Secciones
Servicios
Destacamos
Celestino J. Vinagre
Viernes, 15 de abril 2016, 08:09
Necesitas ser suscriptor para acceder a esta funcionalidad.
Compartir
Manuel Pérez Escurza fue, en el siglo pasado, un médico y benefactor de Sancti-Spíritus (comarca de La Siberia) que no se quiso olvidar de sus gentes al morir. Legó en su testamento que su casa fuera algún día un asilo «para recoger y sostener a los ancianos desvalidos o impedidos». Sus deseos se hicieron realidad en 2006, cuando se puso en marcha una residencia, en este caso privada, en la que ahora están 17 personas dependientes en una localidad de 220 habitantes. Ahora, la empresa que lo gestiona, Abellanes, ha anunciado a los mayores y a sus familias que se vayan buscando otra instalación porque cierra el 31 de mayo.
Lee el artículo completo en la edición impresa y Kiosko y Más.
Publicidad
Publicidad
Te puede interesar
Publicidad
Publicidad
Recomendaciones de HOY
Reporta un error en esta noticia
Comentar es una ventaja exclusiva para suscriptores
¿Ya eres suscriptor?
Inicia sesiónNecesitas ser suscriptor para poder votar.