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Olivar en el término municipal de Monterrubio de la Serena. :: hoy
Agricultura estudia si es viable poner en riego 2.500 hectáreas en Monterrubio

Agricultura estudia si es viable poner en riego 2.500 hectáreas en Monterrubio

Aparcado por sus costes el plan inicial de llevar agua de la presa del Zújar, se plantea desarrollar primero 800 hectáreas a través de azudes y balsas

Celestino J. Vinagre

Viernes, 6 de mayo 2016, 07:23

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A principios del próximo año, Junta y agricultores de Monterrubio deberán determinar si al final es posible poner en regadío centenares de hectáreas en una de las principales zonas olivareras de la región. Un proyecto del que se ha hablado mucho y durante varias décadas pero que sigue en punto muerto. Ni siquiera en diciembre de 2011, cuando el Gobierno de Monago firmó un protocolo de intenciones con el Ministerio de Agricultura y los regantes (con el que se aventuró que las obras estarían en marcha en 2012) se desatascó el plan. Ahora, el Ejecutivo de Vara y los agricultores de Monterrubio se ponen plazo. Tras conocer los costes del estudio de viabilidad que ha encargado la Junta, las dos partes decidirán. Será en el primer trimestre de 2017.

HISTORIA DEL PROYECTO

  • u1997. Se realiza el estudio de viabilidad.

  • uSeptiembre de 2002. Se firma un protocolo de intenciones entre la comunidad de regantes, la Junta de Extremadura y el Ministerio.

  • uSeptiembre de 2010. Se firma un convenio de colaboración.

  • uSeptiembre de 2011. Se anula ese convenio.

  • uSeptiembre de 2010. Se firma un convenio de colaboración.

  • uDiciembre de 2011. Se firma un nuevo protocolo de colaboración. La Junta aventura que el regadío, sus primeras obras, pueden estar en 2012.

Lo que ahora se va a analizar es si es viable poner en riego 2.500 hectáreas en Monterrubio y no 6.000, como se mantenía en el proyecto inicial, con su primer estudio de viabilidad en 1997, entre Monterrubio y Benquerencia. Eso está descartado. «Por los costes energéticos que eso supone. Eso es inviable», recalcó ayer a HOY Manuel Mejías, director general de Desarrollo Rural.

El nuevo plan es más modesto. «Queremos ser realistas y no vender humo. Estamos hablando de regadío privado, con los regantes poniendo el 50% de la financiación, y el Estado y la Junta se repartan el 50% restante. Y no sabemos sinceramente su coste ahora y si es posible cubrirlo», aclara Mejías. El de las 6.000 hectáreas se presupuestó en 73 millones y, aunque se aseguró que había financiación pública y privada, en realidad no se movió un solo euro para su desarrollo.

La idea es ver cuánto cuesta poner primero 800 hectáreas de olivar en riego, y si las cuentas salen pensar en llegar a las 2.500. Para esas 800 hectáreas no es necesario hacer presas. Se regaría partir de azudes en arroyos de las zonas y echando mano de balsas de agua. Esa opción incrementa las posibilidades de desarrollo real del proyecto.

Para llegar a transformar hasta 2.500 hectáreas se necesita construir un embalse en el arroyo de Benquerencia. Se desconoce su presupuesto y quién asumiría su realización. Lo único seguro es que el Ministerio de Agricultura se ha comprometido a redactar el proyecto de la presa, con una capacidad de 10 hectómetros cúbicos. Ese proyecto lo va a hacer Tragsatec.

Las obras de transformación en regadío de la zona de Monterrubio de la Serena fueron declaradas de interés general por la Ley 53/2002, de 30 de diciembre y en 2009 se elaboró el proyecto de transformación de 6.000 hectáreas a través de la presa del Zújar. Pero se encuentra a 28 kilómetros del municipio olivarero, con «una altura de bombeo que comprometía la viabilidad del proyecto al encarecer los costes energéticos», se subraya desde el Ejecutivo extremeño.

De otro lado, la Confederación Hidrográfica del Tajo ha adjudicado, por 549.908,59 euros, la explotación, mantenimiento y conservación de la zona regable del Ambroz y el bombeo de la Garganta de Cuartos a la presa de Navalmoral. La adjudicataria, Construcciones Alpi, deberá mantener en perfecto estado de funcionamiento y conservación las infraestructuras durante un plazo de tres años.

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