«Conozco a políticos que llevan bótox»

Pero Lomana ya no vive en San Sebastián ni volverá a votar al PSOE, «porque Zapatero nos llevó a la ruina después de que Aznar le dejara un país de caramelo». Algunos pensarán que ahora ha arrimado el ascua a la sardina de Vox, sin embargo ella lo explica justo al contrario: «No los necesito para nada porque no tengo ambiciones políticas. Ellos han recurrido a mí para darse un poco de publicidad. Y me parece estupendo. Acaban de ser por primera vez 'trending topic' de mi mano». El objetivo que los une es eliminar el Senado, una institución que, en palabras de Lomana, «no sirve para nada, nos cuesta un millón de euros a la semana y está llena de señores improductivos». Por no hablar de la «mamarrachada» que para ella suponen «las traducciones simultáneas del gallego, catalán o euskera, cuando podríamos comunicarnos en castellano». Por todo ello y «sin ninguna intención de salir elegida», Carmen Lomana es la candidata número tres de las listas de Vox... ¡Al Senado!

Esta mujer, a favor del matrimonio 'gay' y tan en contra como Ada Colau de «los desahucios de pobres familias trabajadoras que se han quedado en el paro», afirma no sentirse ahora en la caverna. «Los de Vox son cachorritos del PP que se han ido del partido hartos del gobierno de Rajoy». Y esos cachorritos «necesitaban un poco de publicidad porque están vetados en todas las televisiones salvo en Intereconomía y en 'La Tuerca' (el espacio de Pablo Iglesias), porque así de surrealista es este país». Con Podemos anda Lomana un poco decepcionada «por las tonterías que dicen últimamente. Me gustaban más antes, aunque a algunos de sus integrantes los aprecio mucho como personas». Se refiere a Juan Carlos Monedero, con el que se comió un rosco... Pero el de Reyes. Ahora le envía mensajes (ella a él) criticándole que su partido no se posicione claramente contra los yihadistas. Monedero bastante tiene con lo de casa: su padre acaba de incorporarse a las listas de Vox. Carmen aún no ha tenido el gusto de conocerlo.

A quienes sugieren que su fichaje equivale a confundir votos con bótox, Lomana les responde airada que «esa es una gracieta machista que nunca harían con un hombre, cuando yo -asegura- conozco a muchos políticos que llevan bótox». Ella no. «Solo me pongo hialurónico y elastina».