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Celestino J. Vinagre
Martes, 20 de septiembre 2016, 00:37
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La presa de Villalba de los Barros, gestionada por la Confederación del Guadiana (CHG) desde febrero de 2014, es el embalse con más agua del mundo. Lo es porque los millones de litros que se agolpan en esta infraestructura con una capacidad apreciable (106 hectómetros cúbicos) levantada sobre el río Guadajira no se acaban nunca. Se ideó para suministrar agua a más de 56.000 personas de la comarca de Tierra de Barros, y también para desarrollar el regadío en esa zona. Pero ni funciona para lo primero ni prácticamente para lo segundo.
A la presa, incluida en el Plan Hidrológico Nacional, le falta una potabilizadora para destinar el agua embalsada a consumo humano, la causa principal de su construcción. Para eso se gastó el Estado mucho dinero, unos 30 millones de euros, un presupuesto que se incrementó notablemente sobre la previsión inicial. Ahora ese dinero está sin utilidad práctica. «Es incomprensible. Hemos aprobado mociones en muchos pueblos de la comarca y enviado muchas cartas al Gobierno pero sin respuesta», clama Pedro Santos, alcalde villalbense.
Hace ya una década, en diciembre de 2006, la Dirección General del Agua, dependiente del Ministerio de Agricultura, explicó que la finalidad de la presa era la de resolver la «deficiente situación» del abastecimiento de agua en Aceuchal, Almendralejo, Arroyo de San Serván, Feria, Fuente del Maestre, Santa Marta de los Barros, Torremejía y Villalba de los Barros.
Estas poblaciones continúan ocho años después «con una situación de abastecimiento de agua potable deficiente. Todo ello a pesar de que la presa está construida y el volumen de agua embalsada es excelente», se indica en las mociones aprobadas por los plenos de los ayuntamientos para reclamar una y otra vez a Madrid la puesta en marcha de una estación potabilizadora que debe estar a 500 metros aguas abajo respecto al pie de la presa.
La estación de tratamiento de agua potable se planeó con un caudal de 541,67 litros por segundo. Su coste es de 27,7 millones aproximadamente según se expuso en el proyecto del Ministerio de Agricultura conocido en 2006.
Los municipios afectados reclaman al Estado que reserve una partida para esa estación y a la Junta de Extremadura que presione para que sea una realidad a corto plazo. También se ha instado a los grupos parlamentarios de la Asamblea a apoyar una reclamación que también conoce desde hace tiempo la Delegación del Gobierno en Extremadura.
En espera del regadío
Sin agua disponible para consumo humano, la presa de Villalba de los Barros tampoco se aprovecha para otro uso que serviría como motor de desarrollo, el agrícola. Según las estimaciones de la CHG, con su agua se pueden regar hasta 5.000 hectáreas en un entorno próximo.
Con el regadío de Tierra de Barros aún en pañales administrativos, apenas se han aprobado dos o tres concesiones de aguas para particulares que han pedido beber de ese pantano para poner en marcha o mejorar explotaciones. El último proyecto validado, para regar 98 hectáreas de olivar, higueras y almendros en el término municipal de Fuente del Maestre.
«No se está aprovechando casi nada la presa de Villalba. Y más cuando en la zona la Confederación del Guadiana prohíbe desde hace un año nuevos pozos en explotaciones. Es lamentable que haya ahí tanta agua acumulada sin utilidad. Pedimos a la Junta celeridad con el proyecto de regadío en Tierra de Barros para intentar desatascar esa situación», concluye Santos. Ese regadío, hay que recordar, es privado aunque la Administración regional ayudaría en buena medida en su financiación.
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