Madrigalejo sale en el mapa

Pero una cosa es tener efeméride y otra muy distinta saberla aprovechar. Hasta no hace mucho, se sabía que Fernando V había expirado en una casa, que el Monasterio de Guadalupe tenía en Madrigalejo, un 23 de enero de 1516, pero la casa había estado en ruinas hasta 1984, tras ser pajar y almacén de cemento, y lo de la muerte del rey había quedado en un episodio nebuloso que parecía más leyenda que dato riguroso.

En los años 80, la situación cambió. La casa fue declarada monumento nacional, Iberdrola la compró y restauró y la historiografía moderna certificó el rigor de la muerte de Fernando en Madrigalejo y la trascendencia del testamento que firmó en esa casa. Solo faltaba un broche que convirtiera todo ese capital en referencia turística e histórica. Esa guinda ha sido aprovechar el V Centenario de la muerte del rey católico para contar al visitante un discurso con contenido que lo atraiga y atrape.

Madrigalejo tiene 1.862 habitantes (censo de 2014). Es decir, se trata de un pequeño pueblo situado al sur de la provincia de Cáceres, que mira más hacia Don Benito y Villanueva que hacia la capital. Sorprende que, a pesar de su tamaño, cuente con cinco entidades bancarias, tres buenos supermercados, una farmacia espectacular, un mercado de abastos... La razón hay que buscarla en el regadío: el arroz, el maíz y los frutales dan vida a Madrigalejo.

El reto era diversificar la economía local y que la dependencia de la agricultura se complementara con el turismo. Hasta ahora, a Madrigalejo solo llegaban ciclistas y paseantes, que recorrían la Vía Verde del ferrocarril, que une Alía con Don Benito y Villanueva de la Serena, y ornitólogos buscando grullas, garzas, rapaces y otras aves. A partir de ahora, los amantes de las rutas históricas tienen un punto obligado de visita en este pueblo, cuyos encantos monumentales son la iglesia de San Juan Bautista, la ermita de las Angustias y la Casa de Santa María, donde murió el rey Fernando, pero que solía estar cerrada salvo en fechas señaladas o previa cita.

Sergio Rey es el alcalde de Madrigalejo. Oriundo de Casar de Cáceres e hijo de un sargento de la Guardia Civil destinado en Madrigalejo, este militante del Partido Popular apostó desde su llegada a la alcaldía por convertir el acontecimiento luctuoso de 1516 en un estímulo turístico.

El ayuntamiento compró las casas que ocupaban el perímetro de la antigua mansión de Santa María, donde tuvo lugar la muerte famosa, y convirtió una parte en un museo etnográfico inaugurado en 2014.

El resto será un centro de visitantes, que girará alrededor de los Reyes Católicos, su presencia en Extremadura y su relación con Madrigalejo (Fernando se había alojado en la casa de Santa María en dos ocasiones antes de morir y después de él, acogió al rey Sebastián de Portugal y a Felipe II). Este centro de visitantes, tras una restauración ejemplar y una inversión de 250.000 euros, muestra la historia con nuevas tecnologías.

El pasado sábado, mientras Madrigalejo bullía en fiestas y Samarkanda hacía un pasacalles muy divertido, tras visitar la casa y el museo, se podían comprar los dulces de la muerte del rey (perrunillas, cortadillos, magdalenas y galletas) y se podía comer en el restaurante Pedro, cercano a la iglesia, un casero y rico menú del día por 8,50 euros. Madrigalejo lo ha conseguido: ya está en el mapa.