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Trabajos para la extensión de redes de fibra óptica en Badajoz. :: hoy
Extremadura es la segunda región con menos banda ancha ultrarrápida

Extremadura es la segunda región con menos banda ancha ultrarrápida

Solo uno de cada dos extremeños tiene acceso a redes de más de 30 megas por segundo y la fibra óptica hasta el hogar llega al 33%

JUAN SORIANO

MÉRIDA.

Domingo, 29 de octubre 2017, 00:25

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No solo el tren extremeño es el peor del país. La región también se encuentra a la cola en el despliegue de las nuevas tecnologías de la comunicación. Extremadura es la segunda comunidad con menor cobertura de banda ancha de nueva generación, que permite velocidades de más de 30 megabytes por segundo (Mbps). Y es la última en implantación de fibra óptica hasta el hogar, la tecnología más fiable para alcanzar hasta 100 Mbps.

El consejero de Economía de la Junta de Extremadura, José Luis Navarro, denunció a principios de mes las trabas que, a su juicio, pone el Gobierno para facilitar la extensión de la llamada banda ancha ultrarrápida, que considera clave para el desarrollo de la región. Por su parte, el Ministerio de Energía, Turismo y Agenda Digital (Minetad) defiende su modelo de implantación.

Según los últimos datos del Ministerio, a mediados de 2016 la mitad de los extremeños podía disponer de redes de más de 30 Mbps por alguna de las tecnologías existentes (por cable o inalámbricas). Solo Castilla-La Mancha presentaba peores datos. La media nacional es del 75%.

La Junta afirma que el Gobierno bloquea 22,5 millones en ayudas para extender estas redes El Ministerio de Energía indica que su plan contempla cumplir los objetivos en 2020

En cuanto a la fibra óptica, solo uno de cada tres extremeños tenía acceso a redes de esta tecnología. La media nacional es del 63%. La Rioja, Asturias, Baleares, Cataluña, País Vasco y Madrid, así como Ceuta y Melilla, estaban por encima de esa cifra en el momento del estudio.

Este informe señala además que la cobertura de fibra óptica en la región se concentra en las grandes ciudades, especialmente en el triángulo formado por Cáceres, Mérida, Almendralejo y Badajoz, al que se suman el área de Don Benito y Villanueva de la Serena al este y Plasencia al norte. Pero eso no quiere decir que llegue al 100% de estas poblaciones. Por ejemplo, en la capital pacense pasaba por poco del 90%.

La extensión de fibra óptica es fundamental para lograr los propósitos de la Agenda Digital Europea, que ha hecho suyos el Gobierno español. El objetivo es que en 2020 el 100% de los ciudadanos tenga acceso a redes con velocidades de más de 30 megabytes por segundo (Mbps) y que el 50% de los hogares haya contratado velocidades superiores a 100 Mbps. En el primer caso, como se ha indicado, Extremadura presentaba a mediados del pasado año el segundo peor dato del país con una cobertura del 50,7%. En el segundo grupo la región ocupaba la última posición con un 37,5%.

Tanto el Minetad como la Junta de Extremadura disponen de fondos europeos para incentivar las inversiones de las compañías de telecomunicaciones y extender estas redes, de lo que se beneficia principalmente la fibra óptica. Pero entre ambas administraciones hay discrepancias sobre la forma en que deben aplicarse, hasta el punto de que el Gobierno regional estima que apenas podrá gastar los 22,5 millones de euros de que dispone.

Zonas blancas

La disputa se debe tanto a las zonas donde pueden emplearse esos fondos como a la manera de subvencionar en las áreas permitidas.

Con un procedimiento abierto a sugerencias y correcciones, el Ministerio identifica las llamadas zonas blancas, que son aquellas en las que, tras consultar a las operadoras, se estima que no hay acceso a redes de más de 30 Mbps ni previsión de despliegue en un plazo inferior a tres años. Para el Gobierno, en torno a 380.000 extremeños se encuentran dentro de este grupo, por lo que no se pueden dar ayudas para extender redes en los municipios de los 720.000 restantes.

