Borrar
Remedios Tierno, en el Instituto Bárbara de Braganza, donde enseña Lengua y Literatura. :: c. moreno
La activista que se nutre de literatura

La activista que se nutre de literatura

Profesora y coordinadora de Amnistía Internacional en Extremadura

Ana B. Hernández

Lunes, 5 de diciembre 2016, 07:17

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Muchos, posiblemente, consideren que lo suyo es pura utopía y que dejará sus fuerzas en un camino en el que apenas se vislumbra la meta. Pero lo cierto es que sin personas como ella otros muchos nunca abandonarían ni la oscuridad ni el silencio. Por eso está convencida de que el camino merece la pena. «Nuestro lema es que el mundo puede cambiar, pero que no lo va a hacer solo; y yo me lo creo». Remedios Tierno Velasco es la nueva coordinadora de Amnistía Internacional en Extremadura, responsable por ello de las casi mil personas que forman parte en esta tierra de una organización cuyo objetivo prioritario es que se respeten los derechos humanos en todos los rincones del mundo.

ALGUNOS DATOS

  • Biográficos.

  • Tiene 58 años, está casada y es madre de dos hijos. Nació en Castuera y reside en Badajoz, donde imparte clases en el Instituto Bárbara de Braganza. Es licenciada en Filología Hispánica y en Literatura Comparada.

  • uEl proyecto. Acaba de asumir la coordinación regional de Amnistía Internacional y su objetivo es incrementar el número de activistas en Extremadura para que cada vez sean más las personas que escuchen la voz de los refugiados.

«Amnistía Internacional (AI) nunca se cansa, nunca cede, y eso me gusta. El símbolo que tenemos, esa velita que no se apaga, es muy gráfico. Porque allá en el sitio con mayor oscuridad, donde se encuentre la persona más aislada, está AI para que esa persona sepa que no está sola, que hay otras muchas pendientes de ella», explica con satisfacción esta profesora de Lengua y Literatura en el Instituto Bárbara de Braganza de Badajoz.

Nació en Castuera hace 58 años y su trabajo le ha permitido recorrer buena parte de la región, de instituto en instituto hasta asentarse en el centro pacense del que fue directora durante ocho años. Cuando lo dejó, hace cuatro, dio un paso al frente en Amnistía Internacional. Porque es una mujer comprometida, porque no le asusta ni la coordinación ni la dirección y porque sus amigos y familiares están convencidos de que es hiperactiva. «Tiendo a hacer muchas cosas a la vez; lo cierto es que van surgiendo y las voy asumiendo», explica. «No sé si es cuestión de tener o no un carácter fuerte, desde luego débil no soy».

Sus compañeros de AI son los que la han animado a dar un nuevo paso al frente en su compromiso vital y asumir la coordinación regional. Y ella ha decidido que quiere seguir en una lucha que no recuerda cuándo inició. «Hace tantos años que soy socia de AI que no lo recuerdo la verdad, pero eso suponía pagar la cuota solo», afirma. Después decidió avanzar un poco más y se metió en la red de acciones urgentes, que la organización lleva a cabo de forma online a través de las diversas campañas de recogida de firmas que pone en marcha en favor siempre de personas y colectivos con los que se ceba la injusticia.

«Y hace cuatro años, cuando dejé la dirección del instituto, AI hizo un llamamiento para poner en marcha en la región el equipo de relaciones institucionales». Lo que escuchó en esa reunión la animó a formar parte de él y convertirse, por tanto, en activista de Amnistía Internacional.

Hoy tratan de que los políticos extremeños rubriquen en la asamblea un acuerdo para instar al Gobierno central a asumir el compromiso adquirido en cuanto al reparto de refugiados. «En dos años deberíamos haber acogido a 6.647 y llevamos solo 344». Remedios asegura que este colectivo hoy es su prioridad. «Porque la humanidad somos todos y una parte de ella está sufriendo y tenemos que ayudarla, porque es inhumano lo que está ocurriendo; debemos ser conscientes de que quien abandona su casa es porque teme la muerte».

Junto a ella, y ahora bajo su coordinación, casi mil activistas extremeños seguirán luchando por los refugiados. «Y quiero que seamos más, es uno de mis objetivos, conseguir aumentar el número de activistas», reconoce. Cree, además, que es posible que frente a lo que se pudiera pensar AI está creciendo en la región, sumando nuevas personas dispuestas a conseguir cambiar el mundo, a recorrer el camino al menos para ello aunque se siga sin vislumbrar la meta.

«Porque tenemos sentimientos y porque la crisis que nos azota creo que ha puesto de manifiesto que hoy son ellos los que sufren, pero que no hay nadie libre, que mañana podemos ser nosotros». Y tal vez por eso la solidaridad mundial necesariamente no puede dejar de estar de moda.

«Para comprenderlo hay que tener empatía con los demás». Es el requisito para Remedios Tierno. Y la literatura, una herramienta perfecta para alcanzarlo. Por eso no solo procura, como sus compañeros en el instituto que AI y otras muchas oenegés pasen por el centro para que sus alumnos conozcan qué ocurre en el mundo, y sobre todo que hay personas dispuestas a luchar por mejorarlo, sino que Remedios Tierno trata cada curso de incitar a sus alumnos a la lectura, su pasión desde pequeña. «La literatura cuenta sentimientos, ideas, vidas de personas... y por eso sirve para entender el mundo, abrir la mente y ser más empático, además de ser también una forma de ocio fantástica y económica».

'El hambre', un ensayo de Martín Caparrós, es lo que está leyendo hoy, una obra más para una mujer a la que con quince años fascinó 'Cien años de soledad' y que lee con asiduidad en francés y portugués. Está convencida de que sin la literatura, sin sus lecturas, no entendería el mundo como hoy lo entiende.

Por eso seguirá adelante con una pasión que quiere inculcar a sus alumnos y que le ayuda a mantener e incrementar un compromiso con los demás. «Porque no hace falta elegir, porque literatura y AI son cosas complementarias; las personas tenemos cabeza y sentimientos para muchas cosas». Remedios Tierno seguirá leyendo para entender la realidad, «pero sin olvidar que la literatura es ficción y que Amnistía Internacional es realidad».

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios