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Fotograma de la película 'Cuando todo está perdido' (2013).
Sigue siendo Jeremiah Johnson
ROBERT REDFORD, ECOLOGISTA

Sigue siendo Jeremiah Johnson

El actor portó el ataúd de 'Comehígados', el tipo que inspiró aquel western ecológico de Sydney Pollack, su papel favorito. «Es la 'celebrity' que más ha hecho por el medio ambiente», defiende Greenpeace. Ahora regresa con 'Un paseo por el bosque'

ISABEL IBÁÑEZ

Domingo, 29 de noviembre 2015, 11:12

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'Dos hombres y un destino' (1969): Los pistoleros Paul Newman y Robert Redford huyen de sus perseguidores a través de montes rocosos, ríos...

'Las aventuras de Jeremiah Johnson' (1972).

'El jinete eléctrico' (1979): Un vaquero debe acudir a un acto publicitario de Las Vegas vestido con un traje de bombillas, pero huye al desierto con el caballo.

'Memorias de África' (1985): Historia de amor en Kenia. 'Cuando todo está perdido' (2013): Un hombre solo contra el mar embravecido...

'Un paseo por el bosque' (2015)

'Un lugar llamado milagro' (1988): un trabajador riega su parcela usando el agua de un gran proyecto urbanístico.

'El río de la vida' (1992): dos hermanos unidos por su afición a la pesca con mosca.

'El hombre que susurraba los caballos' (1998): Redford, un adiestrador con un gran don.

Mis recuerdos comienzan a finales de la Segunda Guerra Mundial. Aquella era una hermosa ciudad, el aire era fresco, limpio, había espacios verdes, yo iba en bicicleta... Me encantaba. Cuando terminó la guerra, todo cambió. Es como si Los Ángeles se hubiera convertido en el lugar al final del arco iris y todo el mundo quisiera ir allí. De repente había rascacielos, autopistas, llegó la contaminación... Vi desaparecer bajo mis pies una ciudad que realmente me encantaba y me alejé. Me mudé a las montañas. Pasé un tiempo en las sierras y trabajé en el Parque de Yosemite, y cuando lo hice, esa conexión con la naturaleza me golpeó como un muro de ladrillos; me dije 'aquí es donde quiero estar'. Estamos en una sociedad orientada al desarrollo, pero si solo tenemos eso, no tendremos nada cuando la naturaleza desaparezca. Así que me comprometí a edad temprana a hacer lo que pudiera». Este es Robert Redford (Santa Mónica, California, 1936) hablando en junio ante la sede de Naciones Unidas en Nueva York, durante la Asamblea General sobre Cambio Climático. Una batalla a la que se han sumado el Papa Francisco y Barak Obama: EE UU y China, los dos países que más contaminan, asisten esta vez a la cumbre que comienza mañana en París para reducir la emisión de gases de efecto invernadero y frenar así el calentamiento del planeta.

Redford, el activista medioambiental, está a punto de estrenar en España 'Un paseo por el bosque': acompañado por otro septuagenario, Nick Nolte, se aventura por el Apalachian Trail, una de las rutas de senderismo más largas del mundo, 3.500 kilómetros de salvaje belleza por la costa este de EE UU, desde Georgia hasta Maine. Muchos sueñan con cubrirlo entero de una tirada, pocos lo consiguen, son los llamados 'thru-hikers'... Todo muy Redford.

No es la primera vez que el actor se mete en la piel de un personaje que se mueve bien en plena naturaleza. La última fue en 2013: en 'Cuando todo está perdido', un hombre solo lucha contra el mar. Su currículo está plagado de cintas en las que como actor o director, directamente o como telón de fondo, se moja en la defensa del medio ambiente. Y eso que podría haberse quedado en el típico 'golden boy', porque lo era. Decía Sydney Pollack: «No quería ser el típico guapo, el niño mimado, pero es que es tan guapo...». Así que decidió rebelarse: «Tuve que luchar contra esa imagen. No podía hablar de ello ni quejarme, porque tiene cosas buenas. Pero no era fácil».

En 1972, el actor protagonizó 'Las aventuras de Jeremiah Johnson' dirigido por Sydney Pollack, un western ecologista del que 'The New York Times' dijo: «Redford hace un papel muy real por su propia forma de pensar y sus sentimientos». Y era verdad, porque lleva toda su vida diciendo que fue su papel favorito: «Este relato mítico sobre un hombre de la montaña es exactamente la película que quería hacer». Se trata de un personaje inspirado en John 'Liver-Eating' (Comehígados) Johnston (1824-1900), una figura legendaria cuya historia quedó recogida en un libro de Raymond Thorp y Robert Bunker. Un soldado estadounidense en la guerra de México decide abandonarlo todo para vivir en las montañas. Aprende a subsistir como cazador y trampero, y se enamora de una india que finalmente es asesinada por una tribu enemiga. Ahí empieza una venganza que, según su biografía, acabó con la vida de 300 indios antes de reconciliarse con ellos.

Tri Robinson, un profesor de Secundaria de Antelope Valley, en el condado de Los Ángeles, quedó seducido por el libro y se lo recomendó a sus alumnos. Al enterarse de que aquel hombre había sido enterrado junto a la autopista de San Diego, traicionando así sus deseos de reposar cerca de las Montañas Rocosas, decidieron hacer algo. Más cuando ese mismo año vieron la película. «A los chavales les dolía que estuviera sepultado junto a la carretera llena de coches», explicó Robinson. Un amigo suyo del Old Trail Town, el museo del viejo Oeste de Wyoming, se ofreció a correr con los gastos si conseguían el permiso para trasladar el cuerpo. Y lo hicieron. El 8 de junio de 1974, los huesos de 'Comehígados' fueron trasladados al museo, cerca del parque de Yellowstone, frente a las Rocosas. De ahí esa foto de Redford portando el féretro junto a otros hombres vestidos como el personaje de la película. El actor pronunció un breve panegírico ante las 2.000 personas presentes, entre ellas los estudiantes y su profesor, como recordaba hace unos años Bob Edgar, fundador del Old Trail Town, fallecido en 2012: «La gente vino de todas partes, cubrieron toda la pradera frente a su tumba. Fue muy conmovedor. La gente tenía lágrimas en los ojos».

La web cinematográfica 'Allmovie' recuerda que «en el contexto de los primeros años 70 en EE UU, este filme promedioambiente y antisistema inspirado en la obra de Thoreau cautivó al público». Desde Greenpeace, Laura Pérez, directora de comunicación, hace hincapié en el «importantísimo papel» de Robert Redford en la lucha por la naturaleza -en 2012 apoyó su campaña para salvar el Ártico-: «Ahora estamos acostumbrados a que famosos como Leonardo Di Caprio se involucren, pero antes no era fácil, porque el ecologismo es una batalla incómoda. Y más en los años setenta, cuando la conciencia medioambiental era bajísima. Él fue el pionero, sin duda, un ejemplo para todos los que han venido detrás. El suyo es un compromiso personal, no un lavado de imagen. En 1984 ya estaba hablando de cambio climático cuando pocos sabían lo que era y les llamaban locos».

Esposas ecologistas

Laura Pérez destaca la coherencia del actor «en las causas que defiende y su manera de actuar». Redford vivió una juventud difícil por la muerte temprana de su madre, a los 41 años, de cáncer. Dejó los estudios y se ahogó en alcohol. Logró salir gracias a Lola van Wagenen, una mormona activista medioambiental con la que tuvo un niño, Scott, que falleció a los cinco meses de muerte súbita, cuando apenas se sabía nada de este síndrome: «Como padre, tiendes a culparte a ti mismo, eso te deja una marca que nunca se cura», confiesa. Después llegaron otros tres hijos. Se divorciaron en 1985 y tras varios romances el actor se volvió a casar a los 71 años con la pintora alemana Sibylle Szaggars, con la que comparte interés por la naturaleza y la espiritualidad: Sybille pinta plantas autóctonas en extinción.

Viven en su rancho ecológico: 'Sundance', 2.500 metros cuadrados en las montañas de Utah, cerca del hotel sostenible que él inauguró en 1969. «Con cien rústicas suites, cabañas y casas, Sundance ofrece una escapada tranquila y relajante al margen de los grandes complejos turísticos de la zona. Maravillosamente escondido en el desierto a la sombra del Monte Timpanogos, el lugar perfecto para sentirse uno con la naturaleza». Así se anuncia el resort, con precios razonables para todo lo que ofrece. En Utah se celebra también el festival de cine independiente impulsado por el actor: este año se estrenó allí el documental 'How to Change the World' (Cómo cambiar el mundo), sobre los pioneros de Greenpeace, y fue premiado.

Pero Robert Redford no solo es importante por sus películas abiertamente ecológicas, sino por su tendencia a mostrar la naturaleza en todo su esplendor, como en 'Un paseo por el bosque'. «Y eso es más efectivo con la gente no concienciada. Es necesario conocer las maravillas del planeta para sentir ganas de protegerlas, y él nos las ha mostrado -elogia Laura Pérez-. Es la 'celebrity' que más ha hecho por la lucha medioambiental».

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