Carlos Pajuelo: «A los niños hay que ponerles límites, nuestra sociedad tiene normas»
Carlos Pajuelo Morán Psicólogo, pedagogo y bloguero de HOY.es ·
Impartirá la charla ‘Educar no es sufrir’ en Cáceres y Badajoz cinco años después de abrir el exitoso blog ‘Escuela de padres’ en HOY.esCualquier padre o madre desearía tenerlo siempre a mano. A muchos de ellos los ha orientado cuando tenían que tomar una decisión respecto a sus hijos. Durante 21 años ha sido profesor asociado en la Facultad de Educación de la Universidad de Extremadura y en la actualidad ejerce como orientador en el Equipo Psicopedagógico de Atención Temprana de la Consejería de Educación y Empleo.
Autor de ‘Como sobrevivir a los suspensos de los hijos’ (Planeta, 2015), es colaborador asiduo también en Radio Nacional de España. Pero si hay un espacio en el que ha proyectado sus conocimientos ha sido a través de ‘Escuela de padres’, uno de los blogs más exitosos de HOY.es. con 1,7 millones de visitas.
Con motivo del quinto aniversario de la creación de este blog Pajuelo dará dos charlas, en Badajoz y Cáceres. Tienen un fin didáctico, obvio, pero también solidario, por eso ruega a los asistentes a que donen algún libro o juguete. La charla se titula ‘Educar no es sufrir’.
–¿Siempre interesó la educación de los hijos o es una moda?
–Creo que aprender a educar tiene tirón por dos razones. Primero porque los padres están muy preocupados. Se dice que no se sabe educar y yo creo que no, que los padres de ahora saben educar más y mejor. La otra razón es que hay miedo porque los hijos se enfrentan a escenarios potencialmente peligrosos y hay una sociedad muy hedonista con la fantasía de que existe un mundo feliz donde no se sufre, donde si tienes un problema hay una tecnología que te da la respuesta. Pero esto con los hijos no funciona. Y los padres viven con angustia el malestar de los hijos. Buscan ayuda para resolver lo que les preocupa y viven la educación como un proceso en el que hubiera que ser perfecto.
Conferencia-coloquio
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Cáceres. Lunes 11. Sala Cajalmendralejo. Casa de los Málaga. Avenida de España, 13. 20.15 h.
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Badajoz. Jueves 14. Sala Polivalente. Edificio Badajoz Siglo XXI. Paseo Fluvial, 15. 20:15 h.
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Evento solitario. El evento es solidario. El acceso es gratuito, pero está orientado al mundo infantil para lo cual se pide a los asistentes que donen libros o juguetes. El Club Rotary en Badajoz y la Asociación benéfica ‘Pastoral Penitenciaria’ en Cáceres gestionarán la recogida y posterior reparto.
–¿De ahí el título de la charla: ‘educar no es sufrir’?
–Claro, es que los padres y madres hacen una especie de juramento: no cometeré los fallos que cometieron conmigo. Lo quieren hacer bien, pero en estas sociedad, si hay alguna dificultad pensamos que lo estamos haciendo mal. Se viven las dificultades de los hijos como si fueran problemas y se sufre. Ahora, por ejemplo, vienen las notas. Un padre no debe estar disgustado por que suspenda el niño porque el que estudia no es el padre.
–Siempre intenta insuflar optimismo en los padres.
–¿Cómo vas a educar a un hijo que no está terminado desde el desánimo o la desesperanza? Tendrán que ver en nosotros una energía que les haga ver que no estamos equivocados.
–¿Alguna vez le han echado en cara algún consejo que no haya funcionado?
–He intentado en mi blog no dar ninguna receta. Educar es fácil, lo que no es fácil es que los hijos sigan nuestras directrices. Hago ver el ejemplo de los cocineros de máster chef. Si cualquiera de los que tiene tres estrellas Michelin se pone a cocinar y el fuego le dice que no se quiere poner a 180 grados no le saldrían platos tan estupendos. Lo único que yo digo a los padres es que hay que ser sistemáticos, y esto significa insistir día tras día. Tenemos que estar convencidos de lo que hacemos y por qué.
