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Viernes, 25 de mayo 2018, 21:08
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Extremadura fue la comunidad autónoma donde más crecieron porcentualmente las emisiones de gases de efecto invernadero entre los años 1990 y 2015, según un reciente informe del Observatorio de la Sostenibilidad. En el último de los 25 años de ese periodo analizado, la región sumó 194.723 toneladas equivalentes de dióxido de carbono, lo que supone un 49 por ciento más que al inicio de la serie.
Esta tasa sitúa a la región como líder de la clasificación ordenada según los incrementos registrados en estas emisiones, por delante de Murcia, Canarias, Comunidad Valenciana y Madrid. En el otro extremo de esta tabla aparecen las comunidades que han evolucionado positivamente, es decir, que liberan menos fluidos ahora que antes. Son Castilla y León, País Vasco, Castilla-La Mancha y Galicia. Estas cuatro, no obstante, siguen generando más gases de efecto invernadero que Extremadura, que pese a liderar el incremento a escala nacional en el periodo 1990-2015, continúa en el grupo de las que menos contaminan por esta vía. En concreto, ocupa el puesto 14 de 17, y solo supera a La Rioja –la que menos emite, no llega a 62.000 toneladas anuales–, Navarra (154.000) y Cantabria (155.000).
La liberación de los gases de efecto invernadero, explica el Observatorio de la Sostenibilidad, contribuye al calentamiento global. «Ya todo el mundo –apuntan los autores del informe– reconoce que existe cambio climático y que es algo que afecta a nuestra vida diaria y a nuestra economía, en cuestiones concretas como los devastadores incendios forestales o la sequía, pasando por la pérdida de cosechas o nuestra salud, debido a la mala calidad del aire». «Y que todo esto se debe –añaden– a la mano del hombre, y en concreto a las emisiones de dióxido de carbono (CO2)».
A la hora de analizar la procedencia de estos efluvios, el estudio distingue entre las emisiones fijas, que proceden en su mayor parte de las industrias, y las difusas, achacables al transporte, la actividad comercial, la calefacción o las industrias pequeñas. El Observatorio constata que «las comunidades autónomas que más gases emiten son aquellas que tienen mayor presencia de industrias pesadas y de centrales eléctricas basadas en el carbón». Este planteamiento ayuda a explicar por qué el noventa por ciento de las emisiones de Extremadura, una región escasamente industrializada, son difusas, una ratio que solo supera Madrid, que llega hasta el 95 por ciento.
Otro valor incluido en el estudio es el de las emisiones totales por ciudadano. En el caso extremeño son 7,5 toneladas, lo que la sitúa ligeramente por encima de la media nacional, que es de 7,2. Está lejos de las que presentan los valores más bajos –Madrid es la última, con poco más de tres toneladas por residente–, pero aún más lejos de las que peores cifras tienen en este capítulo, que son Asturias (más de 28 toneladas per cápita) y Castilla y León (trece).
El informe del Observatorio de la Sostenibilidad también se refiere a lo que denomina 'grado de carbonificación de la economía', que se puede traducir como el consumo de dióxido de carbono que hace falta para producir una unidad de PIB (Producto Interior Bruto). Y en este sentido, los expertos que han elaborado el análisis no acaban de encontrar una explicación clara a la alta cifra que presenta Extremadura, que emite 0,47 toneladas equivalentes de CO2 por cada mil euros de PIB, «una inusitada ratio máxima, de explicación no muy evidente», concluye el Observatorio.
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