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Melania Trump, hace un año, en un acto electoral en apoyo de su marido. :: SPENCER PLATT / afp
Melania Trump accedió gustosa a posar desnuda

Melania Trump accedió gustosa a posar desnuda

El fotógrafo Alé de Basseville dice que no le costó mucho convencer a la ahora primera dama. «Es una profesional», asegura

A. PANIAGUA

Miércoles, 29 de marzo 2017, 08:22

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Persuadir a Melania Trump para que posara desnuda fue tarea fácil. El fotógrafo y aristócrata Alé de Basseville, que inmortalizó a la primera dama sin ropa, no tuvo que emplearse a fondo ni invocar argumentos de peso. «No fue difícil convencer a Melania para que se desnudara. Era una profesional», ha declarado el fotógrafo a la revista 'Vanity Fair'.

Melania apareció desnuda en la revista francesa 'Max' en 1996, cuando la ahora mujer del presidente estadounidense era una modelo de la antigua Yugoslavia que intentaba hacerse un hueco en la industria de la moda. A Basseville le gustó la nueva modelo porque era un rostro desconocido y venía del Este. La sesión tuvo lugar en una vivienda de Chelsea, en Nueva York. Los editores de 'Max' habían pedido al fotógrafo que hiciera un reportaje arriesgado. Entonces él apostó por un posado «en clave lésbica» junto a la 'top' Emma Eriksson. «Me pareció perfecta», sostiene Alé de Basseville.

Nadie se fijó en aquellas instantáneas hasta que el periódico 'New York Post' refrescó la memoria al público y las recuperó del olvido. Cuando volvieron a aparecer, se montó un gran escándalo. No en balde Trump se encontraba inmerso en el lanzamiento de su carrera política y aquello suponía un contratiempo para sus aspiraciones. Pasado el tiempo, Basseville no entiende la polémica. A su entender, las imágenes resultan hasta candorosas. «Hoy en día los adolescentes suben fotos más provocativas en Instagram», apunta el artista.

De una cosa está seguro el fotógrafo. Hoy no volvería a retratar a la mujer de Trump desnuda. No por miedo al magnate, sino porque tendría que reprimir su osadía, cosa que le desagrada. «Ahora que es la primera dama tendría que hacer un retrato solemne y no me gusta lo políticamente correcto», aduce. Desde que su marido reside en la Casa Blanca, la antigua modelo ha refrenado sus ímpetus. Ya no puede decir aquello de que se acuesta al menos una vez al día con su marido, con el que practica «un sexo increíble». Ahora no pierde ocasión para mostrarse como una madre abnegada que vela por su hijo Barron.

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