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Ana B. Hernández
Viernes, 9 de diciembre 2016, 23:24
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Surgió en 1978 en favor de las personas con discapacidad intelectual en la región y hoy cuenta con 27 asociaciones, más de 5.000 socios y un millar de profesionales. Su objetivo es mejorar el día a día tanto de las personas con discapacidad como de sus familias. Por ello, Plena Inclusión Extremadura (que agrupa asociaciones como las antiguas Aprosuba) reclama a la Junta que agilice el pago de las ayudas que recibe en atención a los discapacitados.
«La fragilidad de un gobierno en minoría y la no aprobación o la aprobación tardía de los presupuestos supone que el gobierno en cuestión, como el actual, publique muy tarde las órdenes de subvenciones, y que su resolución sea igualmente tardía», afirma Miguel Ortega, presidente de Plena Inclusión Extremadura.
Esta demora, según explica, hace que servicios que se ejecutan desde el 1 de enero hasta el 31 de diciembre cada año, reciban el 50% de la subvención que les corresponde en junio o, incluso, en fechas posteriores. «Esta situación hace muy difícil la viabilidad económica de las asociaciones que prestan servicios a las personas con discapacidad», resume.
Por este motivo, Plena Inclusión Extremadura demanda a la Junta que agilice el pago de las ayudas y que reactive la reforma del Marco de Atención a la Discapacidad en Extremadura (Madex), aprobado en 2006, para mejorar la atención al colectivo.
Con este fin, en lo referente a las familias con hijos con discapacidad intelectual, la federación que preside Miguel Ortega ha editado una guía informativa para orientar a los padres en la escolarización de sus hijos, para que les sirva de apoyo a lo largo de la etapa educativa obligatoria y también para adquirir la formación precisa con la que poder insertarse en el mundo laboral.
Autismo, parálisis cerebral, síndrome de down... en general, discapacidad intelectual es el término que engloba a los escolares que requieren diversos apoyos en la escuela porque su aprendizaje es más lento, «porque su coeficiente intelectual está por debajo de la media», resume Ana Rosa Contreras, coordinadora del programa de apoyo a familias de Plena Inclusión.
La escuela extremeña suma 3.000 escolares con discapacidad intelectual según los datos hechos públicos por el secretario general de Educación, Rafael Rodríguez de la Cruz. De ellos, 350 aproximadamente están escolarizados en los 10 centros concertados de Plena Inclusión. El resto, la inmensa mayoría por tanto, está en los centros ordinarios, especialmente los públicos. «La responsabilidad de la administración educativa de proporcionar los apoyos humanos y materiales que los alumnos van a necesitar se aplica en las escuelas que son de su responsabilidad directa: los colegios e institutos públicos», señala Plena Inclusión en la guía elaborada en favor de las familias. Motivo por el que, en la actualidad, cerca del 75% de los escolares con necesidades está en la escuela pública. «Las escuelas privadas-concertadas también ofrecen estos apoyos, pero por su fórmula de concierto con la administración educativa en ocasiones pueden presentar algunas dificultades», aclara la federación.
Sensibilización
No obstante, independientemente del centro en el que estén escolarizados, en función de su discapacidad, requieren apoyos para superar la etapa educativa: logopedia, ayuda psicológica, fisioterapia... «Por eso hemos considerado conveniente editar la guía, para explicar qué requieren y qué recursos hay en la región para este alumnado», afirma Ana Rosa Contreras. «Porque la desorientación y la desinformación son el principal problema con el que se encuentran las familias; queremos ayudarles a lo largo del itinerario educativo obligatorio», añade.
Desde Infantil hasta cuarto de Educación Secundaria Obligatoria (ESO), que este alumnado puede culminar a los 20 años. «Porque se les alarga su periodo de aprendizaje precisamente por las dificultades que presentan». Pero también desde Plena Inclusión se detalla en la guía a las familias qué opciones hay más allá de la etapa obligatoria y la Formación Profesional Básica. «Cualquier alumno con discapacidad intelectual puede insertarse laboralmente con la preparación adecuada y los apoyos precisos», defiende Ana Rosa Contreras
Es el mensaje que se quiere transmitir a las familias y a la sociedad en general a través de una guía que da respuesta a la discapacidad en la escolarización, al mismo tiempo que persigue sensibilizar sobre ella y mejorar el acogimiento a los alumnos que la tienen. En el convencimiento de que «la diversidad no debería ser vista como un problema a superar, sino como un recurso enriquecedor para apoyar el aprendizaje de todos». De ahí la apuesta de la federación extremeña por la educación inclusiva: «Es un modelo educativo que da respuesta a las necesidades de aprendizaje de todo el alumnado, sin excluir a nadie; las escuelas tienen que encontrar la manera de educar con éxito a todos los niños».
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