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La historia de Polonia

La historia de Polonia

La comadrona de Arroyo de la Luz, otra víctima inexplicable del 36

J. R. ALONSO DE LA TORRE

Jueves, 19 de enero 2017, 07:46

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Les contaba el otro día la historia de los 68 fusilados de Navas del Madroño, que, como tantos otros episodios de la Guerra Civil en Extremadura, fue estudiada y precisada con rigor por el profesor Julián Chaves Palacios. Un rigor del que, en el caso de los fusilamientos de Navas, no puedo presumir pues los fusilamientos no se produjeron en enero de 1937 como servidor escribió, sino justo un año después.

Hoy quiero contarles otra triste peripecia, que me ha narrado por escrito el historiador, profesor y cronista oficial de Arroyo de la Luz Francisco Javier García Carrero, reciente premio Arturo Barea de la Diputación de Badajoz por su estudio sobre la Guardia Civil en Extremadura. Es la tremenda historia de Polonia Mateos, comadrona de Arroyo y a la que le sucedió algo parecido a lo que les pasó a los 68 vecinos de Navas: acabó ante un pelotón de fusilamiento por su relación con el dirigente comunista Máximo Calvo. La diferencia es que Polonia sí conoció al temido Máximo antes de que este fuera abatido a finales de 1937 por la Guardia Civil cerca de Almoharín.

Lo curioso del caso es que Polonia había sido siempre una mujer bastante prudente, que no había querido significarse políticamente para no tener problemas. Sus orígenes eran serranos, que es como se llama en esa zona de Navas, Arroyo, Brozas y Alcántara a los descendientes de trashumantes. En este caso, sus padres eran dos salmantinos de Frades de la Sierra, pueblo natal de Gabriel y Galán, y Veguillas, que se habían instalado con su ganado en la dehesa Hoja de Santa María de Brozas. Allí nacía en 1886 Polonia María Francisca Mateos Pérez.

Tenía poco más de 20 años cuando ya encontramos a Polonia viviendo en Arroyo de la Luz y ejerciendo el trabajo de comadrona. En este pueblo, conoció a Ramón Díaz, de profesión pintor, originario de Córdoba y fundador del PSOE en Arroyo de la Luz. Se casaron en 1912 y tuvieron seis hijos. Polonia procuraba mantenerse apartada de la actividad política de su marido y centrarse en el cuidado de sus hijos y en ayudar a traer arroyanos al mundo.

Aunque su marido, Ramón, acabó convenciéndola para que fuera secretaria de la Agrupación Socialista de Mujeres de Arroyo, Polonia intentaba no figurar demasiado en política pues sabía, como así estaba sucediendo, que eso era perjudicial para su trabajo de comadrona. De hecho, cuando se produce el golpe militar del 18 de julio, se celebra una concurrida manifestación en Arroyo en defensa de la República a la que Polonia prefiere no asistir porque, en palabras suyas referidas por sus hijas: «No quería tener problemas».

Quien no paraba en su activismo esos días de julio del 36 era su marido, que, en cuanto vio el cariz que tomaba la situación, huyó de Arroyo. Primero, a Badajoz y después, a Madrid. Tras escapar, la casa de Polonia fue registrada varias veces por grupos de falangistas, que buscaban a Ramón.

Poco a poco, Polonia recuperó la tranquilidad hasta que, inesperadamente, una noche de octubre de 1937, el dirigente comunista Máximo Calvo llamó a su puerta buscándola con el pretexto de que debía atender a una mujer de parto en un chozo. Polonia reconoció a Máximo, sospechó que lo del parto era un ardid, le dio de cenar dos huevos fritos con chorizo y lo invitó a marcharse. Pero aquella visita fue descubierta por las autoridades franquistas y Polonia fue detenida y llevada a la cárcel. Primero a la de Arroyo, donde sus carceleros, a quienes había traído al mundo, la trataron con miramiento. Pero el «buen rollo» se acabó cuando el 13 de noviembre de 1937 fue trasladada a la prisión provincial de Cáceres.

En la capital, fue juzgada en la Diputación Provincial, sede de los consejos de guerra. Su hija Rosario, que también había sido detenida, fue puesta en libertad, pero Polonia fue condenada en un juicio rápido a muerte, fue fusilada en el campo de tiro de pistola del Regimiento de Argel y enterrada en una fosa común del cementerio de Cáceres.

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