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Jarra de agua del grifo. :: hoy
Agua del grifo gratis

Agua del grifo gratis

Una ley andaluza obligará a servir jarras de agua en los restaurantes

J. R. Alonso de la Torre

Sábado, 3 de diciembre 2016, 08:55

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En los restaurantes de París, si al sentarte en tu mesa pides al camarero un 'eau carafe' o una 'carafe d'eau', te ponen inmediatamente una jarra de agua del grifo y unos vasos y lo que no te ponen es mala cara. Anda y vete tú a un restaurante extremeño y pide una jarra de agua del grifo y unos vasos, vas a ver qué cara te pone el maître y hasta los comensales de las mesas vecinas. Somos nuevos ricos, señores, y los nuevos ricos beben agua mineral: un botellín para cada comensal, que las botellas de litro y medio son poco elegantes (sumas todas las aguas y te sale mejor pedir champagne francés).

En los restaurantes alemanes, ingleses, americanos, de la remota Oceanía o del sudeste asiático, es normal que te pongan agua del grifo y unos vasos para comer. Es más, en muchos países es la manera que tienen de recibirte en el restaurante: un agüita reparadora para darte la bienvenida con cariño. En España, no, aquí el agua en los restaurantes se paga y si no, te hubieras quedado en casa, ¡tío cutre!

Cuando voy a Madrid, como no muy lejos de la estación de Atocha en un restaurante de menú del día llamado Achuri, en la calle Argumosa, en Lavapiés. Dicen que es un restaurante de Podemos porque quienes comen allí se mueven políticamente por ese cauce. No sé de quién será, pero me gusta su menú de 9.50 euros y que me pongan una jarra de agua del grifo cuando me siento. ¡Sí, soy ese tío cutre!

¡Pero atención!, parece que lo de beber agua del grifo y ahorrarse unos euros con la bebida en el restaurante acabará siendo algo normal si Extremadura sigue los pasos de Andalucía, algo que suele ser habitual. La Junta andaluza ha aprobado un anteproyecto de ley para una 'Vida activa y una alimentación equilibrada'. En dicha ley, se contempla la obligación de que los bares y los restaurantes sirvan a sus clientes de manera gratuita un recipiente con agua fresca y vasos.

En cuanto esta ley entre en vigor, será un placer bajar a Andalucía a comer y que cuando te vengan a tomar nota de la bebida no te imagines al camarero vestido de bandolero de Sierra Morena dispuesto a clavarte una navaja trapera con cada botellín de agua de cinco euros, como a veces te cobran en algunos restaurantes donde es más caro beber agua mineral que comer un plato de sopa. Esto último puede parecer una boutade, pero a veces me ha sucedido en Extremadura y siempre me sucede en el Alentejo, el país de las sopas, donde un caldo de verduras te puede salir por euro y medio o dos euros y por la botella de agua te soplan tres.

En casa, bebo agua del grifo. Durante años, el resto de la familia bebía agua mineral y ahora utilizan una de esas jarras purificadoras. Yo creo que nada más puro y bien tratado que el agua corriente. Además, sabe bien. Así que abro el grifo y bebo. Y me gustaría hacer lo mismo en el restaurante. Además, no hay nada más elegante que una jarra de agua corriente y unos vasos. Así tomaban el café los señores cuando yo era adolescente e iba con mi pandilla al bar Metropol de Cáceres, donde había una tertulia de maestros alrededor de tazas de café y jarras con vasos de agua. Y me parecía un ejercicio de buen gusto, algo muy propio de sabios.

La ley que tramitan los parlamentarios andaluces afectará a los colegios e institutos, donde deberán servirse menús saludables y equilibrados, se reducirán las calorías, los azúcares añadidos y las grasas saturadas. En las máquinas de vending o al lado, deberá haber agua gratis. Y después está lo de la jarra de agua en los bares y restaurantes. Ojalá la ley andaluza sea aprobada y se extienda al resto de España.

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