El aprovechamiento de los recursos forestales como arma frente al fuego

El protocolo firmado es una herramienta para luchar contra los incendios, que no representan solamente un problema de extinción una vez que se originan, sino que necesitan con urgencia medidas de gestión que eviten lo más importante: que aparezcan.

A ello se refirió el mismo día de la firma, el presidente de AEEFOR, Francisco Castañares, al señalar que «el problema de los incendios no es solo cuestión de tener medios eficaces para apagarlos, puesto que muchos se producen por el exceso de combustible que hay en el campo». Según sus datos, la naturaleza genera entre 15 y 70 toneladas de combustible por hectárea de monte al año, que si no se saca y aprovecha, acaba quemándose. De ahí la necesidad de reducirlo, reconvertirlo y aprovecharlo, por ejemplo, para obtener energía.

¿Cómo hacerlo? De muchas maneras, pero uno de los ejemplos más visibles para entender la importancia de este acuerdo es que servirá para crear plantas de pellets, un combustible para calderas, que se obtiene a partir del aprovechamiento de recursos forestales como es el exceso de vegetación. Por el momento hay previsión de poner en marcha estas plantas en Sierra de Gata, Las Hurdes y La Siberia, generando además actividad empresarial y empleo. En resumen, se disminuye el combustible, y esa vegetación que se elimina se convierte en pellets y con ese nuevo producto se ponen en marcha empresas y se crean puestos de trabajo. Un claro ejemplo de la economía circular verde, que aprovecha recursos de la naturaleza en favor de espacios y población, al mismo tiempo que incide en el cuidado del medio ambiente y, lo que es muy importante, en generar conciencia medioambiental, que es otra importante arma frente a la prevención de incendios.

Otra fórmula de gestión sostenible de paisajes forestales es el diseño de paisajes inteligentes contra el fuego, que alternen foresta, cultivos y ganado.