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M. A. S.
Domingo, 11 de junio 2017, 08:27
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Mientras padece el 'efecto Popular', Liberbank se enfrenta a una nueva regulación de empleo que se ha empezado ya a negociar, pero que los sindicatos quieren frenar hasta que la empresa no aporte los datos ya que, de momento, se sabe que se plantean 525 bajas voluntarias incentivadas para mayores de 59 así como reducción horaria y salarial del 10% hasta dentro de dos años y movilidad geográfica para los afectados por los cierres de oficinas, pero no hay un reparto regional. De hecho, fuentes sindicales de Cantabria ya han indicado que esta autonomía ha sido una de las más afectadas por los recortes y que, en esta ocasión no debería ser de las más perjudicadas.
En 2016, Liberbank tenía un total de 136 oficinas en Cantabria. Solamente en Santander contaba con 41, de las que se han mantenido abiertas 28, de ellas 11 sin personal, es decir, con máquinas para realizar las diferentes operaciones.
En Extremadura, antes de que se anticipara otro ERE, la reestructuración en esta región culminó este año con el cierre de 15 oficinas de una red que está implantada principalmente en la provincia de Cáceres.
En cuanto a la plantilla, en 2016 se pactó un ajuste para un total de 1.115 empleados. Se desconoce ahora cómo se va a llevar a cabo el nuevo recorte ya que fuentes sindicales estiman que «casi no quedan mayores de 59 años que puedan acogerse a las bajas voluntarias incentivadas».
Los sindicatos han formado ya la mesa negociadora para el nuevo ajuste que ha anunciado la empresa. El 'efecto Popular' se ha colado claramente en la negociación.
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