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10 procesiones que no te puedes perder esta Semana Santa en Extremadura

10 procesiones que no te puedes perder esta Semana Santa en Extremadura

Fervor, pasión, devoción y júbilo. Los desfiles que se pueden disfrutar por toda la geografía extremeña son de una gran carga emocional y riqueza artística. Por eso cada año son más los turistas que llegan para disfrutar de ella

redacción

Martes, 11 de abril 2017, 23:30

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La Semana Santa en Extremadura es fervor, pasión, devoción, recogimiento, júbilo... La región extremeña tiene procesiones que gustan tanto si eres creyente como si no. Algunas son sobrecogedoras como Los empalaos de Valverde de la Vera o el Cristo Negro de Cáceres. En Mérida se pueden ver los pasos en enclaves históricos romanos, como el Templo de Diana o el Anfiteatro Romano, lo que la hace única en el mundo, y varias localidades cuentan con representaciones de la Pasión Viviente, en la que participa gran parte de las poblaciones, como en Oliva de la Frontera o Torrecilla de los Ángeles.

La región cuenta con la catalogación de Fiesta de Interés Turístico Internacional desde 2011 de la Semana Santa de Cáceres. Y otras tres semanas de Pasión y Resurrección, las de Mérida, Badajoz y Jerez, son de Interés Nacional.

Además, son de interés turístico Regional los Empalaos de Valverde de la Vera (Viernes Santo); la Pasión Viviente de Oliva de la Frontera (Jueves y Viernes); la Semana Santa de Trujillo y su Chíviri (Domingo de Resurrección); La Carrerita de Villanueva de la Serena (Domingo de Resurrección); y Las Carreras de Arroyo de la Luz y la Romería de Piedraescrita de Campanario (Lunes de Pascua).

La Procesión Magna de Badajoz

La Semana Santa de 2017 en Badajoz es especial. Si esta celebración ya es importante en la capital pacense, declarada Fiesta de Interés Turístico Nacional, este año se podrá ver desfilar unas 1.500 personas en la Procesión Magna, que incluye el cortejo, los costaleros, la Junta de Gobierno y el acompañamiento.

Durante la procesión magna de este viernes, 14 de abril, se darán cita más de 500 costaleros y por primera vez contará con 12 pasos al incorporarse el Cristo de la Humillación, el Ecce Homo de la Hermandad de la Soledad, que procesionará conjuntamente con el Amarrao, este último restaurado este año por el artista Ricardo Pereira.

También saldrá el Cristo de la Caridad, que no pudo procesionar en 2012 debido a las inclemencias meteorológicas, así como el Cristo del Amor de la Hermandad de la Vera Cruz, que saldrá por primera vez en una Magna.

Esta procesión lleva diez años sin desfilar. En 2007 el público llenó el Casco Antiguo, ya que sale cada cinco años, y en 2012 no se pudo celebrar por el mal tiempo.

El Cristo Negro de Cáceres

Medianoche del Miércoles al Jueves Santo en la Ciudad Monumental de Cáceres. Cientos de personas abarrotan la Plaza de Santa María a la luz de las antorchas, y solo se escucha el sonido de una esquila y un timbal destemplado. Varias llamadas a la puerta de la Concatedral de Santa María y una frase rompen el silencio. «¡Qué salga la Hermandad del Cristo Negro! ¡Dios lo quiere así!». Es el inicio de una de las procesiones más mediáticas de la Semana Santa cacereña y de las que más público atrae.

La máxima de esta hermandad, que rescató la procesión hace 31 años, es ser lo más fiel posible a sus orígenes medievales. Por eso no hay iluminación artificial, solo antorchas, y por eso los cofrades visten un hábito benedictino con la cara totalmente tapada con la capucha. La talla, realizada en madera africana de color negro, es de mediados del siglo XIV. Este desfile de orígenes medievales se reincorporó a la Semana Santa en 1986.

Esta procesión de silencio está catalogada como Fiesta de Interés Turístico Internacional desde 2011 y ha aparecido en una galería fotográfica en la edición digital de la cabecera norteamericana del Washington Post.

La 'madrugá' de Jerez de los Caballeros

El Jueves Santo comienza el pasaje más intenso de la Semana Santa jerezana, pues a partir de las 19 horas se suceden las procesiones hasta la mañana del Viernes Santo. La Archicofradía del Santísimo Sacramento inaugura las salidas y recogidas de estos días poniendo en la calle una procesión extensa, que se desborda desde el templo patronal de San Bartolomé en un río de túnicas celestes.

El paso más representativo de esta cofradía es el de la Santa Cena, resaltando la significación de la eucaristía. Junto a esta escena, aparecen también Jesús ante Pilatos, la poderosa imagen del Cristo de la Piedad, casi abrazando con sus manos la estrechez de calles plenas de encanto, y la imagen bella y serena de la Virgen de la Paz, obra de Luis Álvarez Duarte.

