Borrar
Los cuatro agentes de la Policía que rescataron al bebé de Mérida el pasado sábado
«Si tardamos diez minutos más, hubiera ocurrido una desgracia»

«Si tardamos diez minutos más, hubiera ocurrido una desgracia»

Los policías que rescataron al niño del coche robado en Mérida encontraron al bebé sudando y casi deshidratado

Antonio Gilgado

Martes, 9 de agosto 2016, 00:29

Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.

Compartir

Los finales felices se deciden por detalles, un peluche de vaca, un Opel Corsa sin gasolina... Pero también por la intuición policial, volver por una carretera distinta, hablar con la persona adecuada...

Lo ocurrido el sábado tiene un poco de ambas. Detalles y pericia de los agentes. La historia arranca a las doce y media de la tarde en la puerta de un estanco de la avenida Juan Carlos I de Mérida, cuando una madre ve cómo un ladrón se lleva su Opel Corsa negro con su bebé de tres meses dentro y termina cuarenta minutos después a quince kilómetros, en la estación de servicio de San Pedro de Mérida, con el niño bañado en sudor y llorando desconsolado en manos de un agente de la Policía Nacional.

La víctima incurrió en la mala costumbre de muchas personas en verano. Aparcó con las llaves puestas para mantener el aire acondicionado y no tener que bajar el carrito, pero tuvo la desgracia de que por allí pasara un toxicómano de Arroyo que se percató del detalle de las llaves y no lo dudó. Se llevó el coche. Un testigo trató de seguirle con la bici y la madre cogió un taxi aparcado en la parada de la acera, pero tanto el ciclista como el taxista perdieron la pista al Opel Corsa en la rotonda de las Tres Fuentes. Podía haber salido por tres direcciones distintas. Con este panorama entran en acción los cuatro agentes de la comisaría de la Policía Nacional de Mérida divididos en dos coches, el Mérida 11 y el Mérida 12.

Los agentes del Mérida 12, a través del 112, trataron de hablar con la madre, pero estaba tan nerviosa que resultó imposible, por eso pidieron a Radiotaxi que les pasara con el taxista para llegar a su altura. Sus compañeros del Mérida 11 salieron por la A-5 en dirección Madrid en busca de un coche negro, aún no sabían la marca ni el modelo.

Ayer, los cuatro agentes destacaban la importancia de los detalles. No es lo mismo salir en busca de un vehículo negro por la autovía, que de un Opel Corsa negro con un peluche de una vaca en la bandeja trasera y una matrícula concreta. Todos esos datos se los fueron pasando sus compañeros del Mérida 12, que se quedaron buscando por Mérida con la madre. «Parece un tópico y una frialdad, pero le dijimos que tenía que mantener la calma y darnos detalles del coche», recuerda. Pero no fue fácil. En algunos momentos la madre parecía al borde del desmayo. Mientras tanto, los policías que emprendieron la búsqueda en dirección Madrid se volvieron a la altura de Torrefresneda con las manos vacías. De vuelta decidieron salirse de la autovía y regresar por la antigua carretera nacional. Intuición policial. Y fue frente a la estación de servicio Ruta 5, en San Pedro, cuando uno de los agentes se percató de que había un peluche de vaca en la bandeja de un coche. Pararon en seco. Era un Opel Corsa negro que en ese momento abandonaba un hombre corpulento. Lo redujeron, lo detuvieron y rescataron al bebé. Al ver lo ocurrido, un grupo de turistas se acercó y se hizo cargo del niño mientras los agentes se encargaban del detenido. Una señora mayor del grupo se llevó al bebé a la sombra, le puso una gasa mojada y le dio agua.

La madre llegó a los cinco minutos, casi inconsciente por los nervios, y el llanto de su hijo se acabó en cuanto le dio el pecho. Los policías prefieren no preguntarse qué hubiera ocurrido si no llegan a pasar justo en ese momento. El coche se había quedado sin gasolina y el ladrón pretendía abandonarlo al sol, con las puertas cerradas y con el bebé dentro. «Si tardamos diez minutos más, hubiera ocurrido una desgracia». En Mérida 12 todavía se acuerdan de la cara de la chica al comunicarle el hallazgo y en el 11 del abrazo de la señora que les cogió el bebé y les ayudó calmarlo hasta que llegara la madre. Uno de esos «Dios os bendiga» que emociona al más ateo.

Reporta un error en esta noticia

* Campos obligatorios