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Los cacereños tienen que esperar 197 días para operarse, el doble que los pacenses

Los cacereños tienen que esperar 197 días para operarse, el doble que los pacenses

Al SES le queda un año para alcanzar su objetivo de tener unas listas de espera como las que había en 2011, y con los datos actuales, esa meta parece lejana

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Domingo, 29 de abril 2018, 09:06

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Las listas de espera han capitalizado una parte del guión reciente de la política extremeña, con PP y Podemos pidiendo la dimisión del consejero socialista de Sanidad y Políticas Sociales. El detonante fue un párrafo en un informe del Servicio Extremeño de Salud (SES). Dice así: «Las listas de espera ofrecen a los pacientes un periodo de reflexión para decidir si realmente quieren operarse».

18 palabras, incluidas en la introducción del II Plan Operativo Integral de Listas de Espera. Un documento de cinco páginas, firmado por la Dirección General de Asistencia Sanitaria. Se publicó a finales de 2015, es decir, cuando la región presentaba las peores cifras de la última década en este capítulo. Al acabar ese año se alcanzaron dos récords: 25.494 personas aguardando a que les llamaran para operarse y 5.646 que superaban los 180 días de espera, que es el plazo máximo que marca la normativa vigente. En concreto, la Ley de Tiempos de Respuesta, que fija un tope de 180 días para cirugía, sesenta para la primera consulta con el especialista y treinta para pruebas diagnósticas. Sin embargo, un repaso a la historia reciente de las lista de espera en la región, al hilo de la polémica de estas semanas, deja claro un hecho que traspasa lecturas políticas: esa ley tiene ya un cierto aire a papel mojado. Porque se incumple sistemáticamente desde hace años.

  • personas en lista de espera Es la especialidad con mayor colapso.

  • 55.626 pacientes en lista de espera estructural para primera consulta del especialista.

  • 4.683 pacientes en espera, la segunda especialidad que más tiene.

  • personas aguardan su turno Es la prueba con más pacientes en lista.

Al finalizar el pasado ejercicio, casi 4.200 extremeños llevaban más de medio año esperando a que les citaran para operarse. La espera media para la primera consulta para el especialista era de 74 días, es decir, 14 por encima del máximo legal. Y para pruebas diagnósticas, lo normal ahora es que pasen 67 días, o sea, más del doble de los treinta que marca la ley como tope. Pero es que en el año 2015 se alcanzaron los 116 de media (cuatro veces por encima del plazo máximo legal). Y en 2014 había que esperar 192 días para hacerse una endoscopia, esto es, seis veces por encima de lo que determina esa ley que tanto se incumple.

En la última memoria de la Defensora de los Usuarios del Sistema Público Sanitario de Extremadura hay un análisis de los grandes y pequeños números de las listas de espera durante el periodo 2011-2017. La franja temporal resulta particularmente atinada teniendo en cuenta lo que José María Vergeles dijo a la agencia Efe el pasado 19 de febrero. «El objetivo para el final de la legislatura -declaró el consejero- es volver a las listas de espera que había en el año 2011, que no eran malas».

Al SES le queda un año para alcanzar esa meta. Para lograrlo, necesita recortar un siete por ciento la cifra de pacientes a la espera de entrar en quirófano, y un 75 por ciento la de quienes ya han agotado el plazo legal de 180 días sin que les llamen. Y precisa también bajar de los actuales 145 días de espera media a los 89 de 2011.

La situación actual es mejor que la de hace dos y tres años en la mayoría de parámetros, excepto en la espera media, pero claramente peor que la de hace siete. Al menos en clave regional. Por áreas de salud, no todas han evolucionado igual. En lo que a cirugía se refiere, el caso que rompe todos los moldes, para mal, es Plasencia. En el año 2011, lo normal era esperar 73 días para operarse. Ahora son 241. Esto equivale a un aumento del plazo del 230 por ciento. En este caso, gran parte de la explicación está en los cuatro nuevos quirófanos que el hospital Virgen del Puerto lleva diez años esperando. Su apertura se ha retrasado por problemas técnicos y burocráticos que ningún político ni gestor sanitario extremeño de la última década ha sido capaz de solucionar. En Cáceres, la espera media quirúrgica ha aumentado un 67 por ciento, y un 28 por ciento en Badajoz. Por el contrario, la situación ha mejorado en las áreas de salud de Mérida, Llerena-Zafra y Don Benito-Villanueva.

De hecho, los datos dejan claro la diferencia que hay entre vivir en un sitio u otro de Extremadura en este capítulo. Mientras un cauriense espera como norma 24 días para que le citen con el especialista, un placentino tiene que aguardar 72, o sea, el triple. Y como norma, un cacereño espera casi el doble que un pacense para operarse: 197 días frente a 104. La necesidad de corregir estos desequilibrios es uno de los aspectos que menciona Eva Molinero, la Defensora de los Usuarios del SES, en su última memoria anual.

21.863 es el número de pacientes en espera estructural para operarse. Es decir, que están en situación de ser intervenidos pero no les han citado por causas atribuible a la organización y recursos disponibles.

En ella se deja constancia de que las demoras en ser atendidos suponen el gran motivo de queja de los ciudadanos. Ocho de cada diez extremeños que dan el paso de dirigirse a esta institución lo hacen porque se les ha agotado la paciencia. Se trata de una situación contra la que el SES, lo mismo que el resto de sistemas sanitarios públicos españoles, lleva años luchando. En su estrategia por reducir las listas de espera, una de las medidas principales de los actuales gestores es intentar que se opere más. Según el SES, 2017 se cerró con diez mil intervenciones quirúrgicas más que el año anterior. Esto ha servido para que baje el número de pacientes que aguardan su turno para pasar por el quirófano, pero no para acortar la espera media. De hecho, está en su máximo histórico: 145 días.

La Junta ha decidido aumentar el presupuesto destinado a incentivar a los equipos médicos para que operen por las tardes y no solo por las mañanas. Cree que por esta fórmula pasa una parte de la solución al problema, afirmó el pasado febrero el gerente del SES. Esto se viene practicando desde hace dos años, pero no en todas las especialidades, sino en aquellas con mayores demoras. Entre otros motivos, porque no hay personal suficiente para extenderlo a toda la cirugía. La realidad de las listas de espera ha impuesto que en los quirófanos de la región, en particular en los que tienen más lista de espera, la actividad se esté centrando en los pacientes preferentes. Es decir, en aquellos con un cuadro clínico que aconseja intervenirles antes de un mes, en un caso, o de tres meses, en un segundo nivel de prioridad. A los demás, los afectados por patologías que los médicos entienden no tan urgentes, les toca esperar. O sea, vivir durante semanas o meses pendiente del móvil. Que no se vacíe la batería y que no quede una llamada sin ser atendida. Son los propios datos del Servicio Extremeño de Salud los que dejan claro que ese periodo de incertidumbre no deja de alargarse. Cada vez pasa más tiempo hasta que el teléfono suena.

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