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Antonio Pérez. :: hoy
«Las obligaciones que nos hemos creado nos impiden cuidar a los mayores»

«Las obligaciones que nos hemos creado nos impiden cuidar a los mayores»

A. B. H.

PLASENCIA.

Domingo, 8 de abril 2018, 09:14

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«Nos hemos ido de un hogar extenso, en el que los abuelos vivían con los nietos, a otro monoparental, porque convive el matrimonio hasta que fallece uno de la pareja».

Antonio Pérez, profesor de la UEx y experto en población, ejemplifica así los cambios notables que la sociedad española, incluida la extremeña, ha experimentado en los últimos años, y dentro de la sociedad, las familias.

«Nos vamos incorporando a un modelo contemporáneo de familia pero aún estamos en este tránsito», explica. «La personas mayores en Estados Unidos han ahorrado durante su vida para irse a una residencia cuando lo necesiten; nuestros mayores, por el contrario, han ahorrado para dejarles una herencia sus hijos».

Las futuras generaciones de mayores en nuestro país, los que ya hoy tienen entre 40 y 50 años, «tendrán asumido acudir a una residencia cuando no se valgan por sí mismos; pero para los mayores de hoy, que entienden la residencia como un asilo, como una forma de desentenderse de ellos, esa nueva mentalidad no ha llegado».

Son los mayores de hoy los más afectados, por ello, por los cambios bruscos que la sociedad ha experimentado con un nuevo modelo de familia que ha conllevado también una deshumanización, quizá su aspecto más negativo.

«La medida de la felicidad hoy está en euros», afirma Antonio Pérez. «El ritmo de vida que llevamos, las obligaciones que nos hemos creado, nos impiden atender las relaciones con los demás, también cuidar a nuestros mayores».

No se trata solo de las obligaciones laborales para hombres y mujeres, con jornadas maratonianas en algunos casos a las que hay que sumar las tareas del hogar y el cuidado de los hijos, con sus extraescolares y agenda social incluidas. «También las obligaciones sociales que nos hemos creado, el disfrutar del tiempo de ocio», señala el experto. «Hay que salir a cenar los fines de semana, viajar, quedar con los amigos.... y para eso los abuelos a los que hay que cuidar son un engorro y, entonces, recurrimos a estrategias respetables para salvar un problema que es nuestro». El objetivo es el confort «y victimizamos la situación y nos autoconvencemos de que hemos trabajado mucho durante la semana y que cuando llega el fin de semana, nos merecemos el descanso». Y aunque pueda o deba ser así, y los mayores lo entienden, los futuros mayores seguro, «los de hoy al menos están deseando que vayan a verlos sus hijos y nietos, porque es un aporte de afectividad que necesitan».

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