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Corden con Michelle Obama de copiloto y con los Red Hot Chili Peppers cantando uno de sus éxitos.
Todos quieren ir con Corden

Todos quieren ir con Corden

James Corden ha puesto a cantar en su coche a Michelle Obama, Adele o los Red Hot Chili Peppers. Sus vídeos llevan dos mil millones de visitas. El presentador de moda conducirá los Grammy

ESTER REQUENA

Sábado, 26 de noviembre 2016, 10:19

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El Range Rover negro del presentador James Corden no cuenta con un equipamiento especial salvo unas minúsculas cámaras en el salpicadero. Solo circula a 30 kilómetros por hora y nada de llamativos paisajes: no pasa de las amplias avenidas de Los Ángeles y encima va escoltado por un convoy de seis turismos para que nadie perturbe su tranquila marcha. Así que no parece un plan fascinante, pero que lo conduzca el presentador de moda en Estados Unidos hace que todos los famosos quieran subirse en el asiento del copiloto... ¡y ponerse a cantar!

A sus 38 años, el actor británico ha conquistado América con una curiosa sección grabada dentro de su coche y que mezcla una alocada entrevista con canciones a todo volumen. La última en probar el éxito del 'Carpool Karaoke' ha sido Lady Gaga. Pero antes han sucumbido a sus marchosos viajes Justin Bieber, Rod Stewart, Jennifer Lopez, Elton John... ¡hasta la mismísima Michelle Obama, que se arrancó con un hit de Beyoncé! Aunque el título de 'primera dama' se lo lleva por el momento Adele, con más de 133 millones de reproducciones en YouTube versionando a las Spice Girls en el Range Rover negro de Corden.

El humorista, que acaba de ser elegido para conducir la gala de los Grammy en febrero, ha dado en el clavo con una sección dentro de su programa 'The late late show'... pero en internet. Su espacio en la CBS se encuentra lejos de convertirse en líder de audiencia en televisión (apenas 1,5 millones de espectadores), pese a que ya atesora un Emmy. Lo que cuelga en la red se hace viral en minutos. Sus vídeos en YouTube superan los dos mil millones de visionados. Y todo gracias a George Michael y a Gary Barlow, de Take That. O casi. Con ellos grabó unos gags para una gala benéfica y un documental en Reino Unido que luego decidió transformar en sección propia dentro de su programa cuando se mudó de país. Mariah Carey abrió la veda como invitada y más de un año después las discográficas se 'pegan' por que sus artistas compartan confidencias con Corden. Se ha convertido en la mejor promoción para ellos. «No fuimos conscientes del éxito del formato hasta que tuvimos a Stevie Wonder como invitado. Solo 48 horas después de emitirlo, su álbum de grandes éxitos que había publicado unos años antes se colocó primero en Europa y pegó una buena subida en Estados Unidos», recuerda el productor ejecutivo del programa, Ben Watson.

Además, no vale cualquier 'celebrity'. «Deben tener los suficientes éxitos musicales para que demos una vuelta durante unos 15 minutos y que yo sea su fan. Tengo que estar en plan '¡Oh, Dios mío!' cuando estoy junto a ellos, porque eso es parte del espectáculo», ha detallado el presentador.

Divertido, con chispa y sin una pizca de sentido del ridículo, Corden logra que sus 'copilotos' se desinhiban. Ha logrado que Jason Derulo se pusiese a bailar en una gasolinera, que los Red Hot Chili Peppers fuesen desnudos en su coche, usar el teléfono de Jennifer Lopez para llamar a Leonardo DiCaprio para pedirle una cita o que Lady Gaga mostrase con sus acelerones y frenazos que conducir no es la suyo. Tampoco se cortó con Michelle Obama en su paseo por los alrededores de la Casa Blanca. «¿Vas a echar de menos tener servicio de habitaciones 24 horas?», le espetó con ironía. «Está bien disfrutar de esos lujos, pero también de la libertad que voy a obtener al perder esos privilegios. ¡Voy a poder hacerme mi propio sándwich de queso!», le respondió ella. Aunque para confesión la que le hizo JLo: había dicho 'no' a dos de las cinco peticiones de matrimonio que le habían realizado. O el momentazo de Anthony Kiedis, vocalista de los Red Hot, salvando la vida de un bebé durante la grabación del espacio.

Acoso escolar de pequeño

Corden saborea ahora las mieles del éxito, pero la vida del hijo mediano de una trabajadora social y un vendedor de libros católicos no pasa precisamente por un camino de rosas. Sufrió acoso escolar debido a sus kilos de más y pese a que muy pronto dijo eso de 'mamá, quiero ser artista', no tenía suerte. Su padre le acompañaba por todo Londres de audición en audición hasta que con 17 años llegó un minipapel en el musical 'Martin Guerre': solo decía «Asar la carne», tres palabras providenciales porque a partir de entonces empezó a alternar teatro y televisión en Gran Bretaña hasta que pegó el pelotazo con la serie 'Gavin and Stacey' en 2007, que él mismo creó y protagonizó. Ganó un Bafta, lo apodaron el 'chico de oro de la comedia británica', pero no era feliz. «Mis sueños se estaban cumpliendo pero yo no podía ser más miserable. Me sentía solo, por eso quería estar rodeado de gente, aunque no la conociera», detalla en su autobiografía 'May I have your attention, please?' ('¿Puedo tener su atención, por favor?').

En sus páginas desvela que casi rozó la depresión y que ahogaba sus miedos en el alcohol y el sexo. Llegó a despertarse desnudo en casa de extrañas sin acordarse de cómo había llegado hasta allí. No atinaba en el amor e iba de una decepción a otra. Sus padres, ambos muy devotos, viendo lo perdido que se encontraba, rezaron por él. Y sus plegarias, como él mismo ha relatado, parece que le rescataron del caos. Unos meses después llegaba a su vida su mujer, Julia Carey, con la que ya tiene dos hijos de cinco y dos años. Con ellos cruzó el 'charco' para lograr el sueño americano cuando la pequeña apenas había cumplido dos meses.

Le llegó un papel en Broadway con el que incluso logró un premio Tony. Poco después compartía película junto a Meryl Streep. Pero seguía siendo un anónimo británico hasta que le ofrecieron presentar el programa 'The late late show' tras la salida de Craig Ferguson. Solo un año y medio después no hay nadie en Estados Unidos que no sepa quién es James Corden... y su 'Carpool Karaoke'. Y es difícil decirle que no: Paul McCartney lo hizo, pero Corden, que puede ser un martillo pilón cuando se propone algo, le prometió que si aceptaba participar con él en un 'sketch', le pondría su nombre al hijo que estaba esperando. Cuando el bebé llegó al mundo, le mandó al beatle una foto de la partida de nacimiento de Max McCartney Corden.

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