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Trabajadores en la recolección del melocotón de la campaña pasada en Arroyo de San Serván.
El sector de la fruta no encuentra mano de obra para garantizar la recolección

El sector de la fruta no encuentra mano de obra para garantizar la recolección

Los empresarios creen que el problema seguirá todo el mes tras solaparse las campañas y UGT habla de incumplimiento general del convenio

Celestino J. Vinagre

Viernes, 9 de junio 2017, 23:14

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«Se necesita personal para manipulación de frutas en Valdivia. Horario de 8 a 18 horas. La empresa corre con parte de los gastos del autobús, que saldría por 4 euros por cada trabajador. Necesitamos gente porque en esta zona hay muchas centrales y no se encuentra personal. Y sin gente no hacemos nada». Este anuncio, compartido en Facebook por ciudadanos de Valverde de Leganés (a 145 kilómetros de Valvidia, entidad menor que depende de Villanueva de la Serena) ejemplifica los problemas que están teniendo los fruticultores extremeños para coger su producto. Si hace unas semanas se alertaba de dificultades de mano de obra para recoger la cereza en el Jerte, las graves dificultades se extienden ya por la región. Una comunidad en la que, oficialmente, hay 108.559 desempleados inscritos (dato de mayo).

«Todas las alarmas han saltado este año. En 2005 se dejó sin coger mucha fruta porque no había nadie para hacerlo. También pasó en 2007. Hasta ahora vamos tirando como podemos pero nos falta gente. Y el problema lo vamos a tener por lo menos tres semanas más», relata Atanasio Naranjo a HOY. Es el presidente de Tany Nature, la gran compañía del sector hortofrutícola extremeño. En estos momentos sus empresas dan trabajo a 3.200 personas, 1.750 en la recolección en el campo y 1.450 en sus centrales.

«Llevamos contando con las mismas cuadrillas desde hace muchos años, gente además ya especializada. Pero hemos tenido serios problemas ahora y sé que en otros sitios lo están pasando muy mal para hacer frente a la campaña», añade Natalio Caballero, gerente de El Escobar, central hortofrutícola asentada en Mérida que en picos de campaña suele emplear a 1.400 trabajadores. Ahora ronda los 1.000. Desde hace más de una década la práctica totalidad de la mano de obra del sector de la fruta es autóctona. Apenas hay trabajadores inmigrantes.

Los problemas para encontrar ahora trabajadores tienen una primera explicación en el tiempo. Tras un invierno con las justas horas de frío llegó una primavera «excesivamente» buena con una pequeña helada que afectó a la floración de la fruta temprana y luego hizo excesivo calor.

«Eso hizo que se solapasen campañas, la fruta temprana, madurada precipitadamente, con la de la fruta que debía estar en estado óptimo de maduración por el 20 de junio», indica Naranjo.

«Las centrales no dan casi abasto. Pero es que tampoco hay camiones suficientes. Y a eso se añade que en Andalucía y en Murcia ha habido grandes cosechas y se han adelantado, y además hay nuevos cultivos como el arándano, con lo que también se ha quedado allí mano de obra», agrega como nuevo motivo.

Natalio Cabalero expresa que también influye que aún se estén realizando obras del Aepsa en buena parte de los municipios (el plazo se ha prorrogado hasta el 30 de septiembre), trabajos que permiten acceder a la renta agraria o al subsidio.

«Todo influye, al igual que hay gente que no quiere venir a trabajar a la fruta. Y tengo claro que no es por motivo económico», finaliza. «Todos los trabajadores», enfatizan el presidente de Tany y el gerente de El Escobar de la fruta, se rigen por el convenio colectivo del campo, la gran mayoría, o el de conservas vegetales (tratamiento y manipulación del producto en centrales).

El del campo marca una jornada laboral de seis horas y media al día con un salario de 38,38 euros. Pero se pueden alcanzar de forma excepcional las nueve horas, según la normativa y, además, pagar horas extras cuando se sobrepase el horario por necesidades de recolección, como ocurre en estos momentos.

«En la mayoría de los casos se están pagando las horas extras como normales, a la mitad de lo que debiera ser. No se está cumpliendo el convenio en ese sentido. Y tampoco cuando se le aplica el del campo a un trabajador que debiera regirse por el de conservas vegetales», incide Laura Méndez, secretaria del sector agroalimentario de UGT.

«La gente tiene necesidad de trabajar y, aunque hay mucha que acepta ciertas cosas aunque no sean las de la normativa, otras personas están cansadas de cobrar menos dinero del que debieran o cotizar menos de lo que le corresponde», añade.

«La tasa de paro que hay en Extremadura no es real. Lo sabe todo el mundo. Y que las empresas que cumplimos las condiciones laborales a rajatabla salimos perdiendo respecto a las que no», subraya Caballero, quien aboga por plantear la próxima campaña a la Delegación del Gobierno la opción de contingentes de trabajadores inmigrantes regularizados como ocurre en otras regiones.

«Ojalá el problema de los trabajadores fuera solo cosa de este año pero me temo que no va a ser así», dice Naranjo. «La buena noticia es que hay demanda de fruta, consumo potencial, pero es muy triste no poder hacer frente a esa demanda porque no tienes mano de obra suficiente».

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