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Miguel Calderón Domínguez, con la batuta, dirigiendo una orquesta
Una batuta extremeña llega a Japón

Una batuta extremeña llega a Japón

El joven cacereño Miguel Calderón dirigirá una orquesta en el Pacific Music Festival, evento que concentra al talento mundial de la música clásica

J. López-Lago

Lunes, 18 de abril 2016, 00:32

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Si para un deportista el mayor sueño es participar en unos Juegos Olímpicos, para un músico en formación ser seleccionado en el Pacific Music Festival es un éxito que se aproxima bastante. Este evento que tiene lugar cada año en Sapporo (Japón) fue creado en 1990 por el mítico compositor Leonard Bernstein para canalizar y reunir el talento mundial en la música clásica. El cacereño Miguel Calderón Domínguez, de 22 años, estará allí, y no de cualquier manera.

Ha sido seleccionado por los maestros John Axelrod y Valery Gergiev como director de orquesta después de competir con más de 400 aspirantes. Para este puesto, el de director academista, la organización también ha optado por una chica china y un joven inglés, explica el músico extremeño, entusiasmado con la noticia de completar en Japón su formación y añadir esta muesca a un curriculum que se intuye prometedor.

Miguel Calderón tiene familia en Aldeacentenera, pero él se crió en Cáceres. Estudió en el instituto El Brocense compaginando los estudios generales con los grados elemental y medio de Conservatorio Hermanos Berzosa de la mano de Fernando Agúndez Oso. En ambos casos obtuvo las más altas calificaciones, de modo que se fue a Madrid con 18 años cuando su formación musical lo requirió. Allí, en el Real Conservatorio Superior de Música de Madrid, ha completado el grado superior en la doble especialidad de piano y viola.

Él piensa que para ser cura hay que pasar por monaguillo, igual que un buen entrenador conoce mejor la claves de su trabajo si antes ha sido jugador. «Mi objetivo es dirigir, pero pienso que para ser un gran director primero hay que ser un gran músico», dice varios meses antes de afrontar su recital en el Kitara Hall de Sapporo (Japón), donde el 31 de julio se pondrá al frente de una orquesta con entre 70 y 80 de los mejores músicos jóvenes del mundo, un reto para el que disfrutará antes de dos semanas de ensayo recibiendo instrucciones de la elite mundial.

En realidad, Miguel Calderón tiene su propia orquesta de cámara, llamada Joaquín Turina en honor al compositor sevillano. La componen unos cuarenta amigos, la mayoría aún estudiantes de música en Madrid, tanto españoles como extranjeros. Debutaron en el verano de 2013, cuando realizaron una breve gira por cuatro pueblos de la comarca de Las Villuercas. «Queríamos ver qué tal funcionábamos, afianzarnos como músicos y retener en España el talento evitando el éxodo de músicos. La verdad es que el público de estos pueblos respondió masivamente y llenamos los auditorios y las casas de cultura, así que a la vuelta formamos una asociación sin ánimo de lucro».

Miguel Calderón cuenta que su relación con la música comienza cuando sus padres se empeñaron en darle a él y a su hermana un tipo de formación en idiomas y música que ellos jamás pudieron recibir. Ambos hermanos hablan ahora inglés, francés y alemán, y si bien su hermana es profesora de Veterinaria en la Universidad de Extremadura, él ha elegido el camino de la música, donde se está abriendo paso a base de tesón.

Disciplina

«Mi jornada empieza a las nueve de la mañana y termina a las diez de la noche, y como necesitaría que los días tuvieran 36 horas, no me queda más remedio que ser organizado. En realidad no me cuesta porque desde los siete años soy bastante disciplinado».

Esto explica, por ejemplo, que mientras avanzaba en su formación musical, el cacereño haya obtenido el título de Derecho, unos estudios que inició en la Universidad de Extremadura y que ha culminado en este 2016 en Madrid a través de la Universidad Nacional de Educación a Distancia.

Evidentemente, no piensa dedicarse a la abogacía, pero valora que esta etapa le ha servido para adquirir cultura en otras áreas. Sin embargo, reconoce que se ha liberado de unas obligaciones que le permitirán dedicarse de lleno a la música, su verdadera pasión. En su agenda está, de momento, viajar a Alemania, donde ya ha sido aceptado para cursar un máster de viola, aunque evidentemente considere la cita de Japón del Pacific Musicl Festival como el mayor espaldarazo a su prometedora carrera, la cual no se ha despegado totalmente de Extremadura pues desde este año forma parte de la bosa de trabajo de directores asistentes de la Orquesta Joven de Extremadura.

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