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Calle de Riomalo de Arriba, en Las Hurdes Altas. :: E.R.
La leyenda de Las Hurdes

La leyenda de Las Hurdes

Una tesis de David Matías arroja luz sobre esta comarca extremeña

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Jueves, 28 de junio 2018, 07:49

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En la novela 'El disputado voto del señor Cayo', Miguel Delibes dice que con Las Hurdes pasa como con El Capital y con la Biblia, que todo el mundo habla de ellos, pero casi nadie los ha leído ni ha visitado la comarca extremeña. Me recordaba este pasaje de la novela el editor y doctor en Filología Hispánica David Matías (Galisteo, 1986) la otra tarde, mientras charlábamos en la terraza del hotel Cervantes de Mérida. David se ha doctorado con una tesis sobre 'La leyenda de Las Hurdes', dirigida por el profesor de la Universidad de Extremadura Enrique Santos Unamuno. Conocer sus planteamientos sobre el tema resulta interesante.

Explica que desde el Barroco hasta la actualidad, los viajeros escritores que han recorrido Las Hurdes han construido un relato muy potente, que comienza a finales del siglo XVI con la obra de Lope de Vega «Las Batuecas del Duque de Alba». En este punto, es importante reseñar que cuando en esta obra aparecen los batuecos, en realidad son los hurdanos pues Las Batuecas no estaban pobladas.

No hace mucho, recogíamos en esta página una misiva enviada desde Santibáñez el Bajo por el profesor e investigador Félix Barroso, documentando que Las Batuecas habían sido desde tiempos nebulosos una 'edesa', 'evesa' o 'efesa', o sea dehesa, del concejo hurdano de La Rivera o de Río Malo. Así, antiguamente, se hablaba de la Edesa de Jurde o País de los Batuecos. Circulan, incluso, leyendas en torno al legendario rey Batuecu y su lucha contra los 'jáncanuh', que, aclaraba Félix, eran unos cíclopes que habitaban en la comarca.

Apunta David Matías que Lope de Vega describe a los batuecos o hurdanos como un pueblo que había vivido de espaldas al resto de la Península hasta que los descubre en tiempos de los Reyes Católicos el Duque de Alba. Serían, pues, una especie de buenos salvajes pre-rousseaunianos.

En realidad, la obra de Lope pretendía sentar jurisprudencia sobre la propiedad de Las Hurdes, cuyo señor sería el Duque de Alba. «En ese momento, finales del XVI, había un litigio entre Granadilla y La Alberca por el dominio de Las Hurdes y los hurdanos denuncian ante el Duque los abusos que ejercen sobre ellos los señores albercanos. El Duque pasa del tema de los abusos, pero encarga la obra a Lope», cuenta David.

«De la leyenda de Las Hurdes, aclara Matías, habla el padre Feijoo en el siglo XVIII o Madoz en el XIX, pero todos siguen a Lope sin saberlo y por fuentes secundarias. Se pensaba que había sido el dramaturgo el descubridor de la leyenda, yo he descubierto que Las Batuecas o Hurdes ya aparecen en textos anteriores. Al ser representadas teatralmente, su existencia y leyenda se hace popular».

Una de las tesis que sostiene el doctor David Matías tras su investigación es que, tras la pugna entre granadillanos y albercanos, Las Hurdes Bajas quedan bajo el dominio de los señores de Granadilla y Las Hurdes Altas quedan sometidas al feroz feudalismo de los señores de La Alberca. «En ese control albercano estaría, en parte, el origen de la pobreza de Las Hurdes», concluye.

Ese feudalismo casi cruel dura hasta el siglo XIX, cuando, en las Cortes de Cádiz, Muñoz Torrero abole el control albercano, pero no se aplica la abolición. Entrando el siglo XX, la leyenda hurdana, es decir, el reflejo literario de su pobreza y atraso, se convierte en un tema recurrente. Aparecen las tesis de Maurice Legendre y los relatos y documentales de Miguel de Unamuno, bisabuelo del director de la tesis de David, Marañón o Buñuel, además de las crónicas del viaje de Alfonso XIII en junio de 1922.

«Buñuel solo sigue las tesis de Legendre. El régimen de Franco crea la mala imagen de Buñuel, que aparece como culpable de una leyenda que ya llevaba cuatro siglos cuando el cineasta llega a Las Hurdes. Es más irrespetuoso el documental de Alfonso XIII que el de Buñuel», sostiene David Matías, que presentó su tesis en 2016 y prepara su publicación.

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