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El yate real Fortuna ha sido vendido por 2,2 millones. En su momento costó 21. :: efe
Yate Fortuna: segundas rebajas

Yate Fortuna: segundas rebajas

se vende a precio de saldo a Baleària, mientras doña Sofía encarrila a sus nietos hacia la vela ligera

ARANTZA FURUNDARENA

Martes, 29 de julio 2014, 09:45

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La noticia del enésimo verano de la crisis es que el Fortuna por fin se ha vendido. Y justo en temporada de 'segundas rebajas', o sea, a precio de saldo. Pedían por él 10 millones de euros, esperaban 8 y al final lo han soltado por 2,2 (lo bajan un poco más y lo compra Pablo Iglesias). Un barco que en su día costó 21 millones, vendido por una décima parte de su valor original... Vamos, que era una mansión flotante y la burbuja inmobiliaria le ha dado, como un torpedo, en toda la línea de flotación.

Dicen que Jorge Mendes, representante de futbolistas-estrella como Cristiano Ronaldo, Maradona o Falcao, estuvo interesado en su compra, pero al final la que se ha quedado con el ex yate real ha sido Baleària, la naviera del incombustible empresario, banquero y ex ministro ibicenco Abel Matutes, curiosamente, el mismo que animó a los emprendedores baleares a que financiaran a escote una embarcación de lujo a la altura del Rey Juan Carlos, en una época en la que a los reyes se les suponía el yate como el valor en la mili. Ahora Juan Carlos ya está jubilado, el nuevo Rey no quiere tener ni velero y al antiguo Fortuna lo han rebautizado como Foners, que es el nombre de un barrio de Palma. Y porque empieza por efe y pretenden aprovechar las mantelerías, lencería y cuberterías bordadas o grabadas con esa inicial, que si no, lo mismo le ponen Vallecas o Leganés, porque en este país se ha pasado del pelotazo a la penuria y del derroche a la cicatería sin primera ni segunda transición.

Y mientras el Fortuna cae en el infortunio y se va haciendo al ánimo de pasar de una existencia regia a una vida proletaria (Baleària todavía no ha definido su uso, pero probablemente será comercial), algunos de sus antiguos ocupantes, la Reina Sofía, la infanta Elena y los pequeños Marichalar y Urdangarin, protagonizaron ayer en Mallorca, tal como estaba previsto, la primera foto familiar del verano. Fue en la escuela de vela de Calanova, donde los hijos de las infantas Elena y Cristina (ésta última, ausente por imputación) acaban de empezar un cursillo de vela que los mantendrá entretenidos hasta el viernes.

Doña Sofía, como de costumbre, se entregó a una de sus aficiones favoritas: la fotografía. Pero la anécdota de la jornada la protagonizó Irene, la hija menor de Iñaki y Cristina, cuando, con toda la espontaneidad de sus nueve años, preguntó a uno de los miembros del equipo de seguridad de la Casa Real: «¿Y aquí dónde se come?». Muy alta y aún más delgada que el año pasado, la niña acaba de llegar de Suiza, donde a buen seguro no pasa hambre pero sí es posible que añore las ensaimadas y la sobrasada. A su lado, su primo Froilán, recién salido de 'la Safa', un severo internado de Sigüenza especializado en la doma de estudiantes descarriados, se comportó con más formalidad que en ediciones anteriores durante el posado ante la prensa. Aún a riesgo de que alguien pudiera tacharlo de patriota de alpargata (como a Pujol), Froilán lucía unas espardeñas con la bandera de España que hacían juego con el cinturón de su madre. Los muy viajados Urdangarin optaron directamente por las bermudas multicolores y las internacionales chanclas.

A los nuevos Reyes no se les espera en la isla antes del 5 de agosto, sin embargo, la prensa mallorquina no descarta que la princesa Leonor viaje a Palma esta misma semana y se una a sus primos en el cursillo de vela. De vela ligera, por supuesto, ya que la posibilidad de patronear en el futuro yates de gran eslora como el Fortuna ni se contempla.

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