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Un señor de Madrigal

Un señor de Madrigal

Extremadura precisa subdelegaciones de la DGT como la de Talavera

J. R. ALONSO DE LA TORRE

Viernes, 9 de diciembre 2016, 08:09

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En el Aldi, comprando cosas de hombres, o sea, caprichos como un Panettone relleno de frutas escarchadas o, para justificar mi mala conciencia, unos bizcochos ecológicos de zanahoria. En el estante de los foies de pato (¡cuatro euros la lata!), me aborda un desconocido y me pregunta que si me puede exponer una queja. Concedo encantado. Se queja: «Soy de Madrigal de la Vera y salí esta mañana del pueblo para acercarme a Cáceres a Tráfico. Le he comprado a mi hija un coche de segunda mano y tenía que hacer el cambio de titularidad. Como hacía tiempo que no necesitaba estos servicios, no me había enterado de que había que pedir cita previa y tengo que volverme a Madrigal, solicitar la cita y volver a bajar a Cáceres el día que me toque».

Replico a su queja que debería saber lo de la cita previa, que se ha anunciado bastante. «Efectivamente, reconoce, pero yo no me quejo de eso. La ignorancia de lo de la cita previa es solo culpa mía. De lo que me quejo es de que el suegro de mi hija, que vive en Candeleda, si tiene que hacer una transferencia de coche en Tráfico, no está obligado a viajar a Toledo, que le queda a 149 kilómetros, sino que puede acercarse a la oficina de Talavera, que la tiene a 54 kilómetros de su pueblo. ¿Por qué no ponen una oficina de Tráfico en Plasencia que atienda a todo el norte de la provincia de Cáceres?».

Al llegar a casa, me puse a investigar la cuestión y he llegado a la conclusión de que el señor de Madrigal de la Vera tiene más razón que un santo. Los extremeños vivimos en las dos provincias más extensas de España. Eso supone que las distancias entre los pueblos y las capitales de provincia son tremendas. No hace falta irse a Bohonal, situado a 245 kilómetros de Badajoz, basta con tener que viajar desde Azuaga, Cabeza del Buey, Fuentes de León, Valverde del Fresno, Alía o Riomalo de Abajo a Badajoz o a Cáceres para hacer un cambio de domicilio de un coche en Tráfico y se entenderá la situación.

Veamos el caso del ciudadano de Madrigal de la Vera, pueblo situado a 166 kilómetros de Cáceres. La transferencia que ha de realizar en Tráfico le va a suponer un viaje de 332 kilómetros a la capital de la provincia. Si hubiera oficina de Tráfico en Plasencia, solo serían 164 kilómetros. Su consuegro de Candeleda, sin embargo, lo tiene más fácil: para tramitar sus cambios en Tráfico solo ha de recorrer los 108 kilómetros, ida y vuelta, que lo separan de Talavera en lugar de viajar 298 kilómetros en ida y vuelta hasta Toledo.

Es cierto que la DGT (Dirección General de Tráfico) solo suele tener delegaciones en las capitales de provincia, pero hay excepciones que, sin embargo, no se dan en Extremadura. Así, tiene delegaciones, además de en Toledo y Talavera de la Reina, en A Coruña y Santiago, en Vigo y Pontevedra, en Murcia y en Cartagena, en Valencia y en Alzira, en Gijón y en Oviedo y las dobla o triplica en las islas y en Madrid y Barcelona.

Desde la DGT pueden argumentar que en las islas hay que ir en barco y en los otros casos, salvo el de Toledo y Talavera, hay mucha población. La réplica es inmediata: en ninguna provincia española hay que hacerse 500 kilómetros en un día para realizar una transferencia de vehículo. Esa razón bastaría para crear una subdelegación en la provincia de Cáceres y otra en la de Badajoz.

Dicen los corresponsales extranjeros, muy sorprendidos, que España es el país de las gestorías. Eso le dije yo al señor de Madrigal mientras comprábamos foie de pato barato, barato: «¿Por qué no va a una gestoría?». Y él respondió con criterio: «No me da la gana gastarme 100 euros en un trámite que puedo hacer yo».

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