Su arquitectura es innovadora, vanguardista y autosuficiente

Algunos la han definido como una arquitectura que debía sortear todas las restricciones que imponía en aquel tiempo el régimen de Franco. De hecho, las obras estaban dirigidas por una persona desde Instituto Nacional de Colonización que ya había trabajado durante la República en el Instituto de Reforma Agraria.

Sin embargo, se dio a los arquitectos bastante libertad para que, al mismo tiempo, diseñaran los pueblos iguales pero diferentes. Con criterios de vanguardia y modernismo y sobre todo siendo inéditos, ya que se construyeron de una sola vez.

Por eso tienen una manera distinta de evolucionar que el resto de conjuntos urbanos. Cada poblado ofrece una versión original y diferente, particular de su autor, con un origen común en cuanto a programas y directrices generales. Y los poblados conformaban una única unidad conceptual a nivel formal, estético y funcional, con la peculiaridad de ser autosuficientes.

El de estos pueblos fue un proceso constructivo en el que participaron en toda España cerca de 80 arquitectos. Destacaron nombres como el de José Luis Fernández del Amo, Alejandro de la Sota, Manuel Rosado, Jesús Ayuso o Miguel Herrero, responsables del diseño de algunos de los pueblos extremeños.

Estos pueblos se caracterizan por su sostenibilidad y autosuficiencia, el apego a la tierra y al agua. Son pueblos por y para el hombre pensados para separar la vida laboral, en los que hay una integración social y se disfruta de espacios libres comunes.