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Blanca Suárez luce una decena de 'piercings' que suelen desaparecer por exigencias del guión. :: reuters
Blanca, la deseada

Blanca, la deseada

Acaba de llegar de EE UU para grabar 'Carlos V'. «Bella, disciplinada y seria», se la disputan nuestros mejores directores. Blanca Suárez está en todas partes

ESTER REQUENA

Sábado, 20 de diciembre 2014, 09:56

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La primera vez que Blanca Suárez (Madrid, 1988) se subió a un escenario contaba con solo 7 años. Debutó con Kakadú, un loro que hablaba y que iba lleno de plumas que le quitó a varios plumeros de colores. Tan mítica actuación, y por la que muchos medios pagarían una cifra considerable, de vez en cuando la ponen sus padres en casa... aunque a ella le suben los colores «muerta de vergüenza». Dos décadas después, a Blanca la consideran la nueva musa del cine español, puede presumir de un curriculum envidiable ¡y hasta de haber sido 'chica Almodóvar' en dos ocasiones y con menos de 26 años! Ahora acaba de volver de cruzar el charco tras rodar 'My bakery in Brooklyn', dirigida por Gustavo Ron, una producción española, aunque grabada en inglés, que la acerca un poquito más a Hollywood. ¿Quizás sea la nueva Penélope? Muchos ya la consideren como la Jennifer Lawrence española y forma parte de una generación de actores que está en todas partes.

«Blanca está donde está gracias a su esfuerzo, dedicación y confianza hacia el trabajo de los demás», sentencia Paloma Rodríguez, su representante en la agencia Paloma Juanes. Y su carrera internacional no ha hecho más que empezar a despegar: en el pasado Festival de Venecia el fotógrafo Rankin la seleccionó dentro de las siete estrellas emergentes del mundo del celuloide.

Ya lo presagió el director Imanol Uribe cuando se encontró con ella en 'Miel de naranjas' hace unos años: «Es muy profesional, disciplinada y seria. Tiene la belleza de las heroínas de Hitchcock, me recuerda a Kim Novak, pero además está concentrada en lo que hace». Proyectos sobre su mesa no le faltan. No ha parado de engarzar papeles desde que con 17 años la descubriera el director de casting Pep Armengol en una prueba de cámara en su escuela de teatro. Poco después protagonizó la película 'Eskalofrío'. Le siguió 'El internado' (Antena 3).

Curiosamente Blanca Suárez no había llevado uniforme hasta la exitosa serie, un boom que le pilló ya en la universidad estudiando Comunicación Audiovisual. Al final tuvo que dejar los estudios. Criada en un barrio madrileño «a diez metros de la M-30», antes de saltar al estrellato a la pequeña de la familia -se lleva once años con su hermano- le daban «manguerazos» en el jardín a falta de piscina, viajaba en el Fiat Regatta ranchera de su padre sin aire acondicionado e iba a la discoteca Joy Eslava en la sesión 'light' a beber granadina con vainilla.

Los veranos los pasaba en Madrid practicando patinaje artístico sobre ruedas combinándolo con algún campamento de verano en Almería con sus compañeros de teatro. «En ellos era la más emprendedora, la que más cantaba, la que más la liaba», recuerda María Alburquerque, su profesora y fundadora de la Escuela Tritón de Artes Escénicas en las que la joven hizo sus primeros pinitos en el mundo de la interpretación.

La actriz cuenta con la misma pandilla con la que empezó a salir con 13 años y con los que se escapa siempre que puede para airearse de los focos. La última vez a Manchester, donde ahora viven dos de sus mejores amigas que se buscan allí la vida mientras mejoran su inglés. También de aquellos años aún conserva sus platos preferidos: espinacas gratinadas con bechamel, pollo con piña y boquerones en vinagre de aperitivo. Un menú que su madre, administrativa bancaria (su padre es aparejador municipal), repite siempre para su cumpleaños. A la joven le tira menos la cocina, aunque es toda una experta «en idear mezclas para mojar colines de pan». Una de sus preferidas: queso philadelphia y berberechos.

