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Salón del restaurante Torre de Sande, fotografiado desde el patio al anochecer. :: Jorge Rey
Boquerones con torta

Boquerones con torta

Torre de Sande, un restaurante de novela en lo más alto de Cáceres

J. R. Alonso de la Torre

Sábado, 28 de noviembre 2015, 08:53

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«Tenían una mesa reservada para media hora más tarde en Torre de Sande. Un restaurante soberbio, había dicho él. En el casco antiguo». Él es Teo Aljarafe. Y lo cuenta ella, Teresa Mendoza. Ambos son personajes de la novela 'La reina del Sur'. Y quien en realidad lo narra todo es el novelista Arturo Pérez Reverte, que en esa novela sitúa una escena en el Parador de Cáceres y otra, en un camino campestre por Arroyo de la Luz. Pero lo que nos interesa para nuestras crónicas gastronómicas de los sábados es que el novelista se fijara en este restaurante cacereño tan singular.

Comemos hoy en un restaurante con historia y con literatura. Se llama Torre de Sande porque está situado en la planta baja de la torre del mismo nombre, una atalaya palaciega del siglo XV, desmochada por los Reyes Católicos, al poco de ser levantada, por haber apoyado sus señores a Juana la Beltraneja en su lucha dinástica contra Isabel de Castilla.

El restaurante Torre de Sande se encuentra en lo más alto de la parte antigua de Cáceres, en la plaza de San Mateo, que preside la ciudad desde sus 459 metros de altura. Ese cogollo monumental y geofísico también lo es gastronómico pues tres restaurantes tientan a quien se pierde y se encuentra entre callejas, plazas, torres y palacios.

César Ráez dirige Torre de Sande desde el año 1996 y, a punto de cumplir los 20 años, ha consolidado el restaurante como una de las referencias de la gastronomía extremeña: mantiene una excelente relación calidad precio con una oferta que armoniza la tradición y el riesgo en una síntesis sorprendente.

En Torre de Sande se pueden comer varios menús cerrados o se puede comer a la carta. La bodega de vinos es amplia e interesante, sirviendo un buen tinto Castillo de Feria, tempranillo crianza 2012 D. O. Ribera del Guadiana embotellado expresamente para la casa.

Se puede tomar un menú de tapas con inesperadas mezclas que, incluso, dan pistas para sorprender a los cuñados en las cenas navideñas. Por ejemplo, las milhojas de pan de cristal con torta del Casar y boquerones en vinagre, que así, de pronto, suena a conflicto, pero resulta un hallazgo de contrastes deliciosos. Y, cambiando el pan de cristal por otro más sencillo, es fácil de preparar: una cucharadita de torta sobre el pan y tres boquerones en vinagre encima. ¡Bocatto di cardinale!

El menú de tapas (25 euros), sigue con una torrija de queso de cabra, cebolla asiática, manzana y jamón ibérico, una fajita de prueba de cerdo con caramelo de pimentón y un salteado de frutos rojos con helado de vainilla. Habíamos probado el menú vegetal (25) y es delicado y conveniente si no se quiere comer demasiado. Sirven un salmorejo de cerezas con queso de cabra y gel de higos que aún no he olvidado, témpura de verduras con mayonesa wasabi, gratinado de verduras de temporada con muselina de ajo y queso y crema de vainilla con pétalos de manzana.

En nuestra última visita, nos sirvieron unas berenjenas rebozadas y fritas sobre salmorejo tradicional muy divertidas, sabrosas y fáciles de preparar para sorprender (las berenjenas estaban cortadas en tiras para poder mojarlas en el salmorejo). También probamos un sencillo y perfecto arroz de verduras, una carrillera melosa. La lista de platos de la carta es amplia y te dejan con la sensación de que ha merecido la pena salir de casa a comer, ya sean unos sencillos huevos de nuestro corral con puré trufado y polvo de migas y jamón (12), un lomo de bacalao con confitura de tomate y salsa de aceitunas negras (20) o un cochinillo a baja temperatura deshuesado y crujiente (18).

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