Otra procesión se prepara en el popular barrio de Los Mártires, desde cuya ermita realiza su salida la Pontificia y Real Cofradía del Señor Coronado de Espinas, mostrando la afrenta y el dolor. Es otro de los pasajes vibrantes de esta Semana Santa, en el que se integran las imágenes de: Jesús Coronado de Espinas, Flagelado y la hermosa y admirada María Santísima de la Amargura, obra de Sebastián Santos, que es llevada con auténtica entrega. Elementos llamativos también es la escolta romana a caballo de la cofradía.

La noche se confunde con la madrugada dando paso en sus primeras horas a la salida de la Real Hermandad de la Esperanza Macarena, en medio de un ambiente de gran expectación, de nuevo a las puertas de la iglesia patronal de San Bartolomé. El verde esperanza reina en la madrugada jerezana, y una procesión que muestra la imagen de Amor convertida en total entrega se resumen al fin en el rostro de la Madre Macarena, bajo palio y sobre una devoción sincera. Sus madrinas, las hermanas de la Cruz, le rezan cada año a su paso por la Corredera Hernando de Soto.

El sentimiento y el fervor no cesan y son protagonistas de un conmovedor amanecer del Viernes Santo en la iglesia visigoda de Santa María de la Encarnación, desde donde realiza su salida la Cofradía de Nuestro Padre Jesús Nazareno, al grito emocionante de «¡Arriba Jesús¡». Una nube de costaleros aguarda, preparados para aliviar el peso de la cruz y emprender el camino hacia el Calvario, tras la ceremonia del Sermón de Pregones y con un parada en la plaza de España para escenificar un último encuentro entre Jesús y su Madre, con la intervención de la escolta romana de esta cofradía y de la Buena Mujer. El momento es único.

Vía Crucis de Mérida

La madrugada del viernes deja la estampa más singular de la Semana Santa de Mérida: el Vía Crucis en el Anfiteatro Romano a la imagen anónima del siglo XIV del Santísimo Cristo de la O. La representación de la Pasión de Jesús en el monumento romano, que ya se ha asentado en la madrugada del Viernes Santo al Sábado, es también la mejor tarjeta de visita para una fiesta que aspira a lograr el sello de interés turístico internacional.

Un Viacrucis único y con muchas similitudes con el del papa Francisco en el Coliseo de Roma. Parte acompañado por un redoble de tambores sordos a la una y media de la madrugada de la Concatedral. A la luz de las antorchas y con la luna iluminando el cielo, se rezan las estaciones del Vía Crucis.

Para presenciarlo en el graderío hay que sacar previamente entradas gratuitas en la taquilla del Teatro. Para verlo desde la arena se reparten papeletas de sitio antes de la salida en la Concatedral. La Junta de Cofradías no garantiza el acceso a todos por las restricciones propias del monumento, y recuerda que se trata de un momento de oración, y no de un espectáculo. Prohibido perderse este desfile a todo el que pase essa noche por Mérida y tenga la oportunidad de verlo.

Los Empalaos de Valverde de la Vera

Valverde de la Vera es uno de los cinco conjuntos históricoartístico de la comarca. Un claro ejemplo de la llamada arquitectura popular verata. Sin embargo, su fama se debe a una fiesta declarada de Interés Turístico Nacional, Los Empalaos, un rito del siglo XVI que tiene lugar en la noche del Jueves Santo.

Sobre la media noche de ese día irrumpen los penitentes por el casco urbano, ue para cumplir una promesa, con el torso desnudo, ensogado, los brazos en cruz atados a un timón de un arado y descalzos, realizan el viacrucis en silencio, acompañados de un familiar o cirineo, que oculto bajo una manta para no ser reconocido, alumbra con un candil el camino del calvario que recorre El Empalao como alma en pena, llevando como única vestimenta una enagua blanca y un velo que cubre la cabeza.

El cirineo, que ahora alumbra con un farol de aceite, acompaña también por si hace falta socorrer al disciplinante, como se denominaba en la antigüedad, toda vez que camina descalzo por calles empedradas y cuestas empinadas, a veces mojadas por la lluvia, lo que supone un esfuerzo sobrehumano y enorme sacrificio, de ahí que alguno pueda acabar mareado, pese a que no se azotan como sucedía hasta finales del siglo XVIII.

De cualquier manera, cuando terminan quedan señales en sus cuerpos de las sogas que se refriegan con vino al igual que los moratones que afloran por todas partes.

La Buena Mujer de Barcarrota

Uno de los actos más singulares de la Semana Santa de Barcarrota es, sin duda, el de la Buena Mujer, del que el dato más antiguo que tiene la Cofradía de la Vera-Cruz, organizadora del mismo, es del año 1790. Se trata de un Vía Crucis, que narra y representa los hechos ocurridos en la calle de la Amargura, camino que recorrió Jesús hasta llegar al Calvario y su encuentro con María.

Un acto en que las imágenes bailan y escenifican ese camino hacia el Calvario al son de unas coplas que rompen cada año el silencio de la localidad pacense en la madrugada del Viernes Santo en la plaza de España, a las siete de la mañana.