Al lado de Kim Kardashian

«Detrás de la cámara es tranquila, analítica, cariñosa...», apunta su representante. Pero también dormilona, glotona, cascarrabias, insegura y friolera, según ha relatado ella misma. Y no se considera nada sexy, pese a que lidera algunos de los ránkings de las actrices españolas más deseadas. Sobre todo tras convertirse en imagen, y llenar muchas marquesinas de publicidad, luciendo la ropa interior de Intimissimi. Fan del 'nail art', las manualidades y la decoración, la moda sobresale como su gran pasión tras la interpretación, lo que le ha llevado a compartir 'front row' en las pasarelas con la mismísima Kim Kardashian e incluso ser portada de las revistas más 'fashion'. Y eso que tiene claro que «ni soy modelo ni podré serlo nunca; cada uno sabe cuáles son sus limitaciones». «Su perfil de imagen ha crecido en estos últimos cuatro años; de hecho el 81% de las mujeres la conocen», detalla Santiago Mollinedo, director de Personality Media, una empresa que mide la popularidad de 2.300 famosos españoles.

Convertida en una de las 'it girls' del momento -cuenta con su propio blog-, siempre se encuentra entre las mejores vestidas de la alfombra roja... aunque le cuesta acordarse de colocar la espalda bien recta en los 'photocalls'. ¿Su perdición a la hora de comprar? Las chupas de todo tipo, los bolsos y, sobre todo, los zapatos. La «joya» de su colección son unos botines azules con tachuelas de Chloé que comparten armario con unos pantalones vaqueros que aún conserva de un novio de cuando tenía 17 años.

Precisamente su curriculum sentimental también ha llenado miles de páginas, aunque en las revistas del corazón. De eso nunca suelta ni prenda, aunque tras un romance con Javier Pereira, formó una de las parejas más envidiadas del cine patrio durante unos años con Miguel Ángel Silvestre, alías 'El Duque'. Sortearon distintas crisis, pero se les acabó el amor y al poco ella rehacía su vida con el cantante Dani Marín tras surgir la chispa rodando juntos un videoclip. Todo terminó tras unos meses intensos en los que no faltaron las persecuciones constantes de los paparazzis, que llegaron a interrogar incluso a su quiosquero sobre sus idas y venidas.

Ahora se especula con que tendría algo más que amistad con Aitor Luna, su compañero de reparto en la cinta de Gustavo Ron. Ella solo ha contado que en Nueva York ha dormido abrazada al mono rosa de peluche con ojos de purpurina que le regaló su madre antes de irse para que le hiciera compañía. Por el momento, el único 'hombre' oficial que hay en su vida es Pistacho, su perro, un teckel de dos años al que de regalo de Estados Unidos le ha traído un chándal con forma de dragón azul.

Una decena de 'piercings'

Con su perro es habitual verla surfeando en Tarifa, «uno de los sitios que más calma me da». Si antes se escapaba con Miguel Ángel Silvestre, ahora lo hace con sus amigas, entre ellas su representante e íntimas del mundillo de la interpretación como Irene Montalá y María León. En Cádiz precisamente la han pillado estos días las revistas cambiándose de ropa y dejando al descubierto parte de su fisionomía mientras se quitaba el neopreno.

Unos días de vacaciones antes de comenzar su nuevo trabajo, en el que tendrá que enfundarse bastante ropa y viajar al siglo XVI. El año que viene será la nueva reina de la televisión: regresa a la pequeña pantalla como Isabel de Portugal, mujer de Carlos V, la serie que ya prepara Televisión Española. Para ello tendrá que olvidarse, y disimular, sus queridos 'piercings'. Los luce en la orejas, labio, ombligo, frenillos varios, el del séptum (tabique nasal). y eso que hasta los 7 años no tenía ni siquiera los agujeros para pendientes. Ahora los llevará como una reina.

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