Comienza la temporada de setas sin una ley que regule la recogida

La Junta de Extremadura señala que la aprobación no será inmediata. La regulación para la recolección de especies micológicas está a la espera de la revisión por parte de la abogacía del Ejecutivo extremeño y su posterior aprobación en consejo de Gobierno. «Mientras pasan éstos trámites se hará una nueva ronda de contactos con los Ayuntamientos propietarios de montes de utilidad pública, ya que tras las últimas elecciones hubo bastantes cambios de gobierno», señalan desde la Consejería Medio Ambiente y Rural.

Los problemas del inicio de la recolección de setas en otras comunidades pone de manifiesto que Extremadura necesita que la actividad esté regulada.

En Castilla y León la licencia está implantada en 7 de las 9 provincias y afecta a unas 412.000 hectáreas. En lo que va de campaña, el Seprona solo en la provincia de Soria ha decomisado 5.277 kilogramos de setas e interpuesto 204 denuncias.

Ante un posible efecto llamada al no existir regulación en la región y sí en las comunidades limítrofes, Rafa Rey, vocal de Badajoz de la Sociedad Micológica de Extremadura, apunta que «es fácil que bajen desde Salamanca y Ávila, del mismo modo que cada primavera suben desde Huelva. Cada año se repite lo mismo, si algo vale dinero y no está regulado...», apunta.

La Sociedad Micológica Extremeña está a favor del decreto micológico, pero hay puntos del borrador que quieren que se modifiquen. Piden que se elabore de forma meditada, «no precipitada y que se tenga en cuenta lo que se hace en otras comunidades autónomas e incluso en otros países europeos dónde hay más tradición», señalan.

Uno de los puntos de desencuentro son los cupos que existían en el borrador: siete kilos para en la modalidad recreativa y hasta 40 kilogramos en la modalidad intensiva. Según las Sociedad Micológica «no tiene sentido hablar de kilos cuando hablamos de setas destinadas a fines pedagógicos o científicos y en alguna especie comestible como puede ser el boletus, a lo mejor siete es poco porque no todas las especies pesan lo mismo», recalcan. El pasado miércoles, por ejemplo se expuso en la sede de Navalmoral de la Mata un ejemplar de Meripilus giganteus -no comestible- que con la nueva normativa no se podría recoger para exponer pues sobrepasa el límite de peso autorizado.

Rey señala que debería quedar claro los diferentes tipos de espacios públicos, los privados y su señalización, y realizar un listado de setas que se pueden recolectar para consumo y otras prohibidas. Además, piden la creación de «una guía divulgativa del recolector de setas, las de Portugal o Andalucía no están mal y pueden servir de modelo».

Recogida indiscriminada

La licencia pretende favorecer a la recolección como afición y al pequeño negocio tradicional frente a la recogida masiva y empleando métodos agresivos que ya ha provocado problemas en algunas zonas.

Reocoger setas sin saber o de manera indiscriminada «no ha provocado daños irreparables, pero sí bastantes notorios en zonas de las comarcas de la Vera, Villuercas y La Siberia», según apunta Rey. «Estamos hablando de hábitats muy sensibles en los que nacen especies recogidas en el Listado Hispano-Luso de hongos en peligro, que -si se trata de un pinar ->son destruídos indiscriminadamente al uso del rastrillo. Algunas especies que se dan en nuestra zona y que se recogen en el catálogo de especies en peligro, son: Amanita virosa (venenosa mortal), Aureoboletus gentilis, Gomphidius roseus (en pinares), Gomphus clavatus, Miriostoma coliforme, Podoscypha multizonata o Tricholoma colossus» remarca. En Extremadura no existe listado de especies en peligro de extinción.

Otro punto de desencuentro en el tema de la caza. El borrador recoge que en el transcurso de una montería no se podrán recolectar setas en las manchas objeto de la acción cinegética, y la Sociedad Micológica puntualiza que «debe de quedar claro los límites de las monterías y su señalización, así como con cuántos días de antelación se puede pasar a recolectar, que se ponga en marcha algún sistema para informar a los posibles aficionados». Rey cree que «en el choque entre cazadores y recolectores no parece lógico que siempre pierdan los mismos», remarca.