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Los regantes del Guadiana y el Tajo asumen que deberán empezar a restringir el agua

Los regantes del Guadiana y el Tajo asumen que deberán empezar a restringir el agua

La comunidad de Orellana empezará a aplicar un decálogo de medidas para un mejor consumo de agua y minimizar las pérdidas

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Domingo, 4 de febrero 2018, 08:45

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«A día de hoy». La puntualización de José Martínez, presidente de la Confederación Hidrográfica del Guadiana (CHG), se repite en la conversación con HOY a la hora de hablar de la sequía y la campaña de riegos de este año en la cuenca del Guadiana a su paso por Extremadura. Los regantes tienen agua asegurada, hay embalsada para una campaña normal -recalca- pero «a día de hoy». «Hay que ver si llegan las precipitaciones y se empiezan a llenar las presas», añade. En la cuenca del Tajo la situación también inquieta. Y no solo en la cabecera del río, en Cuenca. Ya se ha activado la situación de alerta en la región, en la zona del Salor, en la margen derecha del río a su paso por la región.

El próximo día 14 se va a celebrar una comisión de desembalse en la Confederación Hidrográfica del Tajo. Ahí es donde, en los casos de sequía, se abordan las medidas para garantizar el abastecimiento humano y los riegos en zonas agrícolas. En la del Guadiana no hay fijada comisión de ese tipo. Desde 1995, en la cuenca del río que propicia una de las grandes despensas agroalimentarias de España, no hay prohibición o recorte de la asignación de hectómetros de agua para regar.

«En 1995 se venía de cinco años de sequía y no estaban disponibles algunos nuevos embalses como el grande de La Serena y sus conexiones con otras presas. Ahora sí pero la única certeza es que todo depende de cómo se comporte el tiempo entre febrero y mayo para ver qué decisiones nuevas se pueden adoptar», remarca Martínez.

«Los regantes deben ahorrar agua y también ser prudentes a la hora de planificar sus cultivos»

José Martínez Confederación del Guadiana

«Sabemos que se deben adoptar unas medidas y que deben aplicarse para siempre, no solo para esta campaña»

Miguel Leal Regantes del canal de Orellana

De momento, se impone la palabra recomendación, no prohibición. Las cuentas salen todavía. Hay algo más de 3.000 hectómetros cúbicos disponibles en la cuenca extremeña del Guadiana. El consumo de riegos para un año normal se estima en torno a los 1.150 hectómetros.

A eso hay que sumar otros 800 para el mantenimiento de la calidad de las aguas (caudal ecológico), unos 120 para abastecimiento a poblaciones, 80 para cultivos permanentes (riego de árboles) y en la evaporación se pierden unos 180 hectómetros. Se requieren, por tanto, al menos 2.330 hectómetros por campaña. Si no lloviera lo suficiente para que las presas acumularan agua, la reserva a final de temporada sería de 1.754 hectómetros. No daría para un 2019 sin recortes.

«Las dotaciones de concesión de agua se mantienen esta campaña para los regantes pero les hemos traslado, y lo han recogido con buena predisposición, que es recomendable desarrollar medidas de ahorro. Lo entienden. Son los primeros interesados en tener el agua para sus cultivos», expresa el presidente de la CHG. «Lo que le hemos trasladado también es que sean prudentes a la hora de planificar los cultivos», agrega el responsable del organismo.

Medidas de ahorro

Los agricultores entienden el mensaje. «Somos conscientes de la importa merma que se ha producido en la cuenca del Guadiana como consecuencia de este ciclo de sequía que venimos padeciendo. Debemos actuar con responsabilidad adoptando medidas que supongan hacer un uso racional del agua y un ahorro en los consumos de nuestros regadíos», resumen desde la Asociación Profesional de Agricultores y Ganaderos de Don Benito y comarca.

El próximo miércoles tiene convocada una reunión informativa en la que Miguel Leal, presidente de la Comunidad de Regantes del canal de Orellana, hablará de esa medidas. Emilio Camacho, presidente de la asociación dombenitense, afirma que los regantes deberán finalizar la campaña con un menor consumo de agua para poder ahorrar de cara al futuro para evitar «un desastre».

Leal preside la comunidad con mayor superficie de hectáreas regables de la región, unas 57.000. Después está la de Montijo, con unas 26.000 hectáreas o la del Zújar, con unas 21.000. La cuenca del Guadiana permite el riego de unas 150.000 hectáreas en Extremadura. La del Tajo es menos de la mitad, 70.000.

«Todos estamos mirando al cielo y es muy importante para asegurar la normalidad de la campaña lo que pueda pasar en los próximos dos o tres meses. Pero es evidente que es el momento de prepararse por si el tiempo no trae agua», relata Leal.

Entre las dos cuencas hay unas 220.00 hectáreas regables en la comunidad autónoma

Explica que la comunidad de Orellana ha elaborado una especie de decálogo sobre las actuaciones que va a poner en marcha para ahorrar agua. Las más destacadas son, en primer lugar, la recomendación a los agricultores que usan el riego por goteo de que hagan más grandes sus charcas para regular mejor la cantidad de agua. En segundo lugar, se va a «retrasar todo lo que se pueda el inicio de la campaña de riego y se va a acortar todo lo que se pueda ese riego».

Del mismo modo, los agricultores estarán coordinados semanalmente con la Confederación para ajustar los desembalses e igualmente se va a recuperar el agua procedente de escorrentías o de pérdidas en acequias para volverla a utilizar.

Prioridades y agua extra

«Estamos dispuesto a que estas y otras medidas se pongan en marcha de forma efectiva. No solo eso. Son actuaciones que llegan para quedarse, para realizarse durante todas las campañas», culmina Leal.

Algunas de ellas se han abordado en las juntas de explotación celebradas en la última semana. Son los órganos básicos de gestión de la Confederación del Guadiana. Su labor es coordinar la explotación de las obras hidráulicas y de los recursos, respetando los derechos de agua de las concesiones y autorizaciones. En ellas están representadas las administraciones local, autonómica y estatal y los usuarios de la cuenca.

Este jueves se reunió en Ciudad Real la junta de explotación oriental. Tras analizar datos de lluvia y embalses y el informe de la Oficina Técnica de Sequía, se planteó la conveniencia de adoptar medidas que garanticen «de forma exclusiva» el abastecimiento a la población y atención a mínimos ambientales y cultivos permanentes. También se acordó la posibilidad de elevar el volumen destinado a riego dependiendo de las lluvias del próximo trimestre.

Es lo que reclaman los regantes de Orellana, que se sientan en la junta de explotación occidental. Se reúne habitualmente en Mérida. Piden que no se les retire la dotación extraordinaria de agua anual (hasta 90 hectómetros adicionales a la asignada) para poder finalizar la campaña de regadío. Dotación extra que tienen desde 1990. Es una necesidad, justifican, toda vez que su comunidad es la que tiene la mayor cantidad de hectáreas regables de la región y en ella se planta gran parte del arroz extremeño.

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