«Un padre le da la tableta su hijo porque le da miedo no saber jugar con él, y no hay que tenerlo»
–Suele pedir que se confíe en los maestros, ¿Le alarma la pérdida de autoridad de esta figura, algo de lo que ya se habla hace años?
–La relación entre familia y escuela no ha existido nunca, en el sentido de que antes la familia depositaba allí los niños y lo que el maestro dijera eso se hacía. Pero los tiempos van cambiando. Ahora tenemos una escuela donde los padres están cada vez más preocupados. Queremos que los padres participen porque estamos en una sociedad más democrática, pero esa participación no se da. Los padres y los maestros nos miramos de reojo, con ciertas suspicacias, y esto no ayuda. Me parece fundamental que colaboremos todos. Esta es la revolución que necesita la escuela, que no vendrá por leyes educativas sino por un convencimiento de padres y profesores de que debemos ir de la mano.
–Supongo que los pedagogos se actualizan y esto pasa por analizar nuevas formas de familia, como monoparentales, de padre y madre separados o con hijos únicos, cada vez más frecuentes. ¿Requiere esto manejar otras claves?
–La educación es un acto de comunicación basado fundamentalmente en el amor. Para educar se educa igual con un hijo o con siete. Pero si tienes un hijo solo creemos que tenemos un tesoro y se desarrollan procesos en los padres de protección e ilusiones que tienen ventajas e inconvenientes, igual que cuando educas a seis hijos. ¿Antes se educaba mejor? No, es que antes había otros problemas. A un niño de ocho años lo mandabas a la calle, y si eso ocurre hoy se lo llevan los municipales y la Junta te quita al niño. Ya no se juega con un palo. Somos esclavos del tiempo en que vivimos, pero educar sigue siendo una tarea de dar ejemplo, de que ellos vean cómo afrontamos cada situación de la vida.
–Antes parecía que la amenaza era la televisión y no ha sido para tanto. Ahora parece que es la tablet, ¿hay que demonizarla?
–Y cuando se inventó la imprenta algunos se llevaron las manos a la cabeza. Nos suelen dar miedo las nuevas tecnologías y a veces son una explicación fácil para identificar los males. Somos seres sociales y necesitamos contacto con seres humanos. El problema de la tablet es si se la das al niño únicamente para que te deje tranquilo, no solo cuando tienes que hacer algo. Ahí veo un problema porque pensamos que en casa hay que estar tranquilo y no es así oiga, los niños son muy molestos y necesitan interaccionar con un adulto. Usemos los dos la tablet, la miramos juntos y la comentamos. Y en en el primer año de vida nada de tecnología, basta con cogerlo y abrazarlo. Un padre le da la tablet porque no sabe cómo jugar con su hijo y no hay que tener miedo a esto, es parte de la vida.
–¿Castigar está ahora mal visto?
–A los niños hay que ponerles límites. Nuestra sociedad tiene normas para facilitar la integración social y a los niños hay que explicarles las consecuencias de los actos. Lo que pasa es que muchas veces ponemos los castigos cuando estamos enfadados, a modo de venganza. Hay que hacerles ver que yo no me enfado. Los límites son fundamentales, pero establecerlos de manera tranquila y sabiendo que el niño la va a montar luego, que no va a ir a agradecerte que le pongas limites.
–Se acercan los regalos de navidad, dé algún consejo.
–Los niños hoy tienen todo lo que necesitan. Hay que poner cordura. Ellos son una caja de pedir, pero no tienen la culpa, es que ven el bombardeo de anuncios en la televisión. El papel de los padres es saber que no se quiere más a los hijos por comprarles algo que les hace mucha ilusión. Además hay que ver que lo que se le regala es adecuado a su edad. Y si se disgustan porque no tuvieron todo lo que querían pues no pasa nada.