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Diaz: «Un bacalao en plena frontera»

Diaz: «Un bacalao en plena frontera»

Diaz, en Puerto Roque, un restaurante alentejano en Extremadura

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Miércoles, 21 de abril 2021

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Casi encima de la raya fronteriza, en Puerto Roque (Valencia de Alcántara), en el kilómetro 150 de la N-521, el portugués António Diaz regenta un restaurante que tiene la particularidad de servir cocina portuguesa en España. El restaurante Diaz (sin tilde en la i, ya hemos dicho que es portugués) está situado justo enfrente del albergue juvenil de la Junta, en cuya entrada se puede aparcar cómodamente. El paraje que lo rodea es montañoso, boscoso y refrescante.

El comedor no es grande, pero puede acoger a 40 personas y en la barra del bar toman la cerveza dominical los vecinos de las alquerías de la frontera. Uno de ellos se acerca a saludarnos. Es el padre Parejo, misionero de la Preciosa Sangre y cura de La Campiña, o sea, de las parroquias de estas aldeas rayanas. Nos cuenta, amable y didáctico, que António Diaz trabajaba antes en El Pino, alquería donde vive el párroco, que se decidió a abrir este restaurante a un kilómetro de Portugal y que su cocina es muy buena.

Debe de serlo porque el restaurante se llena en un momento. La clientela es de la zona: bien nativos asentados en las alquerías, bien emigrantes en Madrid que retornan el fin de semana. Aunque lo que más nos llama la atención es que casi todos vienen con la comida ya encargada. En cuanto António nos trae la carta, descubrimos la razón: estamos en un restaurante donde los platos más apetitosos hay que encargarlos con antelación. Sigan leyendo y adivinarán cuáles son. Por ahora baste con el teléfono del restaurante Diaz, que les permitirá reservar mesa y plato: 630751784.

Como, aunque estemos en Valencia de Alcántara, vamos a comer a la alentejana, enseguida llega a nuestra mesa un plato de aceitunas y un cesto con pan. No clavan por el entretenimiento (0.90 pan más olivas). En la carta de vinos, corta, pero ajustada en precios, no falta el vino de los españoles, Mateus Rosé (7.50), ni un resultón 'vinho' verde Casal Garcia (7.50). De Extremadura: blancos Primavera y Señorío de Orán (7.50) y tinto Payva (8.50).

Hay sopa (2.50) para combatir el frío invernal y lo más atractivo de la carta hay que encargarlo. En el momento, nos pueden preparar un bacalao a la plancha (10), que pedimos, y otros platos de pescado como bacalao dorado (8), que, quizás por estar en España, llaman 'a la dorada', lubina, panga, sepia o calamar, todo a menos de diez euros.

Lo atractivo es por encargo: bacalao de la casa (10.50), al horno (12) o con frutos de mar (14.50); arroz de marisco para dos (25) o feijoada de marisco, también para dos (26). Es el precio normal del arroz de marisco para dos en los restaurantes de toda la vida del interior de Portugal (una semana después, lo tomamos también a 25 en Alcacer do Sal, mientras que en los restaurantes 'normales' del Algarve cuesta 30).

Diaz

  • Dirección 10514 Valencia de Alcántara

  • Localidad Valencia de Alcántara, Cáceres

  • Teléfono 630751784

  • Horario Cierra los martes

  • Terraza

  • ¿Tiene Cruzcampo?

En carnes, Diaz ofrece solomillo, lagarto, secreto, pluma, carrilleras o chuletas de cordero (9-11), todo a la plancha. Por encargo: fritada con arroz y judías (11), cerdo con castañas y coles de bruselas (14) o platos para compartir entre cuatro como el arroz de liebre (40), de pato (45), cabrito estofado (56) o, para toda la familia (4-5 raciones), cataplanas de bacalao o marisco (40) o de pollo (30).

Los postres, todos a 2.50, son los previsibles (arroz con leche, flan, serradura, tarta de queso) más algunas novedades como las mousse de mango y de piña, el fresquito de lima o un tocinillo de castañas que pedimos y tenía su gracia, aunque ya saben que el tocinillo portugués es muy diferente al español.

Antes del postre, tomamos un lagarto de cerdo ibérico que no estaba mal y sí nos convenció el bacalao a la plancha de la foto: un buen lomo, cubierto de ajo y acompañado de verduras, ensalada y pimientos. Fue el bacalao lo que nos demostró que el párroco de La Campiña tenía razón: en casa del señor Diaz se cocina bien, pero habrá que volver otro día, previo encargo, para conocer de verdad sus especialidades.

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