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Antonio J. Armero
Viernes, 8 de enero 2016, 07:26
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El pasado martes, por primera vez en lo que va de invierno, la máquina esparcidora de sal de la Diputación Provincial de Cáceres pasó por Piornal, el pueblo más alto de la región (1.175 metros, 1.555 habitantes). En realidad, ese vehículo es un todoterreno equipado con una pala quitanieves por delante y una tolva (un recipiente con forma de embudo y abierto por la parte más delgada) para la sal por detrás. En buena parte de la comunidad autónoma, ver una de estas máquinas es casi una extravagancia, pero en este parte del norte extremeño y en estas fechas, son el pan nuestro de cada día. Porque en Piornal, en La Garganta, en Tornavacas o en Guijo de Santa Bárbara, la nieve está al llegar.
«El martes cayeron unos copos, pero no cuajó», comenta Ernesto Agudíez, alcalde socialista de Piornal y en estas fechas, un hombre muy al tanto de las previsiones meteorológicas. «Estoy constantemente pendiente», confirma el alcalde, que la semana pasada se reunió con personal del servicio de mantenimiento de carreteras de la Diputación de Cáceres para coordinar la forma en que se trabajará de cara a la primera nevada. Es decir, para perfilar cuestiones como que el día que el pueblo amanezca blanco, a las siete de la mañana ya haya pasado la máquina quitanieves para garantizar que no hay nadie que no pueda salir o entrar al municipio. Porque en Piornal, antes o después y de forma más o menos copiosa, el blanco aparece cada invierno. Lee la noticia completa en edición impresa y Kiosko y Más.
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