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Pedro Pérez Durán, en el instituto en el que trabaja. :: PAKOPÍ
«Al elegir la carrera universitaria, las salidas laborales no son lo primordial»

«Al elegir la carrera universitaria, las salidas laborales no son lo primordial»

Pedro Pérez Durán, orientador del IES Reino Aftasí de Badajoz ·

«La dificultad del primer curso de las ingenierías hace que algunos jóvenes interesados en ellas opten por otras carreras»

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Domingo, 15 de abril 2018, 08:42

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Maestro, logopeda y licenciado en Pedagogía, Pedro Pérez Durán (Badajoz, 1962) ejerce como orientador escolar en el Instituto de Enseñanza Secundaria Reino Aftasí, en Badajoz (en la avenida del Diario HOY). Además, es el autor de 'La clintonera', un blog que es un catálogo de recursos relacionados con la enseñanza y el aprendizaje. Esta formación y experiencia le sitúan en un lugar distintivo para responder a las interrogantes que jóvenes y padres puedan tener sobre una decisión clave en la vida de cualquier estudiante: qué carrera elegir al entrar en la universidad.

-Como orientador, ¿cuál sería la recomendación número uno para un joven que esté en el momento de decidir qué carrera universitaria hacer?

-En un primer momento, que se deje guiar por sus intereses. Por lo que realmente le guste hacer y en lo que vea una posibilidad de dedicación profesional. A mis estudiantes suelo decirles que se imaginen trabajando en un puesto que les entusiasme. Localizado este, les pido que hagan el viaje inverso y que investiguen qué deben estudiar para llegar a ese puesto de trabajo. En ese proceso es donde entramos los orientadores, facilitándoles información y recursos para navegar en un mundo lleno de datos, en muchos casos confusos o incluso erróneos. En ocasiones, es necesario llegar a ese punto por descarte, respondiendo a la pregunta de en qué trabajos no te gustaría verte. Otros criterios no menos importantes son determinar si mis habilidades están conectadas con el tipo de estudios que quiero hacer y, por supuesto, si existe la posibilidad económica de cursarlos. Desgraciadamente, no todas las familias pueden permitirse el costo de un hijo estudiando fuera. Esta circunstancia debe estar presente desde el principio de la toma de decisiones antes de la universidad. Es el momento de reunirse la familia, hacer cuentas y ver si con el presupuesto familiar se puede mantener a uno o varios de sus miembros estudiando fuera. Resumiendo, los criterios serían: intereses o gustos, habilidades necesarias para el desarrollo de los estudios y posibilidades económicas de cursarlos. El criterio de salidas profesionales también debe tenerse en cuenta pero no es primordial. Para encontrar trabajo vamos a necesitar algo más que un título universitario. Nuestra capacidad de emprendimiento, nuestra creatividad, nuestro grado de resiliencia, la voluntad y nuestras habilidades interpersonales van a facilitarnos en gran medida la inserción en la vida profesional, sea cual sea nuestro campo.

«Hay un número elevado de alumnos que no tiene intereses definidos, y su elección es de baja intensidad o por descarte»

- Por su experiencia, ¿diría que hay una mayoría de jóvenes que saben qué carrera hacer o por el contrario, que son mayoría los que no lo tienen claro?

-Son mayoría los que hasta última hora no deciden qué estudios iniciar. Aquellos que lo tienen claro desde hace tiempo antes o están interesados en muchos estudios son unos afortunados. Existe un número importante de alumnos que no presentan intereses definidos, y su elección es de baja intensidad o por descarte. La enorme oferta educativa influye de manera decisiva en esta circunstancia. A la pregunta de '¿Señora, qué va a tomar usted?', mi abuela respondía que un refresco, sin más. Y el camarero preguntaba '¿De naranja o de limón?' Y mi abuela, casi al azar, respondía limón o naranja dependiendo del día. En la actualidad, sientas a siete personas en torno a la mesa de un bar y cada cual tomará una bebida distinta, incluso si lo que beben es básicamente lo mismo. La posibilidad de elegir entre muchas opciones, a veces dificulta la toma de decisiones.

-¿Las modas también afectan a la elección de carrera universitaria?

-Si. Nadie, ni jóvenes ni adultos, estamos a salvo de ser víctimas de la moda. La elección de estudios también se ve afectada por la influencia de los medios. Las series de televisión dirigidas a los jóvenes generan modelos muy potentes que ellos tratan de imitar. En la raíz de este fenómeno se encuentra el aprendizaje social. En este sentido, las familias y los profesionales de la educación deben facilitar experiencias al alumnado para que indague en los aspectos menos conocidos de esas profesiones que aparecen estupendas y fascinantes, dicho esto entre comillas, en la tele, en la tableta, el móvil o el ordenador. Propiciar el conocimiento de los aspectos menos agradables de dichas profesiones puede ayudar a nuestros estudiantes a conocer mejor la realidad y decidir con más criterio.

«El primer consejo a la hora de escoger es que se dejen guiar por sus intereses»

-Según los datos de la UEx, varias ingenierías repiten entre las carreras con menos demanda, mientras que bastantes de las ramas sanitaria y educativa aparecen entre las más demandadas. ¿Asistimos a un cierto declive de las ingenierías y un auge de esas otras titulaciones?

-Los estudios relacionados con la sanidad siempre han sido muy demandados por los estudiantes tradicionalmente denominados de ciencias. Esta circunstancia tiene mucho que ver con las salidas profesionales y, por supuesto, con el estatus de la profesión, sobre todo si hablamos de medicina. También existe una presión por parte de las familias de aquellos alumnos con muy buen expediente para que realicen estudios sanitarios, incluso sin que haya una vocación clara por parte del estudiante. Se insta a los hijos a «no desaprovechar la nota alta que tienen». Esta circunstancia hace que alumnos muy vocacionales pero con expedientes medios no puedan acceder, por ejemplo, a los estudios de Medicina, perdiéndose, seguramente, excelentes futuros médicos. El caso de las ingenierías, a mi juicio, es distinto. Hay muchos alumnos interesados en cursarlas, pero la dificultad y la aridez de los primeros cursos hace que algunos, aún interesándoles el estudio, opten por otras carreras. Aunque la demanda inicial es relativamente alta, hay un número importante de alumnos que abandona en primero, que es un curso con contenidos comunes, y al año siguiente cambia de carrera. Los alumnos que a pesar de las dificultades continúan sus estudios de ingeniería lo hacen guiados por su vocación. En este punto, las familias y los profesionales de la educación debemos trabajar para reforzarles y que sigan confiando en sí mismos y en sus posibilidades. Empoderarles, para que consigan, aunque tarden más cursos de lo previsto y su expediente no sea extraordinario, su objetivo final: ser ingenieros y seguramente magníficos trabajadores.

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