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Varios vecinos recorren las calles de Jarandilla con escobones prendidos. :: luis miguel martín
Jarandilla celebra  el 25 aniversario  de Los Escobazos como fiesta regional

Jarandilla celebra el 25 aniversario de Los Escobazos como fiesta regional

Cada 7 de diciembre se dan cita en la localidad cacereña miles de visitantes para conmemorar esta fiesta de la luz y el fuego

LUIS MIGUEL MARTÍN

Viernes, 9 de diciembre 2016, 07:33

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La localidad de Jarandilla de la Vera celebró en la noche del pasado miércoles, 7 de diciembre, una nueva edición de Los Escobazos ante miles de visitantes que quisieron acompañar a la población cacereña en el 25 aniversario de la declaración como fiesta de interés turístico regional.

Esta nueva edición, donde se ha rendido homenaje a todos los vecinos que han aportado su granito de arena en este último cuarto de siglo, se ha vivido con mucha emoción desde los días previos hasta la llegada del día grande donde vecinos y visitantes celebraron este cumpleaños tan especial en torno a las hogueras y el fuego.

Desde el pasado lunes, con motivo de la celebración de esta efeméride, se han organizado una serie de actos paralelos y conmemorativos, como talleres para aprender a elaborar escobones, degustaciones de vino o la tradicional petición de la rosca con la que empiezan las celebraciones.

Ya en su día grande, más de 12.000 personas se dieron cita en Jarandilla en una celebración que entremezcla el fervor religioso y lo pagano en una noche cuyo origen se remonta al siglo XV, cuando los pastores bajaban hasta el pueblo alumbrándose con escobones prendidos.

Hogueras

Su uso ahora es bien distinto, desde las siete de la tarde las calles de la localidad se vuelven un espectáculo de luz y fuego con el ir y venir de los escobazos ardiendo y a partir de las nueve de la noche la procesión de la Inmaculada Concepción va marcando la quema de enormes hogueras donde el mayordomo recoge el estandarte a caballo de manos del párroco y lo procesiona por toda la localidad al grito de: '¡Viva la Virgen de la Concepción!'.

El cortejo al que se unen caballerías, vecinos y visitantes a pie recorre iluminando las calles con los escobones ardiendo mientras se cantan las coplas tradicionales a ritmo de cacerolas, sartenes y botellas de anís.

Es, en definitiva, una singular fiesta que se mueve entre lo religioso y lo pagano para disfrute de todas las edades.

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