Desde la ermita de la Soledad salen en procesión, con recorrido distinto, el Nazareno con la cruz a cuesta; San Juan, María Magdalena y Verónica, y la Virgen de los Dolores.

Tras desfilar por calles diferentes, todos los pasos confluyen en la plaza de España. Empiezan entonces las escenificaciones. Desde los balcones del Ayuntamiento, ataviados como manda la tradición, el pregonero y el ángel vestidos de blanco, y la Buena Mujer, en el centro de ambos, vestida de negro y con un velo tapándole el rostro, se procede a las narraciones. El pregonero ofrece el sermón con el que se expone la sentencia de Pilatos por la que se condena a Jesús. El Ángel negará esa condena considerándola injusta. Y la Buena Mujer entona 14 coplas de origen mozárabes que narran las acciones que deben seguir los pasos.

Pasión Viviente: Oliva de la Frontera, Torrecilla de los Ángeles, Belvís de Monroy y Alburquerque

Durante Semana Santa de Extremadura varios pueblos representan, con gran apoyo de los vecinos, los últimos días de Jesús, y destaca por encima de los demás la Pasión Viviente de Oliva de la Frontera, que está declarada Fiesta de Interés Turístico Regional.

Esta escenificación de la pasión, en la que participa gran parte de la población, comienza el Domingo de Ramos con la entrada de Jesús en Jerusalén.

El Jueves Santo se realizan las escenas de la última cena, el Huerto de los Olivos o el proceso de Caifás; y el viernes las secuencias a Poncio Pilatos y Herodes, o el camino del Calvario y la crucifixión. Todas ellas con gran afluencia de público.

Otras localidades que también escenifican los últimos días de Jesús son Alburquerque, Torrecilla de los Ángeles y Belvís de Monroy

La 'Carrerita' de Villanueva de la Serena

Será el Domingo de Resurrección, cuando Villanueva de la Serena viva el punto culmen de una Semana Santa intensa, con su popular y emocionante procesión de 'La Carrerita', que este año viene con una novedad sustancial de cara a seguir realzando esta Fiesta de Interés Turístico Regional.

Este año, como novedad, la Concejalía de Turismo se suma a la iniciativa que vienen haciendo otras localidades extremeñas para potenciar sus fiestas, a través de un atractivo culinario.

Después de la procesión se repartirán 4.000 churros y 2.000 chocolates, con los que se obsequiará a los asistentes tras el esperado encuentro entre la Virgen de La Aurora y el Resucitado.

De lo que no cabe duda es que el Domingo de Resurrección, la plaza de España de Villanueva de la Serena será de nuevo un hervidero para disfrutar de unos segundos, fugaces e intensos, que son los que dura la emocionante carrera de la Virgen de la Aurora al encuentro de su Hijo, el Cristo Resucitado. Un suspiro, que provoca el cosquilleo en el estómago de los miles de villanovenses que, creyentes o no, se citan cada Domingo de Resurrección para disfrutar de la procesión de La Carrerita.

El Encuentro en Plasencia

Aunque no es de las más conocidas, esta procesión es de las que hacen llorar a los que asisten a ella. Se celebra también el Domingo de Resurrección en la impresionante Plaza Mayor de Plasencia. Aunque las procesiones en la capital del Jerte tienen el empaque y la sobriedad del norte, en este desfile se hace bailar a las imágenes de la Virgen del Rosario y de Jesús de la Pasión cuando se encuentran, para gozo de los fieles, sobre las 13 horas.

Antes, a las 11, ambos pasos han salido de Santo Domingo acompañados por el séquito más numeroso de toda la Semana Santa placentina ya que la procesión está organizada por la Hermandad de la Pasión, que es la que cuenta con mayor número de cofrades de Plasencia, y la única que desfila en dos días distintos en la Semana Santa de esta ciudad.

Pese a no tratarse ni mucho menos de una de las cofradías que cuentan con mayor tradición, desde que fue creada en el año 1998 se ha convertido en poco tiempo en una referencia en la ciudad, no sólo por la gran cantidad de cofrades que ha logrado aglutinar, sino también porque se trata de una cofradía de clara inspiración sevillana, una rareza en mitad de una estética y tradición de tipo castellana.

'Que sí, que no' en Fregenal de la Sierra

El Domingo de Resurrección es una fiesta en Fregenal de la Sierra. A las 10 de la mañana empiezan el tradicional anuncio de la resurrección de Cristo tras vencer la muerte con centenares de carreras desde el templo de Santa Ana hasta el convento de las Madres Agustinas, acompañando a San Juan y María Magdalena antes del reencuentro gozoso. Es el llamado ¡Que sí...Que no... Que resucitó el Señor!, que reúne a centenares de niños y mayores en los alrededores del templo.

Tras el encuentro, se suele organiza la procesión por diferentes calles del barrio de Santa Ana en la que no paran de corretear San Juan y María Magadalena.

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