-No me pienso jubilar nunca, pero me voy a tomar las cosas con más tranquilidad. Cuando eres famoso, y un poco sensible como yo, te llevas palos. Te das cuenta de que cierta gente a lo mejor no te quería tanto... Que las puertas no son tan fáciles de abrir, que hay bastante hipocresía. A veces me dan ganas de escribirlo todo y soltar toda la bilis, pero no lo haré porque soy una persona fiel.
-¿Sabe qué pasa? Que no hay un solo día en que no me recuerden lo de la empanadilla. Así que cuento las andanzas de Martes y Trece en sus comienzos. Imagínese a tres chavales jóvenes metidos en un coche, girando como peonzas hipertróficas por la piel de toro. Hubo un verano que hicimos 130 galas. ¡En tres meses!
-Absolutamente. Quien nos acuse de haber salido drogados miente como un bellaco. Nosotros pertenecemos a la famosa Movida y la coca ha rodado en bandeja de plata. Pero para eso tenemos algunos la inteligencia, para utilizarla en nuestro propio beneficio.
-El que está guiñando un ojo y sacando la lengua. Me gusta más que los de sonrisas. Yo de la gente que sonríe todo el rato no me fío.
-El humor es el único oxígeno respirable. Y La Mancha lo que tiene es la ventolera, el ramalazo del viento que nos da en los sesos. Por eso Cervantes situó en La Mancha a alguien tan zumbado como don Quijote. Por cierto, ¿qué pensaría don Quijote hoy si viera esos molinos eólicos?
-Un día, yendo de gira con el pianista, de pronto nos acercamos a esos molinos. No puedes imaginar lo que se oye cuando pasan las aspas de un bicho de esos: Fffzzzzuuu... Luego me dijeron que son peligrosísimos. Creo que me protege todavía María Auxiliadora, patrona de los Salesianos, donde estudié. Ahí fue donde me di cuenta de que a mí lo que más me gustaba era subirme a lo más alto: un escenario.
-Todo cambio conlleva una ola de optimismo. Pero a mí no me ha gustado mucho el modo de llegar (me alío con quien sea con tal de subir arriba), lo digo como votante. No todo vale. Los políticos en el fondo son vedettes que se pavonean en sus pasarelas políticas constantemente y lo copan todo.
-Está claro que a los humoristas los políticos nos lo ponen a huevo. Vis cómica tiene Iceta cuando se pone a bailar. Es un poco desarmado, parece que lo haya construido Ikea.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.