¿Quién engañó a Heidi Klum?

Si no fuera porque publicó en las redes sociales el 'making of' desde el inicio, con la cara lavada, hasta el impresionante final, los asistentes a la edición número dieciséis de la fiesta de Halloween en Nueva York aún estarían preguntándose quién podría haberse sometido a una transformación tan impecable. La cita más caliente de la Gran Manzana el pasado fin de semana estaba en el 'nightclub' Lave. Allí se dieron cita un nutrido grupo de invitados, todos famosos, todos disfrazados en honor a las ánimas, que incluyó a la mismísima Jessica Rabbit. La explosiva 'femme fatale' hizo su aparición sin su marido, el conejo Roger, como si acabara de saltar de la película ambientada a finales de los años cuarenta en Los Ángeles que coprotagonizó junto a Bob Hoskins en 1988. Absolutamente irreconocible, la supermodelo alemana Heidi Klum tuvo que mostrar las fotos de su metamorfosis, realizada por un equipo de profesionales habitual en el cine de Hollywood, para que la creyeran. No era tarea sencilla. Como reveló después, mutar en la protagonista femenina de '¿Quién engañó a Roger Rabbit?' le llevó diez agotadoras horas en las que le colocaron prótesis en los pechos, en el trasero y en los labios. El resultado dejó boquiabierto a los curiosos y a los reporteros gráficos que se apelotonaban en la alfombra roja de la fiesta, a la que nunca falla la empresaria de moda, y ex del cantante Seal, y en la que siempre se las arregla para dar el campanazo. Si este año lo hacía caracterizada como un sensual dibujo animado, otros los hacía disfrazándose de cuerpo humano despellejado, exhibiendo solo los músculos, de sí misma con 95 años, de insecto galáctico o de 'gran manzana'. Por este último se decantó cuando la fiesta de los muertos le pilló embarazada de nueve meses. Según cuenta la camaleónica belleza, pensó que un traje tan holgado protegería su prominente barriga. «El problema fue que no entraba en el coche y tuve que pedir un descapotable. Tampoco podía beber agua porque no alcanzaba mi boca con mis brazos y ni siquiera podía sentarme. No pensé mucho en todos estos inconvenientes y, la verdad, no fue nada divertido», recuerda la modelo.