Sin embargo, para la Junta no tiene sentido que una ciudad como Mérida sea considerada zona no blanca, ya que no todos sus barrios tienen (o tendrán, según planes creíbles) disponibilidad de acceder a estas velocidades. Y menos aún que en esa relación aparezcan localidades tan pequeñas como Garbayuela y Calzadilla, de poco más de 500 habitantes. La Consejería de Economía también lamenta que ha hecho cientos de alegaciones al último procedimiento de asignación de zonas blancas, pero que no han sido atendidas.

En segundo lugar, hay una discrepancia sobre la forma en que se puede gastar el dinero en las llamadas zonas blancas. La Junta plantea conceder subvenciones a localidades de menos de 3.000 habitantes y que el ministerio abarque el resto. Sin embargo, finalmente el Gobierno abarcará todas las zonas elegibles y solo permite a la Administración regional llegar a los núcleos de población de menos de 150 habitantes, que están fuera del plan.

La Junta considera que esta decisión supone en la práctica bloquear los 22,5 millones de que dispone. Por un lado, porque estima que las operadoras no definen sus inversiones por núcleos aislados, sino por zonas más amplias, donde la recuperación de la inversión es mayor. Y por otro, porque habría dinero de sobra, con el que se podría atender a localidades más grandes que queden fuera de las ayudas del Gobierno.

El departamento dirigido por Álvaro Nadal señala que no tiene sentido que la Junta subvencione actuaciones que ya forman parte del plan nacional de extensión de banda ancha, ya que podría ofrecer ayudas con más intensidad para los mismos fines. Por ejemplo, que el Gobierno financie el 60% de las obras y que la Administración regional llegue al 70%. Además, recuerda que en la subasta del espectro radioeléctrico que tuvo lugar en 2011 se exigió a las operadoras que antes de 2020 se alcance una cobertura de 30 Mbps para al menos el 90% de los ciudadanos de núcleos de menos de 5.000 habitantes.

En manos de las operadoras

Para el Ejecutivo regional, la decisión del Ministerio implica dejar en manos de las empresas privadas el despliegue de las redes de banda ancha de nueva generación en la región. Sin ayudas, estima que las inversiones dependerán exclusivamente de criterios económicos.

HOY ha consultado a las dos operadoras principales, Telefónica y Orange. Ninguna de las compañías ha querido valorar las discrepancias entre el Ministerio de Energía y la Junta, ni tampoco aclarar si las ayudas públicas son cruciales para el despliegue de sus redes.

Telefónica apunta que mantiene su plan de extensión de fibra óptica en las principales ciudades. Este año llegará a Zafra y Coria, mientras que el pasado ejercicio culminó la implantación en Don Benito, Plasencia y Malpartida de Plasencia.

La compañía ha invertido en la región 160 millones de euros en redes fijas y móviles en los últimos cuatro años, a una media de 40 millones por anualidad. Esto ha permitido que a principios de 2017 su red de fibra óptica hasta el hogar llegase a 287.000 domicilios y empresas de 24 municipios extremeños.

Por su parte, Orange señala que Extremadura forma parte de un proyecto de extensión de redes de nueva generación en España mediante fibra óptica y 4G para móviles por un importe de más de 3.000 millones de euros.

En la región acumula una inversión de 120 millones de euros en los últimos años. En el despliegue del móvil 4G emplea en la actualidad 36 millones de euros y alcanza una cobertura cercana al 80% de la población. En cuanto a la fibra, ha destinado 28,3 millones para llegar a 171.000 hogares y empresas de Badajoz, Cáceres, Mérida, Almendralejo, Plasencia, Don Benito, Montijo, Navalmoral de la Mata, Villafranca de los Barros y Villanueva de la Serena. Para el próximo año ya están en marcha los planes de despliegue en Coria, Jerez de los Caballeros y Zafra, aunque no descarta más localidades.

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