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La vedette Tania Doris brinda con Matías Colsada. :: R. C.
Tania Doris, la dulce viuda

Tania Doris, la dulce viuda

Una jueza reconoce a la reina de la revista musical una herencia de 2,3 millones por su convivencia con el empresario Matías Colsada, que murió sin hacer testamento. En la disputa por los 37 millones de su fortuna también aparecieron dos hijas ilegítimas

JULIÁN MÉNDEZ

Domingo, 28 de septiembre 2014, 09:41

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La historia da para un sainete... con un par de muertos de por medio. Lean, lean... Escultural supervedette española del franquismo se lía con el empresario que monta sus musicales. Al tiempo, el hombre mantiene su matrimonio en Zaragoza y festeja con la legítima hasta las bodas de oro. No tienen hijos. El patrón, que amasa una fortuna con sus espectáculos picantes, considera de mal fario eso de hablar de la muerte y ni se le pasa por la cabeza hacer testamento. Un día, con los 88 cumplidos y mientras come con su amante en el restaurante La Pineda de Casteldefels, le da un infarto. Se inicia el litigio por sus bienes, estimados en 37 millones de euros, entre la esposa, un hermano del fallecido y Tania, su fiel compañera durante 30 años, con la que tampoco tuvo descendencia. Y para complicar el asunto, aparecen dos hijas ilegítimas, de las que nadie tenía noticia hasta entonces, esgrimiendo sus derechos sobre la herencia.

El empresario era conocido como Matías Colsada, aunque su verdadero nombre era Matías Yáñez Jiménez, dueño, entre otros, del Teatro Apolo de Barcelona, del Monumental y de La Latina, en Madrid. Hijo de un ebanista, empezó cantando tangos arrabaleros por cafés y emisoras, trabajó de actor, compró un circo y se hizo con la gestión del Teatro Principal de Zaragoza tras la Guerra Civil. En esa ciudad se casó en 1949 con su esposa legítima, llamada Aurelia Buj Soler. La 'otra' era Tania Doris, la vedette de piernas vertiginosas que se adornaba con boas de plumas, marabús y visiones para poner a sus pies a los hombres de aquella España machista, tibia y menesterosa. La reina del Paralelo, una valenciana nacida en 1952 y bautizada como Dolores Cano Baró, ponía el picante y el fraseo sugerente de sus letras pícaras en aquellas revistas de lentejuelas y sombreros de copa, que pretendían trasladar al país el aroma mundano y glamuroso de los proscritos teatros parisinos como 'Lido' o 'Folies Bergère'.

'Yo soy la tentación', 'Seductora', 'Venus de fuego', 'La dulce viuda' o 'La estudiantina portuguesa' retratan espectáculos con vicetiples en mallas que trinaban aquel «somos las chicas alegres que trajo Colsada para quitarles el mal humor», un auténtico canto subversivo para tiempos sombríos. El picante de las salsas que guisaban Antonio Garisa, Juanito Navarro, Zori, Santos y Codeso con sus chistes procaces, preparando al respetable para las zancas de Lina Morgan, María José Cantudo o Esperanza Roy.

Cuando todo decayó devorado por la cruda realidad, Matías Colsada siguió su carrera de empresario teatral de éxito y amasó una fortuna en propiedades inmobiliarias en Madrid y Barcelona. Tania siguió a su lado, cuidándole en sus achaques hasta la muerte el 25 de marzo de 2000. Poco después comenzó la disputa por la herencia.

Se exhumó el cadáver

Se supo entonces que Matías Colsada, descubridor, entre otras artistas, de Lina Morgan y Concha Velasco, había llevado una vida de lo más agitada. Hubo que exhumar su cadáver para cotejar su ADN con el de las dos supuestas hijas ilegítimas. Los análisis confirmaron que era el padre biológico de María del Carmen y Julia: una de ellas falleció en 2006 en un accidente de tráfico en Hungría, dejando dos hijos de corta edad que se sumaron a la lista de pretendientes. La viuda, declarada incapaz por razón de la edad, también se presentó en el proceso, al igual que Florencio, un hermano del empresario, que en un primer momento recibió 3 millones de euros.

Esta semana, una jueza del Tribunal Superior de Justicia de Cataluña ha dictaminado el derecho de Tania Doris a percibir 2,3 millones de euros al entender que queda acreditado que la vedette, de 64 años, era pareja «de hecho y derecho» del fallecido y reconoce sus años de dedicación, que comenzaron en 1969, cuando se fueron a vivir juntos.

«Ella está muy contenta. Tenía muchas ganas de que todo esto acabara porque llevamos litigando desde 2001. Se reconoce que Colsada tenía en Tania una fuente segura de ingresos porque ella llenaba cada noche el teatro Apolo. Con la seguridad de ese dinero fijo en caja pudo realizar otros negocios», apunta el letrado barcelonés Luis Usón, contratado por Tania Doris, dulce viuda al fin.

Empresario. Matías Colsada (en el DNI, Matías Yáñez) fue el rey de la revista española. Era uno de los escasos resquicios, junto a 'La Codorniz', por donde colarle algún golito a la censura. Fue dueño del Teatro Apolo, en el Paralelo, del Monumental y de La Latina, en Madrid.

Acuerdo. «En la sentencia, muy bien hecha, la jueza nos invita a que acudamos a un mediador para terminar con el caso. Somos 7 abogados defendiendo 7 intereses distintos», apunta Luis Usón. La herencia, de la que Tania es «acreedora», está controlada desde el inicio del litigio por un administrador judicial.

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