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El consumo de luz vuelve a su máximo nivel en Extremadura

La demanda energética ya ha superado los picos anteriores a la crisis económica

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Domingo, 3 de diciembre 2017, 00:24

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Los extremeños van perdiendo el miedo a encender el brasero cuando llega el frío. Igualmente, en los últimos veranos han sido más los hogares en los que el aire acondicionado ha funcionado más horas. Son solo algunas conclusiones que pueden derivarse del Balance Eléctrico de Extremadura referido al año pasado. Se ha conocido hace unos días y de nuevo se pone de manifiesto que la región es, en términos relativos, la comunidad que más energía aporta a la red nacional pese a estar entre las que menos consume.

Si Extremadura produjo el año pasado 21.003 gigavatios hora, tan solo consumió 4.957. Pero precisamente esta última cifra es la destacable. No solo representa un aumento de la demanda de energía eléctrica, que fue un 2,51% mayor que un año antes, el tercer mayor incremento del país, sino que sitúa el con- sumo eléctrico a niveles anteriores a la crisis. Algunos especialistas empiezan a interpretar este dato como brote verde en términos económicos.

Hay que saber que en 2015 la demanda había subido el 4,26% y en 2014 el 1,55%, encadenando así tres incrementos seguidos. Esto significa que en actualidad Extremadura consume el 8,31% más de energía que en 2013, según los datos de Red Eléctrica de España. Esta misma fuente recogió la espectacular bajada en el consumo eléctrico en la región durante 2009, cuando la demanda eléctrica se desplomó en un solo año el 8,53%. La crisis acababa de aparecer y tras varios años de fluctuaciones el Balance Eléctrico de Extremadura confirma ahora que el año pasado se tocó techo en consumo eléctrico.

Nunca antes habíamos conocido una demanda energética mayor. Y no es una cuestión de número de habitantes. Para analizar este factor se recurre a la demanda energética per cápita. El año pasado fue de 4,6 MWh por habitante. Y en 2008, cuando más megawatios se consumieron en la región, esta cifra relativa fue de 4,5.

¿Ha desaparecido el miedo a la factura de la luz, sin duda la más gravosa de cuantos recibos llegan al buzón de casa periódicamente? ¿Es esto suficiente para deducir que la crisis económica es una cuestión del pasado?

Según el profesor del Área de Análisis Económico en la Universidad de Extremadura Juan Vega, la recuperación del consumo de forma real se está produciendo a partir de 2013, mientras que en años anteriores el consumo se caracteriza por una atonía importante, tanto en Extremadura como en España. «Esta recuperación no se debe a la evolución industrial en Extremadura. Los índices de producción industrial de los años de recuperación del consumo eléctrico son escasamente positivos cuando no negativos», afirma. En su opinión, el tirón de la demanda energética se debe a mejores expectativas económicas de los individuos al haber un mayor nivel de confianza».

Central Nuclear de Almaraz en la provincia de Cáceres.
Central Nuclear de Almaraz en la provincia de Cáceres. HOY

En Agenex (Agencia Extremeña de la Energía) también están de acuerdo en que el consumo eléctrico tiene relación con la marcha de la economía. Y en el caso de Extremadura, la subida en la demanda no la atribuyen ni a un aumento de la actividad industrial ni la actividad agroganadera, que fundamentalmente mueve maquinaria agrícola que emplea combustible diésel, no electricidad.

Según el director de Agenex, Cosme Segador, el tirón de la demanda podría haber estado en los hogares, probablemente por una cuestión climática, y en el sector servicios, que requiere de una climatización constante, ya sea en un bloque de oficinas, un gran centro comercial o los pequeños talleres de la pequeña y mediana empresa. «Nosotros mismos en las oficinas de Agenex –pone como ejemplo Segador– hemos visto cómo subía la factura entre un 20% y un 30% este verano».

Otras cuestiones sobre las que incide el balance publicado por la Consejería de Economía e Infraestructuras de la Junta de Extremadura es la producción energética. Más consumo no siempre implica más generación, sobre todo en una de las comunidades más despobladas pero que más aporta al sistema energético nacional. Si anteriormente se ha referido que la demanda de kilovatios/hora en 2016 fue de 4.957, la generación neta de energía eléctrica fue de 21.003 desde las estaciones extremeñas.

Como se sabe, en Extremadura tres cuartas partes de la energía que generamos procede de la central nuclear de Almaraz, concretamente el 72,5%. En el otro lado, la generación renovable representa 27,1%, siendo la hidráulica la que más peso tiene en este subconjunto, con el 43,5%, por delante de la solar fotovoltaica –18,3%–, la solar termoeléctrica –33,9% – y la térmica renovable –4%–.

