Borrar
DJony: «Los chocos con gambas del Jony»

DJony: «Los chocos con gambas del Jony»

Este restaurante de Castelo de Vide es lo más alentejano de la Raya

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Jueves, 29 de abril 2021, 20:28

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

En 1991, Jony abrió un restaurante en Castelo de Vide. Para bautizarlo, no se mareó demasiado y lo llamó DJony. 27 años después, este restaurante de Castelo de Vide podría liderar una antología rayana de restaurantes auténticamente portugueses. He de confesarles que en las últimas semanas he visitado media docena de restaurantes del Alentejo con el fin de tener material para estas crónicas gastronómicas sabatinas y el sitio donde más he disfrutado ha sido en este DJony de Castelo de Vide.

El sitio es indescriptible. Lo último que uno puede imaginar es que eso sea un restaurante y, menos aún , que sea un buen restaurante. ¡Cuidado! Hemos dicho bueno, no lujoso, ni selecto, ni sofisticado... ¡Pero qué bien se come en el DJony! Y qué entretenido es el rato que pasas en sus mesas corridas, sentado al lado de un matrimonio de Portalegre, de una muchacha de Nisa, de dos paisanos que parecen recién sacados de un póster comunista de la Revolución de los Claveles.

El DJony se en cuenta en la carretera que desciende desde el jardín situado a la entrada del casco urbano según se viene de España. En esa cuesta, a la derecha, casi frente a los bomberos, hay un local raro, blanco y amarillo, con una escalera exterior, un foco y unos cables sobre la puerta, un aire general destartalado y unas letras pegadas a la pared: «DJONY, comes e bebes».

Destierren las suspicacias, no se dejen impresionar por el aspecto. Lo único importante del exterior son los dos verbos: comes y bebes. Olvídense de lo demás, entren, escojan una de las mesas alargadas y siéntense. Jony acudirá enseguida, los mimará sin cuento ni pleitesía, pero con cariño y eficacia. Eso sí, vaya por delante que es hombre de pocas palabras. Eso no quiere decir que no hable. Jony habla mucho, pero utiliza casi exclusivamente el vocablo «perfecto». El primer perfecto lo suelta al tiempo que coloca ante nosotros un delicioso queso blanco sobre aceite de oliva (2 euros) aderezado con orégano y unas aceitunas pequeñas y sabrosas. Si quieren lavarse las manos antes de comer, no duden en ir al baño, está limpio, bien equipado y con unas puertas batientes tipo Saloon del Far West muy propias.

En el Djony, todo es auténtico: la clientela, casi exclusivamente portuguesa; la tele, siempre puesta; los comensales, hablando de mesa a mesa; Jony, imparable con sus: «¡Perfecto!»... Comer de verdad en Portugal es esto, ¡y que no se pierda nunca!

¿Pero comer qué? La carta, escrita a mano con letra clara, es larga y el servicio, rápido. Hay varios entrantes a dos euros: longaniza, farinheira o tocino fritos, jamón o queso. No faltan los petiscos: moelas (mollejas) con tomate (3), oreja a la plancha (3) y el plato estrella que piden en el 80 % de las mesas: caracoletas grelhadas (caracoles a la brasa) (8). Se puede escoger entre la sopa del día (1.50) o la alentejana (2).

DJony

  • Dirección Rua Alexandre Herculano 17A

  • Localidad Castelo de Vide

  • Teléfono 351 245905125

  • Horario Cierra los domingos

  • Terraza

  • ¿Tiene Cruzcampo? Consultar

En las carnes, tienen medias raciones de casi todo y ya saben que media ración en el Alentejo profundo basta y sobra para una persona. Hay desde bitoques (filetes con patatas) de porco o de vitela (ternera) (5/7.50) hasta costeletas (chuletas) de ternera con guarnición (12, precio más alto de la carta). Sin que falten las migas con entrecosto (costillar de cerdo), ni las carnes ibéricas: ya sea lagarto (10), ya sea pluma (10).

Sorprende la calidad de la sección de peixe (pescado). Sirven a la brasa, con patatas cocidas, salmón (8), dorada (9), robalo (lubina) (9) o corvina (8). Hay bacalao dorado, asado, cocido o frito (8/10). Tomamos unos chocos a la brasa blanditos y ricos con gambas (8) y una de pulpo o lagareiro (con patatas y a la brasa) en su punto (12). Los postres (2) eran los tradicionales: tigelada, leite creme, pudim, mousse, tarta de queso, molotof... Tomamos leite creme con el caramelo quemadito: no era para tirar cohetes. En resumen: la cena (queso, aceitunas, pan, dos cervezas, pulpo, chocos y leite creme, 25 euros), el ambiente y Jony merecen la pena.

Publicidad

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios