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Algunos de los 320 voluntarios de cuidados paliativos que se reunieron el pasado día 12 en el encuentro anual celebrado en Zafra
Más de 300 personas acompañan en la región a los enfermos terminales

Más de 300 personas acompañan en la región a los enfermos terminales

Son las que integran el Plan de Voluntariado de Cuidados Paliativos, una realidad que desde 2006 hacen posible una quincena de entidades

Ana B. Hernández

Domingo, 6 de diciembre 2015, 00:40

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Ayudar a los demás. Es el simple y gran motivo por el que hoy 320 extremeños trabajan de forma altruista en la región en la atención y cuidado de los enfermos terminales. Una labor desinteresa y difícil que permite a los voluntarios de cuidados paliativos en la región acompañar, ser la mano amiga capaz de dulcificar en lo posible los momentos más duros de cualquier ser humano: del enfermo y también de sus familiares. Los voluntarios de cuidados paliativos son un respiro para uno y otros.

Para el primero, en la mayoría de las ocasiones, el confidente al que narrar pesadumbres, desvelos y también anhelos. «Porque a veces los enfermos asumen mejor su situación que los familiares y, por eso, no pueden hablar abiertamente de la situación en que se encuentran y los sentimientos que le produce». Para los segundos, los voluntarios son los que les permiten olvidarse al menos durante unas horas a la semana de la ardua tarea del cuidador. «Unas horas aunque sea para salir a la calle, tomar un café, ir a la peluquería... despejarse, algo que necesitamos todos».

Así lo explica Pilar Baños, una de las 320 personas que en Extremadura dedican parte de su tiempo a cuidar a los enfermos terminales. «Porque pacientes y familiares necesitan en esos momentos duros cercanía, cariño, amistad, apoyo emocional..., más allá de los cuidados médicos, que son los que garantizan los profesionales sanitarios».

Unos y otros llevan coordinados desde que en 2006 se firmara el I Plan de Voluntariado en Cuidados Paliativos con el objetivo claro de mejorar la calidad de vida de los enfermos terminales y de sus familias. Porque se pensó, y así se trabaja desde entonces, que pacientes y familias requerían una atención integral, un apoyo emocional que completara la insustituible labor médica.

Esta atención integral es una realidad en Extremadura. Cuando los equipos de paliativos detectan en los hospitales la necesidad de pacientes y familiares de contar con ayuda, les ofertan el servicio de voluntariado, se contacta con la coordinadora regional de la red y, en función del área geográfica donde resida el paciente, se determina qué asociación y qué voluntarios deben ocuparse de la labor.

«Y con cuidado y un respecto absoluto nos presentamos, y conversamos o solo acompañamos en silencio, o contamos historias nuestras, o escuchamos las suyas...», relata Teresa Clot, voluntaria de cuidados paliativos desde hace 26 años. «Así tratamos de dar tranquilidad al paciente y a sus familiares», zanja.

«Es una labor muy necesaria desde mi punto de vista, una ayuda que llega adonde no puede la Administración y, para las personas que la hacemos posible, es una tarea que nos refuerza, nos sirve para valorar lo realmente importante de la vida», añade Pilar Baños.

Una es voluntaria en la Asociación Española contra el Cáncer. Otra lo es en la Asociación Oncológica Extremeña. Una desarrolla su labor de voluntariado en Badajoz. La otra lo hace en Navalmoral de la Mata. Como ellas, más de 300 personas en la región dedican parte de su tiempo a acompañar a los enfermos terminales y ayudar así a sus cuidadores cotidianos. De la mano de las quince asociaciones que en Extremadura forman la plataforma de voluntarios de cuidados paliativos. Para todas, una de sus prioridades es cuidar a sus voluntarios.

«Porque no se trata de dar por dar, sino que para dar bien hay que dar en buenas condiciones», resume Teresa Clot. Por eso su situación emocional debe estar acorde con la labor de apoyo que deben desempeñar. «De ahí que si tenemos un caso cercano, hasta que no pasamos el duelo no podemos continuar con el voluntariado en cuidados paliativos».

La plataforma que integra a todas las asociaciones ofrece formación inicial y continua a estos voluntarios y cursos de capacitación que realizan una vez son seleccionado. Para ello, además de ser entrevistados por sus entidades de referencia, también lo son por los equipos de psicólogos de los equipos de cuidados paliativos del área de salud que corresponda.

De momento hay más mujeres que hombres, aunque su presencia se refuerza con el paso del tiempo, para atender un servicio que con el paso del tiempo también, según se va conociendo, es más demandado. «La formación de estos voluntarios es muy rigurosa y, por eso, el servicio está muy bien valorado», explica Jesús Gumiel, presidente de la Plataforma del Voluntariado de Extremadura. Los últimos datos establecen que son en torno al centenar el número de pacientes que anualmente reclama el servicio.

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