Hay que decir que tanto la potencia hidráulica neta instalada –tenemos 12 centrales en la región–, como fotovoltaica –5 centrales de más de 20 megavatios–, así como la termoeléctrica –once centrales– está estancada en la región desde 2013. Esto es, no se instalan paneles solares ni estaciones generadoras de energía en las presas de la región desde entonces, principalmente debido a las trabas legales, lo que dificulta las inversiones, según se apuntó a principios de noviembre desde el Clúster de la Energía de Extremadura

En el contexto nacional, sin embargo, Extremadura permanece en el grupo de cabeza de producción de energía. En términos generales somos la sexta comunidad que más vatios genera, con 21.003 GWh en una clasificación que lidera Cataluña con 43.215 GWh.

En no renovables somos la cuarta comunidad del país debido a la instalación nuclear de Almaraz; mientras que en energías renovables nuestra región es la séptima comunidad que más energía produce gracias al sol o a los saltos de agua en las presas de nuestros embalses.

Este liderazgo no se corresponde sin embargo en demanda energética, algo lógico al haber menos hogares y escaso tejido industrial. En este apartado somos la tercera comunidad por la cola, con 4.957 GWh gastados en 2016, solo superando a Cantabria y la Rioja.

Pobreza energética

Hasta aquí, los datos fríos de la energía en Extremadura dentro del contexto nacional España. Sin embargo, todos estos gigavatios tienen una dimensión social pues no hay que olvidar que el precio de la electricidad en España es el tercero más caro de Europa antes de impuestos, solo superado por Reino Unido e Irlanda. Muchas familias saben que el frío empieza a asomarse y la factura de la luz preocupa en muchos hogares.

Tras un verano de temperaturas medias de records en el que el aire acondicionado se ha activado más de la cuenta, un calurosísimo otoño y tres años de déficit hidrológico, el invierno se echará de golpe sobre Extremadura.

Esto significa que en este 2017 es previsible que aumente la curva de demanda de electricidad y de nuevo salga a la luz un concepto acuñado durante la crisis económica, el de la pobreza energética.

La Asociación de Ciencias Ambientales lleva años estudiando este fenómeno. Para ello aplica una definición lo más precisa y objetiva posible. Se basa en un enfoque basado en gastos en energía e ingresos del hogar por el cual se toma el 10% de los ingresos netos de la unidad familiar como el umbral máximo de gasto en energía necesario para mantener un nivel de confort térmico adecuado.

Hace dos años el documento de ACA ya afirmaba que la situación había empeorado en los últimos años de forma preocupante, Así, en 2015 una de sus conclusiones era que que Extremadura y cuatro regiones más registraban una incidencia de condiciones asociadas a la pobreza energética por encima de la media nacional. Por otro lado, el informe confirmaba que existen diferencias significativas en la distribución territorial, y que las zonas rurales se ven más afectadas que las urbanas cuando llega el frío.

En el último informe sobre pobreza energética divulgado por esta asociación Extremadura sigue estando en el grupo de cuatro comunidades más vulnerables junto a Andalucía, Castilla - La Mancha y Murcia.

Para atender estas cuestiones existen ayudas. Este año el Ministerio de Energía aprobó el bono social. Permite descuentos del 25% en la factura de la luz. No se mira dónde hace más o menos frío sino quién tiene menos dinero. Estas ayudas se conceden, principalmente, a las rentas más bajas. Este criterio sitúa a la comunidad extremeña como una de las mayores beneficiarias potencialmente. El corte anual fijado para familias con dos hijos es de 18.637 euros, por lo que ganando menos de esto año año un hogar puede ahorrar una cuarta parte de la factura de la luz. Sin embargo, si el hogar se considera ‘vulnerable severo’ y la renta es menos de 9.318 euros (dos hijos), 7.455 euros (un hijo) o 5.591 euros al año (sin hijos) entonces el descuento puede alcanzar el 40%.

Bono

Hay que decir que estas ayudas las paga el Estado pero las gestiona la compañía comercializadora. Según Iberdrola, el último dato de clientes con bono social en Extremadura, correspondiente al pasado mes de octubre, es de 46.400, la mayoría en Cáceres. En cuanto a Endesa, este mes de noviembre ya tenía 29.500 clientes acogidosa este bono social, un dato que aún es provisional.

No son las únicas ayudas. Otras maneras de abaratar el recibo de la luz en familias con pocos recursos existen tanto en la Junta de Extremadura –en este caso dentro de un programa general para garantizar mínimos suministros vitales– como en las parroquias de muchos barrios extremeños a través de Cáritas. Con el fin de evitar trabas burocráticas, los usuarios prefieren esta segunda opción. Al menos, así se demostró cuando el año pasado la Junta reservó cinco millones para extremeños que necesitaran pagar su factura de la luz. Esperaba en torno a 27.000 solicitudes y solo recibió 3.000, el 11%.

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