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Candidatos de Podemos, Ciudadanos, PSOE y PP en la provincia de Cáceres.
Los novatos dominan las listas del 20D

Los novatos dominan las listas del 20D

Cinco de los ocho candidatos elegidos como números uno al Congreso por los principales partidos nunca se habían presentado a unas elecciones

Claudio Mateos

Domingo, 13 de diciembre 2015, 08:50

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Las elecciones del 20 de diciembre serán especiales. Históricas, a decir de muchos. Uno de los motivos es que en casi toda España los candidatos primerizos superan por primera vez en número en unos comicios generales a los que llevan media vida viviendo de la política de cargo público en cargo público. Extremadura sigue también esa tendencia, y no sólo por la irrupción de los partidos emergentes como alternativas reales de poder, sino por detalles como que hasta una formación histórica como el PSOE haya decidido apostar por un rostro nuevo, desconocido incluso para sus propios copartidarios. De las ocho personas que encabezan las listas extremeñas al Congreso de los Diputados por los cuatro partidos a los que todas las encuestas conceden mayor porcentaje de votos, sólo tres se habían presentado antes a unas elecciones para cargo público.

Lo primero que conviene aclarar es que 'nuevo en política' no significa necesariamente 'joven'. De hecho, el único de estos ocho candidatos menor de 40 años es Pablo Rodríguez, número uno de Podemos por Cáceres, nacido en 1983. Presenta un perfil que abunda en el partido de Pablo Iglesias, con preocupaciones sociales que traslada a su actividad laboral como terapeuta ocupacional, desarrollada principalmente en asociaciones que ayudan a personas con diversidad funcional, como Aftea, organización cacereña dedicada a los trastornos del espectro del autismo que ha sido su destino más reciente. Este curso ha decidido no trabajar para centrarse en acabar la carrera de Psicología.

Hay que dar un salto de 12 años para encontrar a la siguiente candidata más joven, cuya designación ha sido además una gran sorpresa, sobre todo entre sus propios compañeros de partido. No es ningún secreto que internamente ha despertado cierto recelo entre veteranos que aspiraban a un cargo tan apetecible como el de diputado en Cortes. Se trata de Patricia Sierra (Tenerife, 1975), una abogada canaria con orígenes pacenses que encabeza la lista del PSOE por Badajoz a pesar de que sólo lleva un año y medio afiliada y ni siquiera ha tenido un cargo orgánico. Dice que apenas ha hablado alguna vez con Fernández Vara y cuesta encontrar a socialistas que puedan contar algo sobre ella, ni bueno ni malo. «Si es que no la conozco», es la respuesta habitual cuando se pide información a destacados miembros del partido. La labor como letrada que ha venido desarrollando en el movimiento antidesahucios de Badajoz sin duda ha sido clave para que el PSOE, deseoso de arrancarse la etiqueta de 'casta' colocada por Podemos, haya decidido situarla de número uno, posición que le garantiza un escaño en el Congreso la próxima legislatura. Su biografía, salpicada por detalles como ser jugadora de baloncesto, vivir tres años en Inglaterra o haber estado a punto de entrar en la edición de 2002 de Operación Triunfo (canta y toca el piano), contribuye a transmitir esa imagen fresca y renovadora que tan bien se vende en el actual panorama político español.

Sin sorpresas en el PP

Nada proclive a las sorpresas ha sido en cambio el PP, que tira de escalafón y hace repetir como cabezas de lista a Carlos Floriano en Cáceres y Teresa Angulo en Badajoz. Son dos de los rostros más reconocibles del PP extremeño, y ambos forman parte de la ya famosa decimotercera promoción de la Facultad de Derecho de Cáceres, la que empezó en 1985, que a la larga se ha convertido en una gran cantera de la derecha regional, pues allí estuvieron también Cristina Teniente, Teresa Bravo, Manuel Barroso o Elena Nevado. De Floriano poco se puede contar a estas alturas que no se sepa tras la fuerte exposición mediática a la que ha estado sometido, primero a nivel regional como líder de su partido y candidato a la presidencia de la Junta de Extremadura y después como vicesecretario de Organización del PP nacional, cargo del que fue apartado tras dirigir la campaña popular de las últimas elecciones autonómicas y municipales.

Floriano lleva en política desde que a los 23 años fue elegido presidente regional de Nuevas Generaciones y a los 28 diputado autonómico, aunque también ha impartido clases en la Facultad de Derecho de la Uex. Su desgaste ha sido grande en estos últimos años en los que a menudo le ha tocado dar la cara en los medios en la difícil tarea de defender a su partido de sonados escándalos de corrupción como la Gürtel o el caso Bárcenas, una bajada al barro y un papel de pim-pam-pum que, a la espera de lo que pueda suceder si el PP vuelve a ganar, de momento nadie le ha agradecido.

Su compañera Teresa Angulo es otra veterana de la política que también va a repetir escaño en el Congreso. Cuando en 2011 fue designada por primera vez cabeza de lista por Badajoz, el PP tuvo en cuenta que respondía a un perfil muy valorado entonces, el de una profesional liberal (es abogada) con una prolífica actividad política en la oposición. Había sido concejala en Zafra y diputada regional durante dos legislaturas en las que destacó como uno de los grandes azotes de los gobiernos de Ibarra y Fernández Vara. Era tan consciente de su buena imagen en el partido que incluso se postuló en 2008 para disputarle a José Antonio Monago la presidencia regional, aunque acabó retirándose antes de la elección cuando fue evidente que no podría batir al que sigue siendo líder del PP extremeño. En el Congreso de los Diputados Teresa Angulo ha sido portavoz de sanidad del grupo popular y se ha especializado en los acuerdos sobre pensiones del Pacto de Toledo. Está casada con José Manuel García Ballestero, senador popular en tres legislaturas y actual alcalde popular de Coria.

