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J. López-Lago
Jueves, 8 de diciembre 2016, 18:03
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Las fuerzas armadas españolas pisarán por primera vez Letonia y los soldados extremeños serán la avanzadilla que abra huella sobre el terreno. Hasta ahora solo los pilotos del Ejército del Aire habían sido desplegados en la zona con la misión de vigilar el espacio aéreo de Estonia, Lituania y Letonia, que había empezado a ser amenazado por Rusia tras la escalada de tensión con Ucrania. La resolución adoptada por los jefes de Estado y de Gobierno de los países de la OTAN en Varsovia (Polonia) el pasado mes de julio, decidió aumentar la presencia en los países del Este y que ejércitos de la alianza atlántica prestaran ayuda a otros aliados con menor capacidad militar.
Hasta ahora la operación en Letonia se denominaba 'Presencia Avanzada', y a partir de ahora se llamará 'Presencia Avanzada Reforzada', indicó ayer el general jefe de la Brigada de Infantería Mecanizada Extremadura XI, Francisco José Dacoba, que confirmó un rumor, el de la misión en Letonia, que ya estaba muy extendido entre la tropa que coordina. Según explicó ayer el alto mando militar desde el cuartel de Menacho con sede en Bótoa (Badajoz) en el acto de conmemoración de su patrona, se desplazarán al país báltico en torno a 150 hombres y mujeres de la Brigada Extremadura XI que compondrán una compañía de medios mecanizados y acorazados que se integrará en un contingente internacional con otras fuerzas de la OTAN. Habrá una preparación previa, la salida será en mayo o junio y la estancia en Letonia durará seis meses, periodo tras el cual otras unidades del Ejército español relevarán a los extremeños.
«La OTAN quiere poner sobre el terreno la solidaridad de las naciones que componen la alianza, naciones pequeñas con fuerzas armadas reducidas y que miran a sus aliados para ayudarles a conseguir una presencia sólida de su territorio», dijo ayer el general Dacoba.
Los militares del Ejército de Tierra se integrarán en un contingente liderado por Canadá y que contará, además, con soldados de Albania, Polonia, Italia y Eslovenia. La idea inicial es que entre todos sumen un millar de militares. Así, la presencia española en esta zona del Este europeo será un apoyo más al despliegue de la OTAN, que tiene como fin contener la presencia rusa en una 'guerra fría' latente desde la intervención en Ucrania en 2014, de modo que cualquier país de los 28 que integran la alianza atlántica no sienta la amenaza de Rusia por pequeño que sea. De hecho, este no será el único despliegue en los países bálticos. El resto de batallones estarán ubicados en Tapa (Estonia), liderado por Gran Bretaña; en Rukla (Lituania), comandado por Alemania; y en Orzysz (Polonia), que dirigirá Estados Unidos.
Letonia (capital, Riga) es un país prácticamente llano con un clima húmedo y frío y con veranos lluviosos y breves. Se trata de una república democrática parlamentaria con dos millones de habitantes que forma parte de la Organización de las Naciones Unidas (ONU) desde 1991; y de la Unión Europea y la OTAN desde el año 2004. Este país estonio con salida al Mar Báltico y que limita al Este con Rusia adoptó el euro como moneda en 2014.
A Líbano en noviembre
Por otro lado, el general de brigada Francisco José Dacoba informó de los detalles de otra operación en el extranjero que tendrá lugar en 2017. Se trata de continuar con la misión iniciada en Líbano, en este caso por mandato de las Naciones Unidas y que busca prestar apoyo al ejército libanés hasta que se estabilice este país de Oriente próximo con salida al Mediterráneo y frontera con Siria, Palestina e Israel.
La de 2017, cuya salida está prevista en noviembre, será la quinta misión de la Brigada Extremadura XI en este país, donde desplegó sus soldados por primera vez en 2007. En estos momentos la situación es más estable. «La misión se ha estabilizado bastante y se ha reorientado a apoyar a las fuerzas armadas libanesas para que poco a poco se hagan cargo de la situación hasta que las fuerzas de la ONU se puedan retirar», según explicó ayer el general Dacoba, que habló de entre 600 y 700 militares españoles, de los que en torno a 500 soldados y mandos pertenecen a la brigada con sede en el cuartel extremeño. Como en anteriores desplazamientos, el papel de los extremeños se integra en una misión internacional que lidera España y que componen unos 4.000 militares pertenecientes a ejércitos de Indonesia, Nepal, India, Brasil y otros países desplegados en la zona Sur del país.
Desde 1994 la Brigada de Infantería Extremadura XI, encuadrada en el Mando de Fuerzas Pesadas del Ejército español, ha participado en varias operaciones militares en el extranjero. La primera fue en Bosnia-Herzegovina con el envío de cuatro contingentes entre octubre de 1994 y noviembre de 2001.
Seis países desde 1994
El siguiente destino fue Kosovo, entre septiembre de 2003 y mayo de 2004, misión que coincidió con un despliegue en Irak entre diciembre de 2003 y mayo de 2004 antes de regresar a Kosovo en 2006
Al año siguiente la Brigada Extremadura XI se integró en el ejército multinacional de la ONU en Líbano, país al que los militares extremeños han viajado ya en cuatro ocasiones, la última vez regresando en mayo de 2014.
Entre noviembre de 2015 y mayo de 2016 otro contingente de la brigada con sede en Bótoa viajó a Malí, misión que prácticamente fue simultánea con la de apoyo al ejército iraquí en Irak, con regreso en ambos casos en mayo de este año. Con los desplazamientos previstos el año que viene a Líbano y Letonia serán por tanto seis los países en los que ha intervenido la Brigada Extremadura XI, ya sea en operaciones de mantenimiento de la paz o en adiestramiento militar de otros ejércitos.
Este resumen se hizo ayer durante la parada militar celebrada con motivo del día de la Inmaculada en el cuartel General Menacho, donde se repasaron las actividades realizadas en 2016, las más destacadas fueron las misiones de adiestramiento llevadas a cabo en Malí e Irak, la reorganización de la brigada con la incorporación del batallón de infantería ligera Sicilia, la activación del grupo de caballería Calatrava, el refuerzo de otros grupos y la colaboración con la brigada Santa Margarida portuguesa.
Además, el acto castrense sirvió para que cinco militares que han pasado a la reserva se despidieran de la bandera, para condecorar a soldados y mandos y para homenajear a los que dieron su vida por España.
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