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'Tedo' Castro durante la presentación de su libro el martes. :: Armando
Militante por la igualdad de género

Militante por la igualdad de género

Teodora Castro Hernández Maestra y sindicalista

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Lunes, 25 de junio 2018, 07:43

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El 8 de marzo de este año ha sido un hito histórico, un clamor de prácticamente un país entero sumándose al feminismo. Pero cuando Teodora Castro (Zarza de Granadilla, 1959) empezó a reivindicar esa fecha en la calle estaban ella y diez más. «No venían más que los cuadros sindicales, a los cuales había que 'forzar' para que estuvieran. Entonces pedíamos que el 8 de marzo fuera entendido como el 1 de mayo, cuando nadie se cuestionaba ir o no ir. Imagina el recorrido que hemos tenido que este año el 8 de marzo se ha equiparado a una huelga general», dice esta extremeña militante de la lucha feminista.

La conocen como 'Tedo' y su causa la inició en el seno de Comisiones Obreras (CC OO), donde ha ocupado cargos de responsabilidad en las áreas de Enseñanza, Comunicación y Mujer.

ALGUNOS DATOS

  • Sindicalista y docente Nació en Zarza de Granadilla en 1959 y es maestra desde 1994. Ahora ejerce en el colegio Delicias de Cáceres como maestra de Educación Especial, pero ha tenido tres destinos anteriores. Ingresó en Comisiones Obreras a finales de los noventa con Valentín García de secretario general. Dejó la dirección del sindicato el año pasado. En el ámbito nacional, fue vocal durante cuatro años de la ejecutiva confederal de Ignacio Fernández Toxo.

  • Su libro El pasado martes presentó 'Itinerarios de poder y liderazgo. La voz de las mujeres', resultado de una tesis doctoral que defendió en 2016 dirigida por Beatriz Muñoz. Lo ha publicado el Instituto de la Mujer de Extremadura (Imex). Presentó el acto la consejera de Cultura de la Junta de Extremadura, Leire Iglesias.

Ingresó este sindicato a finales de los noventa, cuando reconoce que era una organización muy masculinizada. «Como todas las de la época -dice-, aunque era de las pocas en las que se empezaron a aplicar las políticas de cuotas. Yo soy una de esas mujeres que entró por cuota y ello nos ha permitido a quienes tenemos conciencia feminista ir ampliando nuestros horizontes y reivindicaciones», señala antes de subrayar, orgullosa, que en la actualidad tanto CCOO como UGT están dirigidos en Extremadura por mujeres. «Esto es lo que llamamos romper el techo de cristal. Para nosotras supone haber cumplido un objetivo, aunque aún es pronto para valorar lo conseguido».

«Ya no hay feminismo sino feminismos y hay cosas que comparto más y otras menos»

'Tedo' abandonó la dirección el sindicato el año pasado y sigue ejerciendo de maestra, ahora en un colegio de Cáceres, una profesión que supone una atalaya ideal para observar esos ramalazos machistas desde temprana edad y analizar cómo enterrar determinados prejuicios y actitudes. «Son inevitables porque no tenemos el contrapunto para evitarlos, que sería una coeducación desde el principio. Aumentan con la edad del alumnado, pero no porque la escuela transmita determinados estereotipos, sino porque tenemos una sociedad machista, y los valores que se transmiten están en la casa y en la calle. La publicidad también es uno de los medios de socialización más peligrosos para seguir profundizando en la desigualdad de género», alerta antes de matizar que, si comparamos la situación actual con la de hace veinte años, algo sí se ha avanzado.

Cree que ha sido posible por las leyes. «Ahora es impensable que un libro de texto contenga discriminación de mujeres y hombres. Pero para que realmente haya un avance significativo hacia una mayor igualdad, equidad e inclusión hace falta una apuesta política decidida para que el profesorado entienda que la formación en igualdad es imprescindible».

Libro sobre poder y liderazgo

'Tedo' Castro presentó el pasado martes un libro que es el resultado de su propia tesis doctoral. Se denomina ''Itinerarios de poder y liderazgo. La voz de las mujeres', publicado por el instituto de la Mujer de Extremadura (Imex).

Lo que ha hecho ha sido combinar la teoría existente con entrevistas a diez mujeres. «No puedo contar quiénes son por un compromiso de confidencialidad. Son personas que han llegado a la máxima responsabilidad en la política, el ámbito económico, el académico y el social», explica. Como punto de partida hay que saber que ninguna había sido presidenta de la comunidad autónoma, tampoco rectora de la universidad..., así que bajó un escalón. «En cualquier caso son mujeres muy relevantes que hemos descubierto cómo han llegado a esa responsabilidad, qué barreras han encontrado y qué dimensiones transformadoras han roto esas barreras. Se dice que hay dos maneras de acceder al poder, una es la libre concurrencia y otra la designación, lo cual es una dificultad para las mujeres a la hora de romper el techo de cristal. También hemos investigado cómo definen el concepto de liderazgo, que es negativo porque se mantiene la idea de que el liderazgo es cosa de hombres».

A Castro el gobierno de Pedro Sánchez, de once ministras y siete ministros, le gusta. Opina que la designación no es en sí misma un concepto negativo como sí lo es la opacidad. Se refiere a cuando se elige a alguien pero no se explica por qué. «El perfil de las mujeres de Pedro Sánchez me parece bastante profesional, por sus curriculum son mujeres potentes y la vicepresidenta, por ejemplo, viene de la lucha feminista. Esto va a dejar una impronta en la manera de gobernar», vaticina.

Por otro lado, Castro no comparte todas las acciones del feminismo. «He aprendido con los años que ya no hay feminismo sino de feminismos. La diversidad es tan grande y hay tantos presupuestos defendibles que hay cosas de otros feminismos que comparto menos». En su opinión, pone como ejemplo, hay diferentes maneras de entender el poder dentro de esta lucha. «Yo he optado por la que dice que hay que estar en el poder para transformarlo. Hay otras que respeto, pero no comparto».

Esta docente, teórica y militante feminista además de sindicalista, cree que su libro recién publicado deberían leerlo los dirigentes, sobre todo hombres que ejercen un sexismo enmascarado, para avanzar en una transformación social que sigue dando pasos, aunque opina que queda muchísimo camino por recorrer.

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