Cuando antes decíamos que la juventud no es un requisito imprescindible para estrenarse en política, teníamos sobre todo en mente al número uno de Ciudadanos por Cáceres, Cecilio Serrano, y a la cabeza de lista de Podemos por Badajoz, Amparo Botejara. Serrano va a presentarse por primera vez a un cargo público a los 67 años, y lleva en la mochila una biografía tan interesante que por sí sola serviría para ocupar estas dos páginas sin caer en el aburrimiento.

Nacido en Madrigal de la Vera, donde aspira a tener una casa para retirarse, no se hizo cura de milagro, jugó al fútbol en un filial del Paris Saint Germain, presidió una de las principales empresas de Euskadi y un holding vasco-mexicano que se convirtió en el principal productor de leche de aquel país, organizó una corrida de toros en Japón, donde introdujo también el jamón ibérico, y entre medias le dio tiempo a escribir dos libros sobre Chinchón, donde se dedicó unos años a rehabilitar edificios históricos y fundó la Sociedad de Amigos de ese municipio madrileño.

Ahora, jubilado de la primera línea ejecutiva de sus empresas, Cecilio Serrano se ha centrado en escribir una novela, precisamente sobre la condesa de Chinchón, y en entrar en política. Esto segundo no lo tenía planeado, pero se decidió a dar el paso tras asistir a una conferencia de Albert Rivera en el Club Financiero Génova de Madrid, de cuya junta directiva forma parte, en la que el joven catalán le subyugó.

La veteranía profesional y la inexperiencia política son rasgos que también definen a Amparo Botejara, médico de familia de 59 años que lleva más de tres décadas ejerciendo en el centro de salud de la barriada de San Roque, donde es muy conocida y apreciada por sus pacientes, sobre todo los mayores, que la llaman Doña Amparo. La medicina es la actividad predominante en su familia, una saga del sector de izquierdas de la clase media pacense que se ha significado siempre por un cierto activismo social. Ella y su marido, el concejal de Podemos en el Ayuntamiento de Badajoz Remigio Cordero, se han ocupado durantente años de denunciar de manera insistente la injerencia de los políticos en el sistema sanitario extremeño o de dar a conocer los datos de las listas de espera cuando la administración aún no lo hacía.

Ahora, como candidata al Congreso, Botejara tiene por convenio dos semanas libres en el trabajo que aprovechará para hacer campaña bajo la guía de un equipo de asesores cuya principal recomendación ha sido que no dé mítines, sino que salga a la calle a hablarle a la gente a su mismo nivel.

De vuelta a Cáceres, el PSOE no ha arriesgado tanto como en Badajoz y ha puesto las fichas en esta provincia sobre una casilla conocida, la de la placentina Pilar Lucio, licenciada en Sociología, que repetirá como diputada en Cortes aunque en esta ocasión lo hará encabezando la lista. La exconsejera de Igualdad y Empleo en el anterior ejecutivo de Guillermo Fernández Vara forma ahora parte del equipo de Pedro Sánchez como secretaria de Sostenibilidad y Cambio Climático a nivel nacional. Ella fue una de los pocos socialistas extremeños que apoyaron expresamente en las primarias a Pedro Sánchez en lugar de a Eduardo Madina. Ya se sabe que una de las mayores virtudes en política es estar en el lugar adecuado en el momento preciso, y resulta que su despacho en el Congreso de los Diputados se encontraba justo frente al del ahora líder nacional de los socialistas. De esa cercanía física se pasó a una colaboración diaria y a una comunión en la manera de ver la política que ha dejado a Pilar Lucio en una buena posición de salida en el caso de que las urnas permitan al PSOE formar gobierno tras el 20-D.

Otra virtud de Lucio es que, pese a su declarada amistad personal con Elia María Blanco, se supo mantener al margen de las luchas internas que arrasaron la agrupación socialista de Plasencia, a la que pertenece, y que desembocaron en una renovación total que dejó fuera del partido a todos los que de uno u otro modo habían contribuido a la guerra, incluidos históricos dirigentes del PSOE local. Es más, ella salió reforzada de esa situación y no son pocos los que afirman que maneja los hilos del partido en Plasencia, pese a no ocupar ningún cargo interno.

Y dejamos para el final a otro candidato novel, pero que según algunas encuestas puede convertirse en el primer diputado extremeño que rompa el riguroso bipartidismo que ha caracterizado a Extremadura en las elecciones generales. Se trata de José Antonio García Ramos, número uno de Ciudadanos por Badajoz. Nació en 1967 y se licenció en Derecho en Cáceres, dos datos biográficos que, curiosamente, comparte con varios de los ocho candidatos de los que estamos hablando. Tiene su propio despacho de abogados y, al igual que su compañero de Cáceres, jugó al fútbol de joven a un buen nivel y llegó a militar en la División de Honor juvenil. Su perfil se ajusta a la perfección a la imagen que pretende transmitir Ciudadanos, la de un partido cuyos dirigentes carecen de pasado político, no pretenden vivir para siempre de las instituciones públicas y con los que el electorado se pueda identificar. Además, practica intensamente la actividad deportiva de moda, el 'running', y hasta corre maratones como miembro de un club de Badajoz.

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