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El Ave a Cabeza del Buey

El Ave a Cabeza del Buey

La megafonía de los trenes extremeños parece el Club de la Comedia

J. R. Alonso de la Torre

Lunes, 20 de febrero 2017, 07:59

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El tren partió de Cáceres a las 14.16 horas del jueves 16 de febrero y, al poco, la voz femenina de la megafonía realizó un anuncio misterioso: «Tren con destino a...». Y ahí quedó todo, en puntos suspensivos, en pausa dramática sin resolver, en un inquietante silencio que dejaba una pregunta flotando por el vagón: ¿A dónde irá este misterioso tren sin destino? Cincuenta minutos después, la megafonía volvió a sonar: «Próxima parada...». Y de nuevo, la inquietud de la nada, el suspense del misterio, la metáfora dramática de una incógnita irresoluble: ¿Hacia dónde va el tren extremeño? El silencio era elocuente: a ninguna parte.

Aunque mejor esa megafonía con incógnita y puntos suspensivos que el cachondeo megafónico del viaje de vuelta. El convoy diario de las 20.10 acababa de salir de Badajoz, cuando la megafonía se activó, la voz femenina sonó y su aviso nos llenó de incertidumbre: «Tren con destino: Badajoz». ¿Si acabamos de salir de Badajoz, cómo demonios vamos a ir hacia Badajoz?, nos preguntamos, pero una señora pidió paciencia: «Un fallo lo tiene cualquiera». Y el resto del pasaje concedimos el beneficio del error.

Pero lo que sucedió a los pocos kilómetros ya fue de traca. Se aproximaba el convoy a Montijo, cuando la megafonía hizo un anuncio que nos hizo pensar que viajábamos en un AVE a 300 kilómetros por hora por lo menos. «Próxima estación: Cabeza del Buey». ¡Qué locura supersónica: Badajoz-Cabeza del Buey en 20 minutos! Los viajeros estallamos en una sonora carcajada y agradecimos que los trenes extremeños, ya que no tienen televisión, vídeo a la carta, hilo musical, wifi ni cafetería, al menos hayan contratado al Club de la Comedia para llevar la megafonía.

Afortunadamente, el revisor y el maquinista se percataron del desaguisado, cogieron ellos mismos el micrófono y empezaron a avisar de viva voz y con precisión de las paradas: «Próxima estación: La Garrovilla».

Soy un pirado. Lo reconozco. Viajo en tren de Cáceres a Badajoz. Debe de haber muy pocos viajeros tan masocas como yo en la región. Fíjense, estoy tan pirado que la propia Renfe no contempla que existan tipos como yo y esconde mis trenes favoritos: el de las dos y cuarto de ida y el de las 20.10 de vuelta, que el pasado miércoles no aparecían ni en la web de Renfe ni en la aplicación Renfe Ticket.

Llamé a ADIF Información (902432343) y me remitieron a Renfe Nacional (902320320), donde la informadora me dejó claro que no había posibilidad de viajar en tren a Badajoz a las 14.16 desde Cáceres. Como supongo que graban las conversaciones, esta se realizó a las 17.31 horas del miércoles 15 de febrero y la informadora informó correctamente de lo que había, o mejor, de lo que, según la web y la app de Renfe, no había.

Viajar en tren de Cáceres a Badajoz es un entretenimiento que exige mucha devoción ferroviaria. El viaje dura dos horas, hay que hacer transbordo en Mérida a la ida y a la vuelta y «entyre Aldrea del Cajno y Alñjucén el trawquetero es tawn infernhal» que si escribes en un ordenador te sale el texto entrecomillado, que he dejado sin corregir, tal y como lo pude escribir en el tren del bamboleo. Aun así, merece la pena disponer de dos horas para leer, escribir o trabajar y es un placer dejar el coche, viajar relajado, contemplar el paisaje e ilusionarse al ver de cerca las obras de ese tren rápido que viene y viene y no deja de venir.

El tren de las 14.16 seguía existiendo, saqué el billete a mi manera y ya han subsanado el error. Pero lo que demuestran esta megafonía de chiste y estos errores en la web y la app de Renfe es el descuido y la marginación de Renfe hacia Extremadura, no solo en la mejora del tren y la llegada de convoyes de alta velocidad, sino en detalles nimios como este de facilitar el viaje e informar correctamente de las paradas a los pocos pirados capaces de viajar de Cáceres a Badajoz en tren.

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