El recogimiento del Viernes Santo se respiró en la calle

La primera en procesionar salió de Santa Eulalia y reunió a numeroso público en las calles por donde transcurría el desfile. La Cofradía Ferroviaria del Descendimiento, Santísima Virgen de las Angustias y Nuestra Señora de la Esperanza es de las pocas procesiones matutinas. Eso la hace muy vistosa. También porque pasa por monumentos como el Arco Trajano. Una estampa que se queda grabada en la retina de los que tienen la suerte de verla en ese lugar.

A las seis de la tarde le tocó el turno a la Hermandad y Cofradía de Nazarenos del Santísimo Cristo del Calvario, Nuestro Padre Jesús Nazareno, Santísima Virgen de los Dolores y María Santísima de la Amargura.

Este es, sin duda, uno de los desfiles procesionales, sino el que más, más serios de toda la Semana Santa emeritense. El Santísimo Cristo del Calvario y Santísima Virgen de los Dolores conmovieron a los fieles en un desfile procesional emocionante y recogido.

Fueron muchas las personas que se acercaron a la ermita del Calvario para ver desfilar estas dos tallas. Los aproximadamente 200 nazarenos que acompañaron a las imágenes y la Banda Municipal de Música de Mérida tras el palio le dieron un toque más distendido a la seriedad del desfile.

El Santo Entierro también dejó en el centro de la ciudad imágenes de emoción y fervor de los fieles y en los que acompañaron al Cristo ya yacente en su urna, siendo una de las imágenes del día y de la Semana Santa.

El buen tiempo, aunque ya no hizo tanto calor el Viernes Santo como en días anteriores, sobre todo el Miércoles y Jueves Santo, hicieron unas procesiones más cómodas para los costaleros, que no sufrieron tanto debajo del paso como en jornadas pasadas.

Por fin, después de varios años, tanto fieles como costaleros, nazarenos y hermanos pudieron disfrutar de una Semana Santa sin tener que estar mirando al cielo.