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Miedo a hacer buena tele

Miedo a hacer buena tele

El canal público extremeño debería inspirarse en la radio autonómica

J. R. Alonso de la Torre

Jueves, 3 de diciembre 2015, 07:38

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Hace un par de martes, asistí a unas jornadas en Mérida. A la hora de la comida, en ese proceso azaroso de escoger sitio en una mesa alargada, me tocó enfrente una mujer desconocida que resultó ser periodista de Canal Extremadura Radio. Tras ponderar el arroz ibérico que estábamos comiendo, le confesé que me sentía muy orgulloso de que con mi dinero y el de todos los extremeños hicieran, ella y sus compañeros, muy buena radio. La periodista me respondió que por qué no contaba esa opinión en el periódico y yo me excusé con vagas disculpas, sin confesarle que, si no lo hacía, era porque me daba reparo escribir sobre otros medios, aunque estos fueran públicos.

A los postres, mientras mi compañera no se atrevía con su ración de tarta de galleta y chocolate, le dije que en Extremadura había que escuchar la radio pública porque ofrecía mucha información propia diferenciada y, sobre todo, porque había encontrando el equilibrio entre la amenidad, la información, la calidad y la vanguardia para, sin alejarse de los oyentes, surcar terrenos nuevos y contenidos modernos desde planteamientos arriesgados y nada repetitivos. Es decir, hacían radio de servicio público muy profesional y con mucho amor propio: tengo que hacer el mejor programa, tengo que ser original y, además, me tienen que escuchar.

¿Qué contraste con la televisión pública extremeña, verdad? Porque si me he animado a meterme en el pantanoso terreno de escribir sobre otro medio, aunque sea público, es porque la radio extremeña es un ejemplo claro de cómo debería plantearse el nuevo modelo, porque supongo que será nuevo, de la televisión.

Me comentaba mi compañera de mesa que quizás hicieran buena radio pública porque pasaban de ellos. Es decir, mientras que la tele es vigilada por los políticos y los 'jefes', la radio se deja a un lado y eso permite a los periodistas hacer su trabajo con libertad, poniendo todos sus sentidos en el día a día, no en si esto molestará a unos o a otros.

El problema de la tele que tenemos, tan repetitiva y ruralizante (dejo a un lado los informativos), con programas que participan casi todos del mismo concepto, no es de dinero, ni de libertad ni de creatividad; es de miedo. Se dice que nuestra televisión es así porque es pobre. No es cierto. Se justifica la programación por las presiones políticas, que empujan a comunicar una imagen 'sanota', edulcorada y campechana. No es cierto. Se apunta a la falta de creatividad. No es cierto.

Nuestra tele es como es por miedo y por paternalismo. Sí, quienes la dirigen, sean quienes sean, piensan, en realidad, aunque jamás lo reconocerán, como Salvador Sostres y todos esos que nos ven como paletos asustadizos alejados de cualquier modernidad. Se trata de una contradicción y un pánico inexplicable porque si se trata de otras cadenas de televisión, los extremeños somos espectadores normales capaces de ver, entender y disfrutar con cualquier programa, pero si atendemos a la programación de nuestra tele parece que solo nos gusta cazar, torear, pescar, esquilar y enseñar nuestras casas de pueblo, nuestros graciosos de pueblo, nuestros mercadillos de pueblo, nuestros vecinos del pueblo, nuestras fiestas del pueblo.

En la radio de todos, sin embargo, como dejan hacer en libertad y sin miedo, se cuentan con profesionalidad y frescura las Cosas que Pasan en la Calle Mayor y se habla con planteamientos y formatos eficaces atrevidos de madres (Diario de una madre de provincias), de ciencia (Principio de incertidumbre), de cultura (Agitación y cultura), de moda (Más que trapitos), de gastronomía (El especialista cotidiano), de historia (El rincón de la memoria), de Portugal (Lusitania Exprés)...

Ahora que, parece ser, llega un tiempo nuevo a la tele, no hace falta que los 'jefes' busquen modelos ni imiten a nadie: tienen la inspiración ahí, en la radio. Dejen hacer a los profesionales de la casa, destierren el miedo y pasen de la tele como pasan de la radio.

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